Luis Tosar, sobre el Prestige: “Tenía la certeza de que se estaba manipulando a la población”
El próximo 13 de noviembre se cumplirán 20 años del naufragio del petrolero Prestige y la consecuente tragedia medioambiental, la mayor de España. Salvados ha analizado lo ocurrido, en dos entregas de las que estrenó la primera este domingo.
En ella, Gonzo habló con más de una decena de protagonistas del accidente y de su gestión para repasar la cronología de los hechos, la toma de decisiones, el tratamiento de la noticia en medios y cómo creció la indignación por la gestión gubernamental.
El programa habló con miembros de la tripulacón, para conocer cómo se vivió el accidente dentro del barco. Entrevistando a nombres como José Carmelotes. Así como también entrevistó a cargos políticos de aquél entonces para conocer cómo se vivió en tierra: desde el conselleiro de Pesca de la Xunta de Galicia, Enrique César López Veiga, al capitán de la Marina Mercante, Juan Zamora y Fernando Balbás y Serafín Díaz Regueiro, jefe y subjefe de inspección marítima en el momento del accidente.
Pero Gonzo también quiso hablar con uno de los rostros mediáticos que más activo fue desde la sociedad civil ante el desastre: Luis Tosar. El actor gallego recordó “haber llorado al ver las imágenes por la sensación de que era algo irrecuperable”.
Además, tampoco olvida cómo los distintos ministros del PP intentaban transmitir tranquilidad y negaban que hubiera marea negra “cuando había 800 km de costa llena de chapapote”. Por lo que Gonzo le preguntó si tenía la sensación de que estaban manipulando: “No tenía la sensación, tenía la certeza de que se estaba manipulando a la población”, aclaró.
Para acabar subrayando que el ver cómo el Prestige se partía en dos y se hundía por completo en aguas gallegas era “el culmen de las malas decisiones”.
Tosar también leyó la carta que Apostolos Mangouras, el capitán del Prestige escribió en prisión, que dice, entre otras cosas, lo siguiente:
“Mi nombre es Apostolos Mangouras, ciudadano griego y en extensión europeo, soy el último capitán del Prestige, barco que desgraciadamente yace en el fondo del océano.
(...) Este estigma mancha y pone en tela de juicio mi capacidad profesional y sentido de responsabilidad. Deseo a quienes son los responsables de mi situación actual que nunca tengan la ocasión de sentir el dolor, la impotencia y la soledad que yo he sufrido y sufro durante todo este desgraciado proceso“.