Si las pruebas de La casa fuerte están siendo tal despropósito que Nuria Marín acaba desquiciada en cada una de ellas, la de la cuarta entrega del reality parecía pensada para acabar con tal sufrimiento.
Los juegos propuestos por el equipo han pasado de parecer destinados a niños de párvulos, a convertirse en la friolera de retos para niños de primaria: que si les atamos las piernas por parejas y tienen que salir corriendo, que si les rodeamos de un colchón con celo para acolchar su caída, que si hacen una carrera metidos en flotadores... Una compleja elaboración que se ha convertido en la constante de este programa low cost en el que hasta los presentadores se ríen de sí mismos al conducirlo (recordemos cuando Sonsoles Ónega deio “gracias a Dios” literal por haber acabado ahí“).
Por todo ello, parece que en la reunión de contenido para pensar en la emisión de esta noche los responsables han decidido finiquitar su “parada de los monstruos” con una prueba que podrían haber descrito así: “Tapamos los ojos a Oriana, Yola Berrocal, Labrador, Iván, Leticia Sabater y Macarena, les damos vueltas para que se mareen y un martillo para que se peguen en la cabeza”. El crimen perfecto“.
Eso sí, para disimular las ganas de acabar con tal cuadra, perdón, cuadro, les pusieron un casco y los martillos fueron de goma (no vaya a ser que subamos el nivel a la ESO) perfectos para desahogarse golpeando la cabeza de su rival.
Con unas reglas siempre cogidas con pinzas, quejas constantes de “trampas” y hasta momentos que Oriana tildó de “lamentables”, el segundo de oro lo regaló Yola, la ganadora de Hotel Glam que dio el espectáculo merecido y casi decapita al de Gandía Shore.
Sin duda, ese momento hizo que valiera la pena todo ese espectáculo que bien podría parecer una metáfora de las ganas de la cadena de sacrificar a sus concursantes, para que el resto no sigamos sufriendo.
El susto de Maite bajo el agua
Pero más grave pudo ser aún el juego que protagonizó Maite, Cristian, Christofer y Fani minutos después. Las parejas debían enfrentarse a una especie de partido de waterpolo embutidos en enormes flotadores.
Al tirarse al agua, Maite se dio la vuelta y quedó ahogada durante unos segundos haciendo gestos con los brazos para que alguien le ayudara a salir. Nuria - que no puede acercarse a los concursantes por las medidas sanitarias- gritaba que alguien ayudara a la madre de Cristian y finalmente Fani la pudo rescatar.
Fueron segundos de tensión en los que la presentadora pidió que se marcharan a publicidad para que la concursante se recuperara tras el susto. Una muestra más de que las pruebas a las que se someten los concursantes no se pueden tomar a la ligera y deben estar tan pensadas como probadas por la organización. Sea el reality que sea con el presupuesto que tenga.