La quinta temporada de Maestros de la Costura llegó cumpliento lo prometido: dar un vuelco a la estructura. Desde la elección de los aprendices, que mezclaron nuevos rostros con seis veteranos, hasta enfocar la primera prueba en procesos básicos fueron algunas de las novedades.
Pero no solo de novedades viven los estreno, y es que el talent de TVE volvió a contar con Raquel Sánchez Silva como maestra de ceremonias y con Lorenzo Caprile, María Escoté y Palomo Spain como miembros del jurado.
Todo ello en una entrega que arrancó asegurando que habían tenido “un montón de solicitudes para entrar” pero aún así habían apostado por seis “repetidores”: Eduardo Navarrete (finalista de la primera edición), Isabel Gomila (subcampeona de la segunda), Margarita Fernández-Ballesteros (finalista de la tercera), Borja Hernández (participante de la tercera), Laura Manzano (semifinalista de la cuarta) y Lluís Mengual (subcampeón de la cuarta). Que se enfrentaron a los debutantes Anthony, Caterina, Jesús, Lili, Pablo y MJ.
Una competición algo desigualada aunque, contra todo pronóstico, en este primer programa fue expulsada una de las veteranas: Laura. Una buena decisión ya que, si puede que hayan caído en un gran error en el casting, es haber contado con “aprendices” que ya no lo son. Concursantes que ya tienen hasta su propio taller y son capaces de poner hasta en evidencia las valoraciones de los jueces. Varios de ellos no tienen ya la ilusión por estar en el programa y se les nota. Ni tampoco los nervios y las ganas de triunfar ahí. Quizá eso pueda llegar a convertirse en el peor enemigo de esta quinta temporada.
Primera (nueva) prueba con “fe de erratas”
Una de las novedades más acertadas de esta quinta edición fue el de cambiar la estructura en la primera prueba, con la intención de evitar repetir algunos errores de temporadas anteriores. Para ello, anunciaron que el primer reto de cada programa será una prueba de habilidad enfocada a dominar conceptos básicos de costura como coser una cremallera invisible o confeccionar un bralette.
Algo que ayudará a que los aprendices progresen semana a semana sin cometer errores de principiante en sus confecciones. Por lo que, lo primero que les propusieron fue coger el bajo de una prenda con los elementos de la mercería, en solo 20 minutos. Un tiempo que pasó tan rápido y con tanta presión que acabó con el llanto de Caterina.
Los jueces revisaron el resultado de cada uno y las críticas positivas fueron para Navarrete por un trabajo casi perfecto, para Anthony por un vestido que quedó “bonito”, MJ por “no estar pefecto pero por dentro bonito”, Jesús por clavar la prenda, Borja e Isabel por dos trabajos fenomenal, como Margarita que lo bordó y Pablo sorprendió con su trabajo acertado.
Mientras que los peores comentarios se dirigieron a Lili por un pantalón “fatal”, Lluis por “no calcular bien el tiempo”, Laura por hacerlo “como para una boda” y Caterina al tener la prenda “más difícil de todas” y no lograr acabarla.
Tras deliberar entre los tres jueces, escogieron a Laura como la responsable de la peor prenda por estar inacabada y a Isabel como la mejor por tener “la prenda más complicada y hacer un bajo perfecto”.
Prueba de exteriores en homenaje a Balenciaga y sin final feliz
Para la primera prueba de exteriores, el programa y los aprendices se trasladaron al Museo Balenciaga de Getaria, para homenajear al icónico Cristóbal Balenciaga desde el pueblo donde nació y en el que los aspirantes se estrenarían reproduciendo dos de sus creaciones en 180 minutos.
Para lograrlo dividieron a los doce en dos equipos: el de veteranos liderado por Navarrete y compuesto por Isabel, Laura, Lluis, Borja y Margarita, y el de los nuevos con Caterina como jefa de taller y compuesto por Jesús, Lili, Anthony, Pablo, Caterina y MJ.
Los “resabiados” se autoproclamaron como el equipo del escándalo ya que se tomaban en serio el trabajo pero divirtiéndose, a gritos y mucho follón. Todo, hasta que Caprile llegó enfadado por la falta de un “detalle fundamental” que no estaban detectando en la preciada prenda. Navarrete intentó tener paciencia, mientras Lluis la perdía. Aún así, acabaron el encargo a tiempo.
A la vez, los nuevos pedían “disculpas” a Balenciaga por una mala elección de tejidos y por confundirse con las partes de la falda. Caterina “no veía la salida” ante el complejo reto. Y el resto trabajó más concentrado y mucho más desapercibidos que los otros pero no lograron acabar la prenda correctamente.
Por todo ello, los jueces confesaron ser conscientes de la dificultad de las prendas pero no permitieron la “chapuza” de los debutantes, mientras que los veteranos también se llevaron regañina. Ante tal situación, mandaron a todos a la prueba de eliminación.
Prueba de eliminación con el accidente de Isabel y el adiós de Laura
Eduardo Navarrete, Isabel Gomila, Margarita Fernández-Ballesteros, Borja Hernández, Laura Manzano, Lluís Mengual, Anthony, Caterina, Jesús, Lili, Pablo y MJ regresaron a los talleres para crear la prenda que quisieran a partir de una bata. Bocetando, escogiendo la bata, entrando a la mercería una única vez y con patrones en tan solo 90 minutos.
Durante el reto, Isabel se atravesó el dedo con la aguja de la máquina de coser. Se mareó pero se lo curaron y quiso seguir. Se pelearon entre aprendices por colarse en la cola. De forma que quedaban 10 minutos de prueba y la mitad del taller sin bordar. La tensión y los nervios se apoderaron de todos, tanto que Laura no pudo ni acabar la prenda: “Es que me quiero ir ya”, dijo entre lágrimas.
Los jueces se acercaron a los maniquíes para valorarlos. Las mejores palabras se las dedicaron a Jesús por “una transformación sacando todo el partido posible”, a Eduardo por un diseño correcto, a Anthony por atreverse a “arriesgar”, a MJ por una prenda “resolutiva y con identidad propia”, a Margarita por el resultado de un talento incontestable, a Borja por su “personalidad única”, a Pablo por descontextualizar la bata con mucha “creatividad” y a Isabel por un “conjunto exitoso”.
Mientras que las críticas negativas fueron para Lluis por no cumplir con el objetivo de la prueba, para Lili por ir a por “el aprobado muy justa”, para Caterina por “destrozar dos prendas para hacer una pequeña” y para Laura por una túnica “fatal confeccionada y cada vez más desastrosa”.
No conforme con la mala valoración de la prenda de Laura, María Escoté criticó su comportamiento: “No me ha gustado que estés trabajando y que el resto hagan cola y pidas que ellos te avisen, haciendo tu trabajo cuando todos hacían lo suyo. Te ha faltado compañerismo”. Algo que ella acató aunque aseguró que no le habían entendido.
Por todo ello, no hubo ni deliberación: “El veredicto esta noche lo tenemos muy claro. El aprendiz que no continúa en el taller es Laura”. Se le llenaron los ojos de lágrimas y aceptó la derrota. Navarrete y Margarita corrieron a abrazarla.