Isabel Pantoja ha concentrado la atención en la rueda de presentación de Idol Kids a la que ha asistido VERTELE. Se trata del segundo proyecto de laa tonadillera después de Supervivientes, pero desde luego no el único. De hecho, durante la conversación con los medios, han sonado las campanadas de Nochevieja de Mediaset.
Pantoja ya presentó en 2011, junto a Jorge Javier Vázquez y su hijo Kiko Rivera, el especial de fin de año de la cadena, por lo que tiene experiencia en la materia y unas excelentes credenciales, por el gran éxito de aquella cita. Por el momento, y pese a los rumores que la sitúan en esta Nochevieja en antena, ella no tiene noticias que dar: “A mí no me han dicho nada”, apunta.
Quien sí ha confirmado su presencia el 31 de diciembre en los canales de Mediaset es Jesús Vázquez. El también presentador de Idol Kids se colocará al frente de la retransmisión. “Si estoy con él, sí me gustaría darlas otra vez”, se deja querer Pantoja, que por lo demás ha hablado del nuevo talent show del canal, donde comparte trabajo con Carlos Jean y una Edurne que no estuvo presente en este encuentro con medios.
Jesús, tú que has hecho muchos talents, ¿qué tiene este de distinto?
VÁZQUEZ: Un talent es un talent, no voy a decir que este sea diferente a todos, porque todos tienen la misma estructura: gente con talento, personas profesionales y expertas que los valoran, un concurso y un ganador. Lo que los hace diferentes es quiénes son esas personas que lo forman.
El casting diferencia muchísimo a un talent y aquí se ha abierto mucho a otro tipo de cosas. Incluso a niños que no son cantantes profesionales pero que sienten la música y queríamos saber si tenían esa chispa que podría convertirlos en ídolos algún día. He hecho muchos talents en los que todos cantan muy bien y tienen voz, y aquí no. Aquí tenemos a niños a los que les gusta la música: algunos lo hacen mejor y otros peor, pero todos tienen posibilidad de subir al escenario y ver si tienen ese carisma.
Luego hemos abierto el abanico de los estilos. Cada vez se hacen más talents enfocados a la música que creemos que más va a gustar a la mayoría y nos olvidamos de que hay chavales en sus pueblos, como un niño asturiano al que le encanta cantar canciones en asturiano; supongo que oirá reggaeton y pop, pero cuando se siente artista es cuando canta en asturiano, y a su abuelo se le caían unos lagrimones... Eso no lo había visto, como tampoco había visto a un niño cantando jotas vestido de baturro... He flipado con esas cosas. Últimamente el estilo de todos los talent es parecido y todo suena a lo mismo: niños que cantan muy bien, con mucho gorgoritos, en inglés... Y aquí tenemos de todo.
El jurado se compone de tres personas muy diferentes. ¿Por qué se ha planteado así?
VÁZQUEZ: No les he elegido y no soy el más apropiado para hablar, pero creo que lo que valoraban es, una vez más, abarcar muchos terrenos diferentes del mundo de la música. Son intérpretes, compositores, productores... Y dentro de eso, hay mundos tan diferentes como el de Isabel y el de Edurne: una es la última gran diva de la copla, y la una estrella del pop; luego con Carlos tenemos a un productor musical metido en todas las últimas corrientes... Con eso y con su generosidad al dejarse llevar por otros ritmos que no son los suyos, hemos abarcado todos los géneros que queríamos que estuvieran en el casting.
Carlos, ¿os peleáis mucho en el jurado?
JEAN: Nos peleamos mucho, pero lo hacemos en un lenguaje propio de los tres. Hablamos de música y somos un equipo. Estamos unidos para encontrar al mejor. Antes de empezar el programa nos juntamos para comer y ver posibilidades, y hablamos por ejemplo del reggaeton, que es de lo que menos ha habido, de la tecnología y de otras cosas, y empezábamos a tantearnos para ver qué podíamos aportar cada uno. Al final nos hemos fundido en uno solo para tirar hacia adelante. No queríamos frenar nada.
He trabajado con artistas con Raphael, Rocío Jurado o con Camela, he hecho sesenta y tantos discos y he pasado por muchísimos estilos, y aprendí del más grande, Quincy Jones, que decía que la música es buena o mala. Da igual el género: cuando ves al pequeñajo de Calatayud cantando su jota te tiene te convencer. Y es bueno que una ventana tan grande como Telecinco ponga estos estilos a disposición de todo el mundo. Si no, la música seria aburridísima. De hecho, vivimos un momento aburrido precisamente porque todo suena igual. Hay muchas cosas buenas en la música ahora mismo, pero muy pocas cosas distintas. Por eso, cuando de repente llega Billie Eillish, todo el mundo dice 'guau'. Eso es lo que tiene que pasar en la música, y aquí ha pasado.
