Alta Mar, el nuevo transatlántico de Netflix y Bambú Producciones, se prepara para zarpar con Jon Kortajarena e Ivana Baquero en la lista de pasajeros estrella. Ambos actores encabezan este nuevo proyecto de ficción, el tercero que une a la productora con la plataforma de streaming, a bordo del cual nos subimos recientemente para conocer todos sus detalles.
Ambientada en los años 40, esta serie de misterio sitúa sus tramas en un barco que parte hacia Brasil desde la costa de Vigo con miles de pasajeros en busca de una vida mejor. Allí se encontrarán Nicolás (Kortajarena) y Eva (Baquero), que protagonizarán una historia que promete no terminar como la de Jack y Rose en Titanic.
Charlamos con los dos intérpretes, que nos reciben en Alta Mar para darnos algunas pinceladas de sus tramas y hablarnos del largo viaje que emprenderán el próximo 24 de mayo con este proyecto.
¿Qué papel juegan vuestros personajes en 'Alta Mar'?
Ivana: Yo interpreto a Eva Villanueva, una escritora que viaja de España a Brasil con su hermana Carolina (Alejandra Onieva) en un transatlántico de los años 40. Las dos han vivido una serie de circunstancias trágicas en su familia y se van en busca de una nueva vida. Mi personaje es una chica muy reivindicativa y muy pasional. En este viaje sucede un asesinato y empieza a investigar para descubrir lo que ha pasado. En esos momentos nace una historia muy bonita al conocer a Nicolás (Jon Kortajarena).
Jon: Nicolás es el primer oficial del barco, y viene de una familia humilde, con muchos hermanos. Por circunstancias de la vida, un día que está robando en el puerto siendo un adolescente le roba el reloj al capitán de este barco. Este le pilla y le dice que o va a la cárcel o se mete a la escuela naval para irse con él. Ahí empieza una relación entre ellos, y se convierten prácticamente en padre e hijo. En este viaje, que arranca con muchas expectativas, van pasando cosas que no son normales. A todos los personajes la situación que se da nos pone en situaciones que jamás hubiéramos pensado.
Una de las cosas que más llaman la atención de la serie son los decorados. ¿Cómo fue la primera vez que pusísteis un pie aquí?
Ivana: A mí me emocionó mucho ver la tercera clase. Yo ruedo mucho en primera clase porque mi personaje tiene ahí gran parte de la trama y aunque es precioso, recuerdo el momento en el que bajé a tercera, fue súper emocionante. Todo es tan auténtico y real, que es el plató que más me gusta. Es un poco irónico porque quizás la gente puede pensar que la primera es más vistosa, pero esta tiene un encanto...
Jon: Sobre todo es donde está el ambiente. En Alta Mar se van a ver mucho las diferentes clases y cómo van interactuando entre ellos. Al final te das cuenta de que en tercera clase están las mejores fiestas.
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¿Os habéis sentido un poco como Rose y Jack?
Ivana: En realidad es la misma época. Sí que es verdad que la cantina tiene un punto similar, incluso a veces la música y los momentos que se crean recuerda a esa época y esa estética de Titanic.
¿Habrías dejado que Jon se quedara en la tabla?
Ivana: Yo creo que cabe (risas). Soy de las que piensa que podían haber entrado dos perfectamente. Yo soy pequeñita, así que cabemos.
¿Cómo habéis afrontado un proyecto que se va a estrenar en tantos países? ¿Qué expectativas tenéis?
Jon: Es emocionante y excitante pensar que tu trabajo se va a ver en tantos países a la vez, pero creo que como actor no planteas un personaje en función de la gente que lo va a ver. Cuando aceptas un proyecto es porque te gusta, porque ese personaje te aporta o porque quieres contar algo. Pones tu alma y tu corazón independientemente de la gente que te vaya a ver. ¿Hace ilusión? Sí, pero el trabajo es el mismo. Lo voy a intentar hacer lo mejor posible me vean en 190 países o 50 personas en un microteatro. Creo que eso es lo bonito, una de las mejores partes de ser actor, que puedes hacer las cosas de corazón y controlar lo que está en tu mano.
