Gustavo González y Diego Arrabal han perdido la batalla judicial contra Mariló Montero, que había demandado a la sociedad de ambos, Código Press, por atentar contra el honor de la presentadora. El Juzgado de Primera Instancia número 35 de Madrid sentencia a indemnizar con 340.000 euros a la presentadora por fotografiarla sin su consentimiento, siendo esta cantidad la mayor que se estipula para un caso de este tipo en España.
Siendo ambos rostros habituales de Telecinco, no era raro que alguno acabara aprovechando su presencia en la cadena para comentar la noticia. En este caso, ha sido González quien a través de Sálvame se ha mostrado “muy preocupado” por el fallo desfavorable del juez. “Hombre, tiene motivos”, decía de fondo Kiko Matamoros al escuchar a su compañero.
“Habrá que esperar a la sentencia firme. Apelaremos. Yo sigo creyendo en la justicia”, comentaba con cautela el fotógrafo, que añadía: “Estoy seguro que el recurso va a prosperar”. Era llamativo que ni él ni el programa mencionaban directamente el nombre de Arrabal, que forma parte del plantel de colaboradores de Viva la Vida.
Como bien decíamos, Antonio Montero aseguraba que “si se hace firma la sentencia será histórica para los paparazzi” por la cuantía de la sanción. Sin embargo, González sembraba la duda al afirmarse “preocupado pero por otras cosas”, que contaría a su debido tiempo.
Una sentencia “histórica” para los paparazzi en España
Como ya recogimos, la sentencia condena en la vía civil a la empresa, de la que los televisivos son responsables jurídicos, por fotografiar a Montero y a una amiga sin su consentimiento. Los hechos concretos ocurrieron entre diciembre de 2014 y enero de 2015. El relato comienza en Islas Malvinas, adonde se había desplazado la presentadora junto a su familia. La agencia la localizó y, de acuerdo a la parte afectada, “”comenzaron a seguirla continuamente a escondidas y llegaron a captar, sin el conocimiento y consentimiento suyo, imágenes suyas en bikini y la de sus hijos en la cubierta del barco“. Estas imágenes se publicaron en una revista.
Poco después, dieron con la presentadora en Bora Bora, donde estaba con una amiga. Ambas fueron fotografiadas en bañador y sin la parte superior del bikini. Al llegar a España, Montero consiguió que un juez paralizara de forma cautelar la publicación de las imágenes, pero “la agencia demandada hizo declaraciones a distintas revistas en las que no solo describían dichas fotografías, algo que casi las igualaba a su publicación; sino que se hacían insinuaciones sobre la condición sexual”.
Los paparazis alegaron en su defensa que habían tomado las imágenes en lugares públicos y que Mariló Montero es una personalidad relevante, argumentos que el juez desestimó.
La sentencia, que como han precisado no es firme y puede ser recurrida, les condena a pagar 265.000 euros a Mariló Montero y 75.000 a su amiga. “Si es una indemnización histórica es porque han cometido muchos delitos”, aclaraba Montero en Cuatro al día.