Soy un obsesionado de la búsqueda: cuando me tocó trabajar con Bebe, y la descubrí en el estudio por primera vez, me sorprendió. Eso es lo que me hace estar vivo en música. Por eso estoy etntando a Isabel. La estoy roneando (risas), pero no para cambiar de estilo. La música no tiene estilos, ni idiomas: Isabel dudaba de si se iba a emocionar con una canción si no entendía la letra. A la tercera actuación en inglés, decía: 'Has cantado en inglés y te he entendido todo'. Eso es muy bonito, porque al final hablamos de un lenguaje universal y no depende de una sola lengua, no depende de un idioma, de entender la letra o de cómo vistes. Te transmite, te transporta, es bueno.
¿Cómo habéis compaginado ser justos y honestos al juzgarles y dulcificarles una respuesta negativa?
JEAN: Juzgar es enseñar en muchos casos. Utilizas tu experiencia para trasladarla. Decir “Yo haría esto”, en vez de “Haz esto”. Hay algo muy bonito cuando un niño o niña se suben ahí arriba y ves que tienen algo. Se puede descubrir mucho a través de la música. Soy un fanático de los sistemas educativos y quiero que la gente estudie música para hacer mejores personas, no porque toquen un instrumento, sino porque puedes descubrir muchísimo talento detrás. Alguien puede no entrar porque le ha fallado algo para ser artista, pero sí puedes decirle que tiene una madera de liderazgo que tienes que llevar adelante, o una capacidad para cautivar al público o una inteligencia emocional en la vida. Con lo cual, dentro de lo que cabe, es fácil dar un no.
¿Lloran mucho? ¿Cómo actuáis en ese caso?
JEAN: Absolutamente. Pero en ese caso sales al escenario, le das un abrazo, te acercas... Es lo que tiene esto. Al final hay que elegir.
VÁZQUEZ: Tenemos un equipo de coach, asesores y psicólogos infantiles para que el rato que están con nosotros se enfoque a que esto es un juego y una diversión, que no es tan importante. Le quitamos hierro a todo, tienen salas de juegos muy chulos para jugar, divertirse y conocerse. Están monitorizados en todo momento para que esto transcurra de la forma más divertida y natural. El momento de nervios es lo que es, pero ellos lo eligen voluntariamente. Y cuando notamos la más mínima duda de que un niño no se siente bien, paramos la grabación; algunos no han salido porque no se hubiera consentido que hubieran salido a pasarlo mal. Más allá de esos nervios que pueden tener en el momento y al no hacer algo como les gustaría, el resto del tiempo los cuidamos con mucha exquisitez para que se lleven un buen recuerdo. Y lo que la experiencia nos demuestra es que el 99,99% lo tienen.
¿Hay participantes que hayan estado antes en otros programas?
VÁZQUEZ: Sí, han venido de otros programas. Y es maravilloso por los reencuentros. He tenido muchos con niños a los que conocí de pequeñitos y ahora no lo son tanto. Hay mucho talento en una edición de un talent, y al final solo ganan uno o dos, pero como son niños, luego siguen otras vidas aunque sigan teniendo eso de ser cantantes y después de unos años lo vuelven a intentar. Y me alegro muchísimo. De mucho me acuerdo por el nombre, físicamente, o porque fueron finalistas de otros programas. Si han tenido un recorrido largo de La voz kids o de Pequeños gigantes, Levántate... los reconozco.
'La voz kids' ha bajado en audiencia en Antena 3. Jesús, como experto, ¿te da miedo que la audiencia se canse?
VÁZQUEZ: No creo que obedezca a eso. Creo que han sido un conjunto de factores que no voy a valorar. Esta cadena [Telecinco] está muy fuerte y todo funciona muy bien. La oferta de entretenimiento de los lunes y martes en Telecinco es muy potente y es difícil competir con ellas. Es muy complicado pelear contra Got Talent y GH VIP, que es un auténtico portaaviones que arrasa con todo lo que pille. Supongo que han acusado ese choque tremendo, pero no creo que el gusto por los talents haya decaído. La oferta que llevamos, con un casting, jurado y enfoque diferentes, va a resultar atractiva a la gente. Además, se puede conocer a Isabel o verla como hace mucho que no se la veía, con otra expresión y emociones, va a resultar muy atractivo para sus fans y para los que no lo son.
¿Volverás como jurado? ¿Te queda la espinita?
VÁZQUEZ: Me queda la espinita porque no lo pude disfrutar. Es muy difícil ser jurado. Volvemos a lo mismo: no es sentarse ahí sin más. Hay que mirar a la cara a alguien que tiene todos sus sueños depositados en ese momento y que dependen de lo que le vas a decir, y darle un no es durísimo. Y Got Talent es especialmente duro, porque allí paras la actuación para decirles por qué les mandas para casa. Pero ahora estoy más curtido y he aprendido a decir que no.
