Así marcha el reality de laSexta

'La Isla' se descontrola: robos, broncas, lágrimas y amagos de abandono… sin fuego tras 9 días

'La Isla' en laSexta

Aunque la audiencia ha abandonado a las aventureras tras tres años en el cajón de laSexta, La Isla emitió este jueves su tercera entrega, en la que mostró que las participantes no parecían estar muy preparadas para el reto.

Tras nueve días de convivencia completamente solas en la isla, siguen sin conseguir hacer fuego. Algo que no sólo les afecta por la noche para dormir con algo de calor, sino que sobre todo les dificulta preparar el alimento y el agua. Lo que está pasando factura.

El desgaste se notó en Angie, que se desmayó por la deshidratación e hizo necesario que sus compañeras recurriesen a la estrategia de urgencia y contactasen con el equipo del programa para solicitar a un médico.

La desesperación también se notó en Zuriñe, que al ver su alarmante pérdida de peso comentó con sus compañeras la posibilidad de abandonar. Y más lejos fue Pitty, que se puso en contacto con el equipo del programa para activar el protocolo de renuncia voluntaria y pidió un reconocimiento médico.

Ana María Lara también acabó entre lágrimas por la falta de agua y comida. Y por si fuera poco, Natalia también acabó llorando después de tener un accidente contra una ola y quedarse “ciega” temporalmente.

Mireia Borrás robó agua y pidió “socializar” la cama

Más allá de los problemas reales de supervivencia, en el apartado de la convivencia el grupo sigue sin cohesionarse. esta vez, la protagonista de las broncas fue la actual diputada de Vox, Mireia Borrás.

La principal fue por el agua. Como decimos, a las aventureras les está costando mucho conseguir agua y filtrarla, por lo que es un bien escaso. Sin embargo, Mireia Borrás y su grupo se bebieron las garrafas que tenían ya filtradas sin compartir con el resto de compañeras. Cuando estas se quejaron, ella echó balones fuera asegurando que había menos agua porque se había perdido al filtrarse.

No fue la única disputa con Mireia Borrás como protagonista. El desacuerdo entre las aventureras hizo que las operadoras de cámara se preparasen un terreno cómodo y protegido para dormir como si fuera una cama. Tan bueno fue su trabajo, en el que emplearon unas dos horas, que Mireia Borrás y su grupo pidieron dormir también con ellas. Pero las operadoras se negaron, diciéndoles que no habían hecho nada y ahora querían aprovecharse de su trabajo.

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