Évole vivió la previa del 8M en una cárcel de mujeres: “Ese día parece que no estás aquí, pero luego dicen ”recuento“ y se te pasa”
Coincidiendo con el 8M, Lo de Évole dedicó su entrega de este domingo a mostrar cómo es la vida en una cárcel de mujeres. El programa de laSexta se desplazó hasta el Centro Penitenciario de Mujeres de Barcelona para hablar con varias reclusas sobre su día a día entre rejas y sobre cómo viven ellas precisamente el Día Internacional de la Mujer.
“Nos quedamos en el patio todas juntas con música, es un día superguay. Es uno de los días que parece que no estás en la cárcel. Luego dicen ”recuento“ y se te pasa”, comentó una de las presas a Jordi Évole. “Es un día especial pero en el que tú no ganas”, sino que “quien verdaderamente gana de cara al exterior son ellos”, dijo otra reclusa en referencia a los responsables de la cárcel, que pueden presumir de las actividades que se hacen ese día en la cárcel.
El 8M es, sin embargo, una fecha excepcional dentro de la cárcel, donde los días pasan sin que las presas sientan el apoyo que necesitan. “A nadie le importa cómo te sientes tú. Y si te siente mal, para eso está la medicación”, lamentó una de las encarceladas. Otra, por su parte, reconoció que suele “enfadarse” con sus amigos “porque me preguntan si [la cárcel] es tipo Vis a vis con alguna chica que haya matado aquí dentro”. “Pero cómo eres tan morboso, que lo estoy pasando mal. Que estoy presa, tío, pregúntame cómo me siento”, pidió la joven.
Las reclusas, contra la violencia machista: “Te cansas de denunciar”
Évole aprovechó su conversación con estas presas para arrojar un dato: “El 70% de las mujeres internas ha sufrido violencia machista”. Preguntadas sobre si esta estadística se ajusta a la realidad de su centro penitenciario, las reclusas respondieron que sí, que “la mayoría han sufrido algún tipo de maltrato, ya fuese por la pareja, por los padres e, incluso, por los hijos”.
Una de las entrevistadas, de hecho, fue víctima de maltrato y contó a Évole cómo su agresor le rompió la nariz y ella, para defenderse, le hizo un arañazo. Un gesto que, sin embargo, acabó jugando en su contra en el momento de denunciar ante los Mossos. “¿Pero qué quieres denunciar? Si él también tiene sangre”, le dijeron los agentes. “Te cansas de denunciar”, concluyó.
Otra de las reclusas comentó, a su vez, que muchas de las mujeres que han sufrido maltrato han terminado cayendo en la drogas, pues éstas funcionan “como un tipo de evasión” al que recurres cuando “no quieres ver ni afrontar la realidad”.
Por otro lado, las reclusas también denunciar el machismo instalado en las instituciones penitenciarias: “¿Por qué a los hombres se les separa, se les hacen centros que parecen barrios enteros, y a las mujeres no? Hay un montón de tipologías de delitos y estamos en el mismo módulo. En cambio, los hombres tienen el módulo 1, que es de permiso; el 2, es de problemas de drogas; el 3, es de problemas de droga y robo; el 4, de delitos violentos”.