Jesús, ¿a qué has aprendido a decir que no?
VÁZQUEZ: A todo lo que creo que no me gusta, no me apetece o no quiero hacer. Cosas cotidianas de la vida. Antes me proponían hacer algunos planes y los hacía aunque en el fondo no quisiera. He descubierto que se aprende a decir que no.
Isabel, ¿eres el poli bueno del programa?
PANTOJA: No, ni mucho menos. Aquí no hay poli bueno ni poli malo. Al principio me costaba muchísimo decir que no a niños pequeños.
¿Alguna vez te han dicho que no?
PANTOJA: No he hecho ninguna prueba en mi vida. Me acuerdo del programa de José María Íñigo, que hizo un concurso de la mujer más guapa de España. Yo, con todo el arte, me presenté. De todas las guapas que había, que estaba incluso Amparo Muñoz, gané yo.
¿Y te han dicho que no valías o que no ibas a seguir en la música?
PANTOJA: No. Con 7 años canté en un homenaje que hicieron a los cantaores y cantaoras flamencos de la época. Mi padre me presentó, estaba temblando por si salía corriendo, y formé en el teatro lo que no formó nadie. Eso se quedó para la historia.
¿Te habría gustado presentarte a un concurso como este cuando eras pequeña?
PANTOJA: Mi padre no me hubiera dejado. Y tampoco me habría gustado.
Y si tus nietos te pidieran ir a 'Idol Kids'...
PANTOJA: Ahí están sus padres.
¿Y a tus hijos les habrías presentado a un programa como este?
PANTOJA: No. Porque hay un botón rojo. Yo me preparé muy bien y tuve los maestros más buenos del mundo. Estuve preparándome durante tres años y medio para grabar mi primero disco, a los 15 años. Ensayaba todos los días y si llegaba un minuto más tarde el maestro cerraba el piano. Y por las noches trabajaba cantando, preparándome para ser una estrella. El maestro Juan Solano me dijo una frase que no se me olvidará nunca: '¿tú qué quieres ser, una estrella o una del montón?'. Me dijo que si quería ser una estrella tenía que esperar, que no estaba preparada todavía.
Hoy canta todo el mundo, pero a ver quién tiene el carnet de cantante. Yo me examiné. En la primera frase me pararon y me dijeron que podía marcharme. Cuando salí tan rápido mi madre pensaba que me habían descartado. Pero aprobé. Tengo mi carnet de artista como cantante, y luego tuve el valor de examinarme como bailaora. Antes no podías trabajar si no lo tenías.
¿Qué ha sido más difícil, 'Supervivientes' o decir que no a los niños en 'Idol Kids'?
PANTOJA: Decir que no. Las heridas de guerra ya se están curando. Lo de 'Supervivientes' fue una locura mía, porque lo veía tan bonito en la tele que quería ir. Cuando se lo dije a mi hijo se echó las manos a la cabeza y me dijo que estaba loca. Luego se lo dije a mi hija y me dijo que ojalá pudiera ir todos los años. Con el contraste entre ambos dije que yo sí que iba, que quería vivir esa experiencia. Sé que he sido una de las personas más mayores que han estado allí, pero le he dado a más de uno una lección porque he aguantado hasta el final. Ahora no le doy la razón a ninguno de los dos, porque es peor todavía. No volvería a 'Supervivientes'.
Si se hiciera la versión de adultos de 'Idol', ¿te daría más respeto?
PANTOJA: No, ahí iría a saco.
¿Te gustaría dar las Campanadas con Jesús Vázquez? ¿El 31 de diciembre cenas en la Puerta del Sol o en tu casa?
PANTOJA: A mí no me han dicho nada. Yo las di un año, que fueron las más vistas en Telecinco, así que todos los años la primera imagen que sale es la mía y todos mis fans creen que las voy a volver a dar. Si estoy con Jesús Vázquez sí me gustaría darlas otra vez.
¿Te han sorprendido los niños cantando alguna de tus canciones?
PANTOJA: Muchísimos, aunque no podemos contar mucho. En uno de los castings vino una niña monísima a cantar una copla muy bonita, lo hizo a morir. Me quedé mirándola y me acordé de mí. Mi madre jamás en mi vida me habría dejado ir a cantar a ningún sitio sin estar bien vestida. Ni yo dejaría a una hija, nieta o amiga sin estar vestida adecuadamente para lo que va a cantar. Le dije que cantaba que no se podía aguantar, pero le pedí que la próxima vez se vistiera de copla de verdad. Y la niña volvió.