Salvados reunió por primera vez en el mismo programa a los míticos periodistas deportivos José María García y José Ramón de la Morena.
Dos enemigos históricos que reflexionaron sobre la “guerra” que mantuvieron casi a diario y concluyeron en que no les valió la pena por los “daños colaterales”.
José María García: “Era capaz de cualquier cosa por una exclusiva”
Jordi Évole empezó hablando con García sobre su visión del periodismo: “Era capaz de cualquier cosa por una exclusiva, dentro de un orden muy justito, pero casi de cualquier cosa”. Y aseguró que no compraba a los informadores pero “les daba alguna recompensa”.
Juan Carlos I cuelga el teléfono a Évole
El propio García aseguró que tuvo “adoración por Juan Carlos y confieso que equivocada. No me gustó lo de Botsuana, la presencia tan próxima de Corina, las amistades masculinas próximas del rey”.
Y aunque explicó que ambos habían tenido una relación de amistad, ahora “no estoy nada agradecido a Don Juan Carlos, yo me he portado con él de maravilla pero desde que él dejó de ser rey no he recibido ni una llamada”.
Évole quiso sorprender al periodista, como él hacía en su programa de radio, y llamó al rey emérito. Este solo quiso hablar del periodista deportivo: “Yo le puedo decir que es una referencia del periodismo español en las últimas décadas, y no solo en el deporte. Ha defendido su independencia, es un gran español y leal con las personas a las que quiere. Yo le admiro y le quiero mucho”.
El presentador, aprovechó para pedirle una entrevista en Salvados y el Borbón esquivó el tema, se despidió y colgó el teléfono. Un gesto que criticó el propio García: “A Juan Carlos le faltó esa entrevista incisiva. A mi me ha molestado el comportamiento que ha tenido contigo, se ha equivocado groseramente”.
La guerra García vs. de la Morena: “Ha habido daños colaterales”
Évole preguntó a García por la guerra que protagonizó contra de la Morena en las ondas: “Fue una guerra empresarial donde la Ser hizo lo que tenía que hacer. Estábamos muy pendientes el uno del otro. Me pasaban notas de lo que decía de mí”.
En la misma línea, de la Morena confesaba que le pasaban los cortes de los comentarios que hacía García sobre él: “Me defendí como un niño que pega una patada en la espinilla a un gigante. Pero juro que nunca me metí con él de entrada, siempre fue una contestación”.
Tras hablar con ellos por separado, el presentador los juntó en la mesa, frente a frente, para reflexionar sobre su enfrentamiento radiofónico: “Hay muchísimas cosas que ahora no las diría, porque no comulgo con eso de que en la guerra todo vale. Nos decíamos barbaridades, ahora no lo haría”, decía García.
“Era un periodismo salvaje”, añadía de la Morena, “no sé si valió la pena, yo he sufrido, y ha habido daños colaterales. Fueron épocas malas y duras”, sentenciaba.
Este último, incluso quiso resaltar las cualidades del que fue su competencia durante años: “Fuiste posiblemente el mejor reportero que ha tenido la historia de este país (...) abriste camino para que el periodista deportivo ganara dinero”.
Este acercamiento entre ambos, García lo explicaba asegurando que querían “mandar un mensaje en esta sociedad, el tiempo lo marca la reconciliación, la generosidad y el dar más que recibir”.
Ambos empezaban a entrevistarse mutuamente, largo y tendido, y finalmente Évole les dejaba a solas, en su conciliación.