“En OT había un debate paralelo que no podemos ni queremos controlar”
En el II Encuentro Nacional de guionistas de programas de televisión, que organizó el sindicato Alma Guionistas y al que acudió Vertele, pudimos conocer de primera mano cómo es el proceso de planificación y creación de algunos de los programas más exitosos de la televisión española.
El acto estuvo conducido por Luis Larrodera, y además de desvelar cómo han adaptado su trabajo los guionistas de Polònia de TV3 por la actualidad del procès, al igual que los procesos de creación de formatos de late y talk show como El Intermedio, Late Motiv y La Resistencia, entre otros.
Del mismo modo, se dieron cita guionistas de algunos de los talent y reality shows más relevantes de España. Fueron Ana Boadas (Operación Triunfo), Ana Joven (Tu cara me suena), Amalio Rodríguez (El Puente), Carlos Bianchi (Dame veneno), Joanna Pardos (Radio Gaga) y Guillermo Estrada (El lector de huesos).
Operación Triunfo (La 1)
Ana Boadas comienza reconociendo que OT “es un formato que camina solo. Es tan grande y está tan bien diseñado que los guionistas nos dedicábamos a hilvanar las intervenciones del presentador”. De hecho, explica que la parte de la Academia “funcionaba sola. Los profesores no tenían guion, ellos impartían sus clases. Eso nos daba el material que después iba directo a las galas. Ese material hay que visionarlo y clasificarlo, para decidir qué entra”.
Esa fase es vital. El volumen de material que recopilan es tal “que se necesita un equipo grande. Quiero destacar el trabajo de los visionadores, un equipo de 12-13 personas que han hecho turnos de 24 horas. Seleccionaban lo que iba ocurriendo e iban clasificando hora por hora en cada cámara. Después, los redactores revisaban y elegían qué material iba a los vídeos de las galas”.
Para preparar la gala del jueves, Boadas cuenta que “siempre había una reunión el lunes del equipo con los cuatro redactores de cada gala, para hacer una previsión de lo que podía ocurrir para el jueves, aunque al ser un reality podían cambiar muchas cosas”.
Una de las quejas más habituales en estos formatos es la distinta atención que se da a los concursantes. Pero en el caso de OT, Boadas deja claro que “se hace seguimiento de todos los personajes y se intenta equilibrar siempre”. “El canal en el que se emite influye en qué tipo de programa se ve. En este caso, siendo para TVE, los objetivos eran claros y estaban marcados: ser lo más neutrales posibles y dar protagonismo a todos de la misma manera”, asegura la guionista.
Boadas reconoce que “había un debate paralelo en redes sociales que no podemos ni queremos controlar, y nos parece bien y nos interesa. Todo lo que se decía en redes lo teníamos en cuenta, pero para configurar la gala nos manteníamos al margen, dábamos el mismo protagonismo a todos los concursantes”.
"Roberto Leal ha sido una pieza clave"
La guionista razona que al final la mayor o menos atención se produce de forma natural, no por su papel: “Cuando van quedando menos, se va viendo de manera natural qué concursantes empiezan a ser favoritos, y eso no lo podemos controlar. Amaia en la tercera gala decía 'hola buenas noches' y todo el público rompía a aplaudir. Sí que podíamos controlar las preguntas, y teníamos mucho cuidado en la formulación”.
Por otra parte, la guionista destaca la labor del presentador del concurso: “Roberto Leal ha sido una pieza clave, me he convertido un poco en su coach. Su sensibilidad a la hora de preguntarles, para no condicionarles teniendo en cuenta que ellos no saben nada del mundo exterior, era clave, y se generaba a través de la empatía”.
Tu cara me suena (Antena 3)
Tras la explicación sobre OT, Ana Joven introduce Tu cara me suena con una matización: “Hay que diferenciar entre trabajar en un talent con anónimos y con famosos. Con anónimos la equidad es muy importante. En el caso de los famosos, el casting es muy importante: tienen que cantar mínimamente”.
“Hemos tenido casos de auténticos berridos, que morían gatitos cuando cantaban” bromea la guionista, para explicar en qué deben poner ellos el foco: “Con famosos hay que intentar potenciar sus puntos fuertes, como los más cómicos de Arturo Valls, Anna Simon o mucho más. Se busca espectáculo de otra manera”.
A la hora de organizar los contenidos del programa, Joven cuenta que “siempre se ha hecho una escaleta armonizada con los tipos de canciones, y también se preparaban los gags de plató. Aunque también hay cosas no preparadas, como cuando Silvia Abril estampó en la cara el pastel a Llácer. Lo adaptamos como running gag para toda la temporada”, comentaba Joven.
La consideración vuelve a cambiar al hablar de Tu cara me suena Mini: “En el caso de los niños todo se adapta. No pueden estar más de 4 horas en plató, siempre acompañados, y la sensibilización era mucho mayor, también bajamos el nivel de histrionismo”.
El trato a los famosos también tiene una gran importancia: “Se buscaban perfiles para cubrir un poco todo, pero no dejan de ser personas. Al disfrazarse de dinosaurio, podríamos atacar su dignidad personal. Pero todos se prestaron para ello. Por ejemplo, para Falete era como una terapia. También Santi Rodríguez cuando le dijimos que llevaba un tiempo más 'tristón' era real, son personas”.
