GH Revolution acaba hoy para alivio de muchos y tristeza de otros. Y es que esta edición del reality de Telecinco ha dado más dolores de cabeza que alegrías, tanto a la cadena como a la productora y a sus fieles seguidores.
Sus mínimos históricos de audiencia, las numerosas críticas en su arranque y la posterior indiferencia de los espectadores, sumado a un presunto abuso sexual dentro de la casa, han acabado con el brillo que tuvo durante tantos años el formato de Zeppelin.
El año pasado, GH 17 ya dio señales de desgaste y por eso en esta edición quisieron revolucionar el programa con nuevos ingredientes que sorprendieran al público. Pero tal ha sido la “revolution” que el programa se ha distanciado por completo de su esencia y los enamorados del formato han preferido darle la espalda para guardar el recuerdo de tiempos mejores.
A continuación analizamos las traiciones de GH Revolution a la esencia de Gran Hermano:
- Jorge Javier y la alargada sombra de Mercedes Milá: el propio conductor ha hecho balance esta semana confesando que esta ha sido la peor edición y admitiendo que su “labor como presentador también ha ayudado a que no cuajara”. El tiempo ha demostrado que este era casi un programa de autor en el que Mercedes Milá era Gran Hermano y Gran Hermano era Mercedes Milá, ella formaba parte de su naturaleza. Y prueba de ello es el fracaso de las tres ediciones que ella no ha conducido (GH3, GH17 y la actual). Su personalidad arrolladora, entregada por completo al formato y volcada en exclusiva en él, hacía que si su rostro aparecía en pantalla todos supiéramos que estaban dando el reality. No ocurre lo mismo con el omnipresente Jorge Javier, que al sintonizarlo tardas en detectar cuál de sus numerosos programas está presentando.
Las consecuencias de esta pérdida de esencia en el formato:
- ¿Cancelación de GH VIP?: aunque desde la cadena no han confirmado ni desmentido esta posibilidad, la revista Lecturas daba por seguro que la edición con parejas famosas que iban a entrar a la casa de Guadalix en 2018 quedaba cancelada por “el fracaso en audiencias de GH Revolution”. Una idea poco descabellada viendo el resultado.
Tras este análisis sobre la pérdida de la esencia del reality, la suma de errores y las consecuencias obtenidas, lo más razonable es hablar de un futuro incierto para GH. Nadie puede quitarle mérito a un formato que ha sido un fenómeno social durante años, acabando con cualquier rival y liderando hasta en tres noches de la semana. Pero ahora, con el ejemplo de TVE que dejó descansar a OT para retomarlo con más fuerza seis años después, la gran pregunta es: ¿Cuántos años dejará descansar Mediaset a Gran Hermano?