Los foros públicos que nos posibilitan las redes sociales son, en no pocas ocasiones, escenarios para el enfrentamiento exaltado. Los usuarios no tememos saltar desde esa tribuna digital y enrolarnos en batallas dialécticas que, también a menudo, están destinadas a enquistarse y no concluir nunca. El perfil en Twitter de David Simon, creador de la aclamada The Wire, ha sido un buen ejemplo de estas dinámicas en las últimas horas, al hilo del anuncio de The Dry Run, su miniserie ambientada en la Guerra Civil española.
El fantasma de la confrontación se ha hecho tangible durante las últimas 24 horas en el particular timeline que el showrunner de Baltimore tiene abierto en la red de microblogging. Al entusiasmo inicial que causó la propuesta, de la que ya había constancia años atrás y cuya puesta en marcha avanzó por Variety, le siguió a continuación un recelo por los socios en esta nueva empresa televisiva. Socios que, a juicio de ciertos sectores de opinión en Twitter, son suficientes para proscribir el proyecto de antemano.
La presencia de Mediapro en la producción, cuestionada
La incursión del creador de The Wire y The Deuce en la contienda nacional que acabó con el sistema democrático republicano e instauró un régimen franquista que sobreviviría durante casi 40 años es Mediapro. La compañía resulta una elección comprensible debido a su alcance internacional, estando también detrás de The Young Pope para HBO y de El fútbol no es así, ficción deportiva destinada al mercado latinoamericano. No obstante, los frentes abiertos que tiene su principal valedor, Jaume Roures, pesaron más de lo esperado en los partes difundidos. Los vínculos con el independentismo catalán que se atribuyen al empresario han sido suficientes para desconfiar y desprestigiar el trabajo de Simon antes de que siquiera arranque la preproducción.
Activo internauta sin miedo a enfangarse ante ataques ideológicos (su muro en el portal del pájaro azulado prueba sus habituales combates con afines a Trump), Simon ha pasado las 24 horas siguientes a la publicación de la pieza bregándose con quienes le han tachado de partidista o de asociarse al nacionalismo. También contra quienes ya han enjuiciado el proyecto y a él mismo por considerar que injieren en el convulso panorama regional del país. “Soy consciente de que algunos preferirían no reflexionar sobre el pasado. La amnesia nacional absoluta es el camino preferido por muchos. Pero me he formado como periodista así que no me van a comprar”.
“Me parece irrespetuoso juzgar la serie antes de que exista”
“Soy de Baltimore, Maryland, y cuento las historias que a mí me importan”, se defendía el autor en un extenso texto. “Si queréis a alguien conocedor de los resultados políticos antes de escribir a ningún personaje humano, o si necesitáis una ejecución sin fallos de la ideología o propósitos de la España de la actualidad, no soy vuestro hombre. Contratad a otro”, prosigue.
“Lo que me parece una falta de respeto es juzgar una historia antes de que exista basándose en una de las personas que la financian. Nadie me paga por contar las cosas como quiero. Ni HBO, ni Mediapro, ni vosotros. Y si no me creéis, pagadme y os demostraré que soy honesto”, trataba de zanjar.
De hecho, esta misma frase se repetía cuando algunos dudaban de su independencia e integridad. Cada vez que se le echaba en cara que detrás del proyecto haya un simpatizante del catalanismo, Simon proponía “que encontraran a algún nacionalista español para que iguale dólar a dólar”. “Si creéis que las visiones políticas de una de sus fuentes de financiación dictan mi trabajo, deberías volver a comprobarlo”. Incluso ha llegado a dejar por escrita una dirección postal a la que cualquiera puede mandar la documentación o recursos que quiera aportar para equilibrar las hipotéticas fuerzas ideológicas en la producción.
“Para la mitad de la población de Madrid y Barcelona que está recreando la lucha de 1937 a 1939 en mi timeline: no me importa una mierda en 2018, cuando este proyecto versa sobre unos hechos históricos específicos, concretos, en torno a un puñado de americanos y lo que les sucedió. Hasta que no esté asegurada la inversión, os sugiero que os disperséis”, proponía.
Para tratar de apaciguar los ánimos, este llamamiento contó con el apoyo de un ilustre español, el chef José Andrés, quien trató de rebajar tan agria respuesta a The Dry Run: “Españoles, dejadle tranquilo. ¡Hará un buen trabajo!”. Un gesto agradecido, por cierto.
La conexión familiar, clave en la génesis de The Dry Run
Así las cosas, la particular guerra abierta en Twitter ha obviado el contenido de la miniserie. The Dry Run (una expresión anglosajona que podríamos traducir como “simulacro” o “ensayo general”) estará centrada en los voluntarios estadounidenses que integraron el batallón Lincoln dentro de las Brigadas Internacionales que combatieron en el bando republicano durante la Guerra Civil.
Los primeros estadounidenses llegaron a principios de 1937 para integrarse en la XV Brigada, y que tuvieron su sangriento bautismo en febrero de ese mismo año, en la batalla del Jarama.
“Lo que vengo a aportar es lo que hago como narrador comprometido y mi conocimiento de lo que vivió mi primo segundo, Isadore Lebowitz, que se embarcó junto a una tripulación de Lincolns en 1937, decidido a unirse a la lucha en España”, cuenta Simon a través de redes sociales.
Este familiar directo, sin embargo, no logró su objetivo de pisar suelo español. Al contrario, relata, “le sacaron del barco en Rotterdam y fue encarcelado por las autoridades danesas, que lo mandaron de vuelta a Brooklyn en el siguiente barco de vapor a Nueva York”. “A su tía Nanye, que regentaba una pastelería en Williamsburg donde él trabajaba como conductor, no le gustaba la idea de que su sobrino muriera luchando contra Franco”, continúa, y explica cómo la mujer se inventó un falso delito de robo para conseguir que las autoridades le persiguieran. “Este primo de mi madre constituye el alpha y el omega de mi conexión con lo que pasó. Por otro lado, tenía aspecto de soñador”, cuenta.
Compuesta, en principio, por seis capítulos (aunque abierta a cambios), la miniserie volverá a reunir al autor con sus dos colaboradores de confianza, Dennis Lehane y George Pelecanos. Juntos escribirán lo que se ha descrito como “cautivadora y trágica historia sobre los esfuerzos de España para combatir el fascismo y la malversación del capitalismo, que hizo de baluarte del totalitarismo”.
Mediapro se encargará de buscar financiación para esta producción que reflejará la narrativa política preeminente del siglo XX, y que sigue manteniéndose en nuestros días“. A juzgar por los altercados que se viven diariamente en Twitter, parece claro que es así.