El Puente (#0)
Respecto a reality presentado por Paula Vázquez en Movistar+, “al ser un formato original de Zeppelin, es sustancialmente distinto a otros realities y talents. Nuestro trabajo es antes y después, durante las grabaciones no se puede intervenir”, explica Amalio Rodríguez.
El guionista recuerda que “en el proceso previo nos hicimos preguntas. Somos la productora que lleva 18 años haciendo Gran Hermano, y lo que no queríamos era un GH en el bosque. Así que no les veíamos lo que hacían al cerrar la puerta. Por suerte, lo que pasaba fuera era mucho más interesante, porque al volver estaban tan cansados que sólo dormían”, celebra con humor.
La carga de trabajo más fuerte viene después, una vez el programa ya se ha grabado y desarrollado: “El trabajo posterior es brutal. Los visionadores, catalogadores… es una gente que merecen máximo respeto. Hecho ese trabajo, llega a guion y nosotros seleccionamos o pedimos. Es un trabajo de hitos, de marcar qué situaciones van a pasar en cada momento. Qué va a pasar en cada capítulo y qué queremos que pase, aunque luego no siempre pase”.
Como puntualiza Ana Joven, el factor humano siempre debe estar en mente: “Un guionista de un reality tiene que tener muy claro que está escribiendo sobre personas. No es como un sketch. Una entradilla puede hundir a un concursante”.
De esta manera, explica el guionista, “cuando nos sentamos en la mesa para plantearnos cómo contar El Puente, decidimos imaginar cómo contaríamos un reality si fuese una ficción. Todos los hitos y giros en el mismo estaban planteados, y casi todos los conseguimos, aunque hubo muchísimas cosas que no pasaron, y al llegar a la mesa de edición hay que aceptar que pasan cosas no preparadas que son muchísimo mejores que las preparadas”.
Radio Gaga (#0)
Uno de los nuevos formatos más aplaudidos de la temporada, Radio Gaga con Manuel Burque y Quique Peinado, también tiene una importantísima base de guión, como explica Joanna Pardos: “Hay mucha aportación de Quique, trabajamos muy conjuntamente. El humor es la herramienta que nos permite sobrevivir al programa, sino cogería un nivel de intensidad y emotividad que no se podría resistir. La clave del guion de Radio Gaga es cuando está llegando a un punto en el que ya casi no puedes más, romperlo con humor”.
“La gracia de Radio Gaga, insiste Pardos, introduciendo luego otra de las claves: ”El humor de Burque y de Quique es un poco negro, y había que meterles en un ambiente en el que se sintiesen un poco descolocados. La magia de Radio Gaga es que tú realmente estás haciendo radio durante 48 horas para ese sitio, para esa localización. Para que en la TV se vea la emoción real, lo que hacemos en radio esas 48 horas tiene que ser real. Emitir en la FM y que la gente de esa localización pueda escucharlos“.
“Hemos hablado mucho con Burque porque nos explicaba que tenía que ser él mismo, pero a veces tenía que interpretar cosas. Teníamos que buscar un punto medio. La construcción de los dos conductores era el segundo punto clave, tras el dominio de las emociones”, reconoce la guionista.
El tercer punto, como explica Pardos, “era el control del ritmo y las situaciones. Saber tener guionizadas situaciones, pero no descartar lo que aporta la realidad y el momento, que es impagable. Los factuals siempre están vivos, hay que saber adaptarse”.
Dame veneno (#0)
Carlos Bianche escribe el programa Dame veneno, pero también ha trabajado en los formatos de laSexta El jefe infiltrado y Pesadilla en la cocina. El guionista establece una diferenciación clara:“En formatos como El Jefe Infiltrado o Pesadilla en la cocina es muy diferente. Es muy complejo en todos los pasos. Llevan mucho trabajo de guion y contenido”.
En el caso del de Chicote, sobre todo, la realidad supera en demasiadas ocasiones a la ficción: “Muchas veces ocurren cosas mucho más graves que las que emitimos, por cuestión de verosimilitud, de que nadie nos va a creer en formatos tan cuestionados. Pero la verdad es que son absolutamente ciertas”.
A la hora de señalar en qué puntos clave deben incidir formatos de ese tipo, Bianche explica que “en ambos hay que buscar conflictos personales, humanos, para jugar con las emociones”.
El lector de huesos (ETB2)
A nivel autonómico, Guillermo Estrada aporta un análisis distinto gracias a El lector de huesos, espacio que analiza casos criminales desde el punto de vista forense. Sobre el mismo, destaca que “la intención era mostrar cómo es realmente el trabajo de los forenses, más allá de las ficciones tipo CSI. Nos apoyamos en un forense muy conocido como es Francisco Etxebarría, que justo en ese momento era muy mediático por el caso José Bretón. También añadimos cómo es el caso de los policías”.
Al tratar temas tan delicados, deja claro que “no nos inventamos nada, incluso la ficción que se cuenta es con las sentencias, sobre hechos probados. Lo único que intentamos es sacar un poco de lustre a su trabajo, que realmente suele ser bastante monótono, mediante esas pequeñas ficciones guionizadas”.
Para conclutir, Estrada añade: “Buscamos referentes en películas o en series. Cuando empezamos estaba de moda True Detective, por lo que hay muchos recursos visuales”.