Tras la repesca de Ancor, Maestros de la costura dijo adiós a Javier, el jefe del departamento de contratación y competición del Levante, que falló al reciclar un vestido de novia.
Además, Mily logró el mandil dorado al crear su propio diseño de baño en la primera prueba. Yelimar brilló en la de equipos al replicar dos prendas de una colección de moda sostenible. Laura tuvo una clase particular de yoga y Lluís convenció siendo jefe de dos talleres a la vez.
Todo ello en el primer programa en el que Raquel Sánchez Silva se atrevió a enfrentarse a una máquina de coser y presentar su primera prenda.
Primera prueba con Raquel Sánchez Silva en el taller
El jurado, harto de encontrarse con cremalleras mal puestas y bajos sin rematar, diseñó una prueba en la que los aprendices competirían con un margen de error minúsculo. Para ello, tuvieron que diseñar su propio traje de baño en 90 minutos y con sorpresas que se encontraron en una caja.
A mitad del proceso, cada uno fue abriendo sus “regalitos” envenenados y lo que encontraron dentro fue que Laura tuvo que volver a empezar y tirar todo lo logrado, Yelimar pudo contar con el asesoramiento de la invitada, Lluís pudo congelar el proceso de Gabriel durante 10 minutos y a Javier le obligaron a devolver uno de los materiales a la mercería.
Los mejores diseños los hicieron Mily “con una confección perfecta y la medida exacta de la modelo”, Javier al presentar un triquini con una “tela muy bien escogida” con la que logró un toque “recatadito, sexy y sofisticado” y Ancor con un traje de baño entero de licra inspirado en los años 50 con “costuras perfectas”.
Una Mily empoderada gana el mandil dorado
Los peor valorados fueron Yelimar por un dos piezas “feuco que podía dejar a la maniquí desnuda haciendo surf”, Gabriel por un bañador “mal cortado que hasta hizo daño a la modelo” por su chapuza, Lluis que diseñó un bañador elegante y provocativo pero que no “supo adaptar a las medidas de la modelo” y Laura que ideó un diseño “favorecedor pero lleno de fallos”.
Por lo que los jueces señalaron a Lluís como el peor y a Lluís y a Mily como los mejores por su conjunto de baño de tres piezas que le hizo ganar el mandil dorado a ella.
Por otro lado, Raquel Sánchez Silva por primera vez se atrevió a bajar a coser: “Dije que sí me atrevía y cumplo mi palabra” y así lo hizo. Cosió su primer bañador y confesó estar orgullosa del resultado.
Raquel confecciona un bañador en el taller
Prueba por equipos con “mención especial” al trabajo de Yelimar
El nuevo reto de los aspirantes fue replicar dos prendas de la colección de moda sostenible de EcoAlf. Para ello, contaron con los consejos de la modelo Blanca Padilla y de Javier Goyeneche, fundador de la marca (y pareja de Macarena Rey, CEO de Shine Iberia, la productora de Maestros de la costura).
Lluis se alzó como jefe de taller doble y Gabriel, Yelimar y Ancor se vistieron como equipo verde y Javier, Mily y Laura formaron el naranja. Les dejaron 90 minutos para coser, a los que acabaron sumando 25 minutos más para escalar tallas y, entregar prendas de la talla S, M y L.
Lluis sufrió momentos de agobio porque los miembros de ambos equipos pedían sus instrucciones y no le daban momentos de respiro. Aún así, sorprendió positivamente a los jueces: “Has repartido bien los tiempos, has dado órdenes claras y concisas, has asignado bien las tareas, un gran jefe pero lo del escalado no es lo tuyo”, confesó Caprile.
Yelimar cose en la Gran Vía donde volvió a caminar
Mientras que el equipo naranja cosió desiguales los hombros, las mangas y la cintura, Pero el equipo verde tampoco escaló bien, con prendas más cortas que la muestra, sin terminar. “Todas las prendas del escalado han pinchado”, sentenció Escoté. Sin embargo, las prendas del equipo verde estaban “perfectas, tal y como marcaba el patrón”.
Por todo ello, el equipo ganador fue el formado por Gabriel, Yelimar y Ancor. Aunque quisieron destacar el trabajo de Yelimar por ser el “mejor”. Javier, Mily y Laura fueron a prueba de expulsión, así como Lluis por liderar el escalado desastroso.
Prueba de eliminación con el adiós a Javier
Javier, Mily, Lluis y Laura entraron a la prueba de eliminación para jugarse la continuidad en el talent. El reto para demostrar su valía fue reciclar un vestido de novia de forma que se convierta en otra prenda distinta para poder utilizarla a diario.
Laura recibe una clase particular de yoga
Pero antes de arrancar la prueba, Escoté regaló a Laura una clase de yoga para que se relajara, como le había prometido anteriormente. Durante la elaboración, Mily tuvo menos tiempo que el resto y no pudo acabar la prenda, pero con el mandil dorado sabía que no se marchaba. Lluís gastó su imperdible pidiendo ayuda a Ancor porque se sentía perdido.
Una vez acabado el tiempo, los jueces aplaudieron el resultado de Lluis, criticaron las costuras de Javier “por haberlas entregado rotas y por no ser ”digno de él“, Laura tuvo una valoración media por su ”buen tinte“ pero con algunos fallos. Por su parte, Mily entregó un top ”demasiado conservador“ que no convenció al jurado.
Tras la deliberación, Caprile sentenció: “El aspirante que debe abandonar el taller es Javier”.
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