José Antonio Avilés ha sido, sin duda, uno de los protagonistas de la temporada televisiva en Mediaset. Desde que saltara del helicóptero en Supervivientes 2020, el que parecía que iba a ser uno de los perfiles más bajos de la edición, presentándose como periodista de programas sin mayor recorrido, acabó convirtiéndose en la estrella del reality, por todas las mentiras que se fueron destapando desde España -paralelamente a su concurso- y sobre las que le obligaron a dar la cara en diferentes espacios.
Quizá en un principio se arrepintiera de una conducta que le había llevado a disculparse ante los afectados por sus calumnias y hasta había obligado a su madre a mentir por él. Pero sin embargo, lejos de recibir un castigo por ello, en Telecinco han seguido contando con Avilés: sin importar que nunca fuera periodista y ocupara una silla asegurando que sí tenía el título, olvidándose de las informaciones falsas que había dado y que se supone que es lo más preciado que un colaborador puede aportar, y pasando por alto las estafas y los engaños a terceros que él mismo había confesado.
Por todo ello parece que la jugada le ha salido bien y hasta se ha visto premiado por unas mentiras que no cesan. La última ocurrió este fin de semana en 'Viva la vida', cuando lanzó una información falsa sobre María Teresa Campos y toda la familia corrió a desmentirla. Toñi Moreno le destapó y él acabó marchándose indignado por decir que es “un mentiroso”. Pero todo hace indicar que regresará a los platós, porque el papel que involuntariamente se ha construido parece funcionar como un nuevo tipo de bufón, o de juguete roto que no sabemos hasta cuándo aguantará.
Pero, sobre todo, Avilés personifica a un “drogadicto de la mentira” -como él mismo se definió- que también causa adicción a una audiencia ansiosa por saber quién será la nueva víctima de su imaginación. Una imaginación que no deja de tejer mentiras como las que ya le han hecho famoso:
Las mayores mentiras sobre su vida... personal
José Antonio Avilés se presentó a los espectadores como un heredero millonario que había recibido hasta 19 millones de euros. Algo que tampoco necesitaba demasiado porque su madre era dueña de un camping que ya les daba para vivir a todo trapo.
Pero no conforme con esa vida inventada, también aseguró que era familia de Amancio Ortega y Florentino Pérez. Vamos, que trabajaba como colaborador de Viva la vida porque se debía al público, no porque lo necesitara.
Las otras mentiras sobre su vida... profesional
María Patiño fue una de las primeras en sospechar que Avilés no solo mentía sobre su vida personal, sino también en la profesional. Ella puso en entredicho su título universitario y él aseguró en repetidas ocasiones que era periodista, que había estudiado en la Universidad de Gales y su madre también lo confirmó.
Algo que más tarde se descubrió que era una falacia ya que el título que le envió a Patiño por WhatsApp era sacado de Google, y luego él mismo confesó que nunca había estudiado tal carrera, ni fuera ni dentro de nuestras fronteras.
Sus líos amorosos y amistades inexistentes
No son pocos los rostros famosos a los que Avilés también aseguró conocer de primera mano sin ser eso cierto. Uno de los primeros: Jorge Javier Vázquez, con el que llegó a decir que había mantenido una relación y hasta habían compartido casa pero que el presentador le había pedido que no contara nada. Este, al escucharlo, se lo tomó a risa y aseguró que nunca le había visto en persona, solo le había escrito Avilés por una red social.
De hecho, el propio Jorge Javier le pidió explicaciones sobre una supuesta estafa que usó con su nombre: “¿Por qué utilizaste mi nombre en una clínica dental para hacerte un blanqueamiento que era para mí cuando todo el mundo sabe que yo llevo fundas?”, le dijo, a lo que Avilés respondió que él no le conoce tanto como para saber lo que lleva en los dientes.
También señaló a José Antonio Pavón como su romance amoroso en la preconvivencia de Supervivientes. Así se lo contó a varios de sus compañeros de reality que también se lo hicieron llegar al torero, algo que él negó rotundamente. Al final Avilés reconoció su mentira vistiéndola de broma: “Yo no he tenido nada con él. Yo bromeé y le dije a mis compañeros que había tenido un tonteo”.
Gustavo González y María Lapiedra también probaron las mieles de las informaciones falsas de Avilés, quien explicó que era “casi familia” del primero de ellos. Algo que Gustavo no tardó en desmentir aclarando que se habían visto sólo una vez y que estafó a su chica prestándole ropa por la que él cobró comisión.
Las estafas con coches, ropa y bolsos de lujo
Pero lo más asombroso de todas estas mentiras (además de que no le pillaran antes) son las que pertenecen al universo de las estafas continuadas en distintos sectores:
Avilés presumió de ser imagen de concesionarios de lujo en Córdoba, asegurando que le prestaban Minis y otras marcas para ir a desfiles, con chófer y doncella. Decía a sus amigos que les podía conseguir los que quisieran, pero en realidad estaba alquilando esos coches y los pedía prestados a sus dueños y esposas (los que se suponía que eran chófer y doncella) y cuando tenía que pagarlos desaparecía. Dejó a deber 400 euros del alquiler y el propietario se los reclamó.
Se presentaba a eventos como estilista de famosas como Isa Pantoja, Gloria Camila, Dulceida o Lara Álvarez; y a través de tales nombres lograba ropa que después no devolvía ni física ni económicamente. Una diseñadora llegó a decir que le debía más de 1.000 euros.
En otra ocasión, alardeó de ser hijo de la actual esposa de Amancio Ortega y con ello logró que una diseñadora le prestara bolsos para que lo lucieran amigas famosas y cuando ella se los pidió, él le dio largas.
En cuanto al pago de todos estos “negocios”, lo que usaba Avilés según Kiko Matamoros era transferencias y cheques sin fondos. Algo que el propio José Antonio reconoció haber hecho pero añadiendo que estaba a la espera de devolver todo lo que debía.
Un “drogadicto de la mentira” que engancha a la audiencia
Pese a toda la ristra de invenciones, mentiras y estafas que sacaron a la luz los programas de Mediaset sobre el que había sido su trabajador, parece que tampoco están dispuestos a quitarle su silla porque... da audiencia.
Desde que saltara su vida por los aires, sin él saberlo, durante el concurso, el público estuvo ansioso por verle dando la cara. Ese mismo domingo, después de su expulsión, Jordi González conectó con Honduras y le pidió explicaciones. Su reacción marcó récord de cuota (24.2%) y espectadores (3.543.000). El experimento gustó tanto que Telecinco organizó una gala especial solo dedicada a Avilés, con Jorge Javier Vázquez al frente para exprimir aún más su problema: el especial arrasó con 4 millones liderando su franja con 22.4%. De hecho, cuando Avilés ya desapareció del reality (implorando que le dejaran con su terapia), las conexiones con Honduras redujeron su alcance, aunque sin bajarse del liderazgo.
Por todo ello, es evidente que Mediaset no va a dejar escapar su nueva gallina de las “mentiras” de oro que, por alguna curiosa razón, sigue enganchando a una audiencia deseosa de conocer nuevas historias, sean o no verdad.