Dos años después de que José Luis Gil sufriera un ictus, el futuro profesional del protagonista de Aquí no hay quien viva y La que se avecina es incierto. Durante los últimos meses se han sucedido los buenos deseos de los compañeros de reparto, así como de Alberto Caballero, ante el infortunio, si bien hace escasas semanas la hija del intérprete, Irene Gil, ya advirtió de que dudaba de las posibilidades de que su padre volviera a televisión.
En una nueva entrevista concedida a la revista Pronto, Irene mantiene la misma opinión. Pero además hace un llamamiento al reparto de la serie de Telecinco y Amazon, puesto que “no le visitan”.
“No creo que mi padre pueda volver a la televisión”, reitera Gil sobre el ictus isquémico agudo hemisférico izquierdo, que “le ha dejado secuelas graves”. “Nosotros lo llevamos como podemos. Hemos hablado con los neurólogos, con el centro de rehabilitación y, aunque nadie nos dice que no haya nada que hacer, tampoco apuntan que la situación se arregle. Yo no lo veo, pero ojalá me equivoque y todo cambie a mejor en el futuro, aunque el paso del tiempo te hace perder las esperanzas”, explica.
Destaca que José Luis “tiene movilidad”, pero la edad ha afectado igualmente. En todo caso, recalca: “Mi padre reconoce a todo el mundo. Si viene alguien a verle sabe quién es, se entera de todo, pero tiene problemas para comunicarse”.
“Deben de estar muy ocupados”
Y es en ese punto donde Irene comenta: “Muchos de sus compañeros de La que se avecina no le visitan”. “A José Luis le hace ilusión que vayan a verle, se pone muy contento, pero deben de estar muy ocupados”.
Gil reconoce la preocupación, aunque de sus palabras se infiere que le gustaría un mayor contacto directo. “Es evidente que han sentido muchísimo lo del ictus y le llaman por teléfono porque lo quieren y lo respetan, pero… Todos sus compañeros lanzan mensajes llenos de optimismo, aunque la situación es complicada. Se han dicho cosas que no se ajustan a la realidad de José Luis, quizá porque los que hablan no saben, pero están deseando que supere esta etapa tan difícil”.
“Todos quieren verle de nuevo en activo, aunque, hoy por hoy, eso parece imposible”, dice con resignación. “Han pasado dos años y hemos asumido que nuestra vida no es la misma y luchamos por afrontar esta situación, que es compleja y dolorosa. Cuesta encajarla”.