Ivana: Creo que por muy grande que sea el proyecto, cuando llegas a plató eres tú y tu compañero y te olvidas de lo demás, de cuánto éxito puede tener. Nosotros deseamos que triunfe y creemos que tiene muchísimo potencial. Es un proyecto único.
Jon: Es muy diferente a todo. Es una serie de aventuras que puede conectar con muchas culturas distintas porque hay algo que es universal. Os prometo que cuando acepté este proyecto no sabía que era una serie para 190 países, me enteré hace poco.
¿Cómo llegó a vosotros este trabajo?
Ivana: A través de Bambú Producciones.
Jon: Yo nunca había trabajado con ellos y me llamaron para hacer una prueba, como haces mil. Salí de allí y prácticamente al día o a los dos días me dijeron que me cogían.
Algunos pueden pensar que llegáis directamente a los proyectos. ¿Hacéis muchas pruebas para fichar, pese a llevar ya cierta trayectoria?
Ivana: Sí, aunque depende mucho del proyecto realmente. En mi caso sí había trabajado antes con Bambú y no hice prueba, pero ya habían visto como trabajé en El club de los incomprendidos y conocía también a Netflix por Las crónicas de Shannara. Pero sí, sobre todo en Estados Unidos es muy normal hacer pruebas, y todo depende de si conocen tu trabajo, o si quieren ver qué puedes aportar al personaje. Creo que es una parte muy común de la profesión.
Jon: Te llaman, te dicen que te prepares algo concreto y en tres días tienes que ir con la propuesta. Luego puede ser acertada o no, y según eso te dirigen. Si ven que eres capaz de adaptarte a lo que el director te va diciendo supongo que ayuda a la hora de elegirte.
En una producción tan grande y milimetrada, ¿hasta qué punto podéis aportar como actores? ¿Está todo muy medido, o tenéis manga ancha para moveros con vuestros personajes?
Ivana: Están bastante delimitados por un equipo magnífico de guionistas. Además, al ser una historia de misterio está todo hilado y calculadísimo. Sí que es verdad que Carlos Sedes, que es uno de los mejores directores con los que he trabajado, es un máquina y nos da cierto margen. Llega un momento que conocemos tanto a nuestros personajes después de tantos episodios y horas de trabajo, que prácticamente somos ellos.
Jon: Yo llevo empapado tres meses (risas). También es verdad que cuando empezamos pensé que iba a haber más de Rose y Jack en Titanic, como esta relación algo cursi de los 90, y para nada. El director les ha dado una vuelta a todos los personajes, los ha actualizado y los ha hecho bajo mi punto de vista mucho más interesante y ricos. No es una serie que precisamente entre en los clichés de cosas que hemos visto antes. La época es una referencia para muchas cosas, pero otras nos las saltamos.
¿Qué tal está siendo el rodaje con actores como José Sacristán?
Jon: Es una maravilla poder aprender de ellos, de tus compañeros aprendes mucho. Es duro, porque estas series van muy rápido, pero la mayoría de las noches nos vamos encantados a casa y con un subidón de adrenalina por saber que estamos haciendo algo interesante, diferente, y que la gente que le de una oportunidad no va a ver lo que ya ha visto muchas veces antes. Eso es excitante.
¿Alguna anécdota de estos meses?
Ivana: Es un poco irónico. La acción se supone que transcurre en verano, pero la estamos rodando en pleno invierno de Madrid, con temperaturas bajo cero. Hay escenas que tenemos que rodar en exterior, supuestamente en veranito, con calor, y estamos congelándonos. Al margen de eso, creo que somos un elenco muy divertido y hemos hecho piña, y eso también es importante. En rodajes tan largos se agradece tener compañeros con los que te llevas estupendamente y con los que puedes compartir, reírte y relajarte. Hay muchas anécdotas.
Jon, venías de hacer 'La Verdad' en Telecinco. ¿Cómo te has desenvuelto ahora en una serie de época como 'Alta Mar'?
Un nuevo reto, está siendo muy emocionante. Eso es lo bueno de esta profesión, cuando te involucras en un proyecto te metes en una época, personaje y circunstancias diferentes, y hay un trabajo previo para meterte en situación y conocer bien a quien vas a interpretar. Estoy muy ilusionado con Alta Mar.