Sálvame vivió este martes 14 de junio momentos de tensión con el llanto de Lydia Lozano tras unas palabras de Kiko Hernández referidas a la asistencia de su compañera al funeral de Jesús Mariñas, fallecido el 10 de mayo. El tertuliano reveló que la periodista sentía “pereza” antes de ir a la cita, lo que propició un intento de abandono de Lozano y un espectáculo televisivo habitual en los pasillos de Mediaset.
A lo ocurrido se refirió un día después María Patiño, que acompañaba a Adela González al frente del magacín, ante la ausencia de estos días de Jorge Javier Vázquez. “Me he dado cuenta de que la maldad funciona”, apuntó, en un comentario refrendado por la presentadora: “Que se lo digan a Kiko Hernández”.
“Llevamos trece años haciendo lo mismo”
Patiño aplaudió que la audiencia de Sálvame Limón subió al 12% de cuota de pantalla con lo ocurrido entre Hernández y Lozano. El aludido no dudó en reivindicarse: “De eso se trata, de hacer un programa de televisión. Si no, no estaríamos aquí: tú estarías en tu casa, yo en la mía...”. Incluso llegó a desdeñar a compañeras que no lo entienden, como Carmen Alcayde. “La maldad funciona, ¡viva la maldad!”.
Alcayde no estaba presente este miércoles, pero sí Gema López. Esta, ausente el martes, salió entonces en defensa de Lozano y reprochó al compañero las formas empleadas en la jornada anterior: “No me gustó nada lo que hiciste”, le reconoció y hasta aseguró “haberle puesto verde desde casa”.
Lejos de defenderse, Kiko atacó a López y recalcó que lo que hizo “llevamos trece años haciendo lo mismo”, y hasta ironizó: “Cuando te pregunten que si quieres venir, di que no, que hay gente muy mala”.
Defiende “tener ese punto de maldad”
A López no le gustó ni el tono ni las explicaciones de Hernández, a quien afeó su forma de actuar una “que a los demás no nos hace falta”: “Yo llevo 25 años sin hacerlo”, sostuvo la periodista, que recibió una respuesta cuando menos tajante del tertuliano y ocasional presentador.
“Me da igual lo que te guste a ti o no. A mí lo que me importa es lo que le guste al público, y ayer batimos récord en el Limón. ¡Se acabó! ¡No hay más!”, exclamó, haciendo de menos a López por lo que consideraba “superioridad moral”: “Si no tuviéramos ese punto de maldad, o de travesura, a lo mejor llevábamos ocho años en casa comiéndonos los mocos”.