Análisis Vertele

4 motivos para guardar 'La casa fuerte' de Telecinco en la “caja fuerte” de realities para olvidar

Imágenes de 'La casa fuerte' de Telecinco

Paula Hergar

La casa fuerte pone fin a su andadura en Telecinco esta noche con la emisión de su Debate final. Un programa que ha cumplido con el objetivo de “ni una semana sin reality” que parece seguir como filosofía Mediaset pero no ha estado a la altura de los emitidos esta temporada.

Si nos remontamos a septiembre, la primera cadena del grupo apostó por GH VIP 7 que mantuvo en vilo a la audiencia con romances prohibidos y tramas que a día de hoy aún dan que hablar en su universo. Seguidamente emitieron La isla de las tentaciones, la apuesta revelación que ha visto nacer a nuevas “estrellas” televisivas y hasta convirtió en cultura popular expresiones como “¡Estefaníaaaa!”. En febrero llegó Supervivientes para demostrar, un año más, que es el formato más complejo y redondo del género.

Sin embargo, desde el estreno de La casa fuerte - producido por el mismo Bulldog del reality de aventuras- ni los presentadores se tomaron en serio un contenido que ha dejado mucho que desear, como analizamos a continuación:

Mecánica sin interés (hecha sobre la marcha)

Aunque un reality siempre empieza por pensar en la mecánica, en La casa fuerte siempre ha dado la sensación de que nunca llegó a hacerse esa reunión de contenidos en la que los responsables pensaran más allá de que hubiera parejas con caja fuerte y otras que tenían que robársela.

Hasta que no pasaron varios días, a nadie se le ocurrió que el enfrentamiento de dos parejas por mantener sus comodidades o robárselas a la otra no era suficientemente atractivo para esperarlo de forma semanal. Cuando lo detectaron, multiplicaron los asaltos y así, la participación de la audiencia. También se cambió el que las recién nominadas fueran inmunes, ya que de lo contrario siempre salían las mismas y los enfrentamientos generaban sensación de déjà vu.

Incluso con estos cambios realizados sobre la marcha, a la audiencia siempre le quedaba un halo de desazón al no haber expulsiones. Porque si a los concursantes que caen mal solo se les puede castigar durmiendo a la intemperie pero dejándoles casi con las mismas condiciones que los que caen bien, ¿para qué sirve el voto?

Pruebas infantiles y hasta peligrosas

Las pruebas a las que sometieron a los concursantes parecían haber estado igual o menos pensadas que la mecánica del concurso, solo que en este caso ha sido hasta peligroso: jugarse una final en una prueba acuática en la que tienen que cargar con piezas lo más rápido posible provocó el mareo de Ferre y la carrera del médico por socorrerlo, minutos después Leticia Sabater cargaba con un lingote de 5 kilos en el agua que le hacía ahogarse, varios concursantes salieron rodando embutidos en un disfraz y en bajada por una pendiente. Pero el mayor susto lo protagonizó Maite Galdeano al saltar a un flotador -como pedía el programa- y quedarse bocabajo en el agua sin poder subir a la superficie.

Segundos angustiosos que vivieron los concursantes y la propia audiencia y que parece mentira que se le escapen al mismo equipo que está acostumbrado a organizar pruebas mucho más complejas, a la vez que seguras, en Supervivientes.

Un casting pasado de vueltas

Está comprobado que el caché del casting no garantiza más o menos audiencia. De hecho, La isla de las tentaciones contaba con concursantes prácticamente anónimos y eso aumentó la sorpresa en cada emisión. Así como lo demostraron Adara, Gianmarco, Kiko y Estela que estaban entre los menos conocidos de GH VIP 7 y sin embargo se convirtieron en los protagonistas absolutos.

Pero en el caso de La casa fuerte el problema no estuvo en lo low cost que era su casting sino en lo desgastados que estaban sus fichajes: a Oriana, Maite Galdeano, María Jesús Ruiz, Yola, Leticia Sabater y Labrador les hemos sufrido en casi todos los formatos de la casa, ¿con qué nos van a sorprender? Mientras que a Fani, Christofer, Suescun y Ferre les acabábamos de ver en el reality anterior. Esto ya era exprimir el poco jugo que les quedaba.

Todos ellos han remado muy a favor de obra, eso sí, pero al ser monstruos televisivos conocedores de lo que quiere la audiencia, a la que ya le habían dado de todo, han estado más forzados y subidos de tono que en anteriores ocasiones.

Tramas que prometían pero se desinflaron

La elección de los concursantes no estuvo para nada desacertada: Oriana e Iván que parecía que empezaban una relación, Cristian Suescun se encontró con Yola Berrocal, su amor platónico de adolescencia, Maite Galdeano por fin tuvo a una compañera de generación como era Juani y Macarena tenía que convivir con Labrador, enemigo íntimo de su novio Rafa Mora.

Sin embargo, lo que parecía que iban a ser tramas bomba, acabaron con finales felices (aburridos) o rifirrafes sin más. Iván entró renegando de Oriana - que podría haberse convertido en una víctima del rompecorazones, estereotipo que siempre gusta en un reality- y acabó exclamando que su premio había sido enamorarse de ella. Es decir, una historia de amor sin más que rascar. Cristian y Yola también podrían haber protagonizado un Adara y Gianmarco, pero no, él prefirió hacerlo tras las cámaras y mentir ante ellas. Efectivamente, hizo ganadora a Yola pero no nos dio ese romance prohibido que tanto engancha.

Mientras que Labrador y Macarena se limitaron a ser cordiales el uno con el otro y mantener su enemistad en la fina línea de la educación. Casi lo mismo que ocurrió con Oriana y Fani, que no se podían aguantar al principio, y finalmente hicieron las paces. Bien por ellos, mal por la ausencia de trama.

A la caja fuerte de los realities olvidables

En definitiva, la ausencia de una mecánica adictiva, la propuesta de pruebas infantiloides a la par que peligrosas, la presencia de unos concursantes sobreactuados y exprimidos, de unos presentadores cansados y unas tramas que no rellenaron el universo Mediaset dejan como conclusión un reality más para el olvido.

Otro que se sumaría a la lista de Campamento de verano, Pasaporte a la isla, Ex, ¿qúe harías por tus hijos? y alguno más pero que... Seguramente ya ni recuerde.

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