A la décima temporada de La Voz sólo le queda una gala por delante, pero el programa de Antena 3 no sólo está de celebración por haber elegido ya a sus cuatro finalistas. Tiene motivos de sobra para la alegría al haber aguantado en emisión más de una década, convertido en uno de los formatos de entretenimiento más exitosos de la televisión.
Este viernes, durante la semifinal, Malú recordó cómo fueron los inicios del talent show musical cuando llegó a España procedente de Holanda en 2012. La cantante ya formaba parte del equipo de coaches por aquel entonces, en aquella primera edición que se emitió en Telecinco.
“¡Ahí estaba yo!”, exclamó la artista madrileña. “Lo recuerdo con mucha emoción y lo pasamos muy mal”, confesó. Les tocó tragar saliva en más de una ocasión porque “los cuatro valientes” que se estrenaron como coaches de La Voz, David Bisbal, Rosario Flores, Melendi y ella, temían que su reputación se pudiera ver perjudicada.
“Fue tensísimo, muy raro, todo el rato nos equivocábamos si el concursante era hombre o mujer. Nos daba mucha vergüenza porque nunca los artistas habían tenido una exposición tan grande. Siempre nos hemos escudado detrás de nuestro instrumento, nuestro pie de micro, y ahí no teníamos el control de lo que eran nuestras formas de trabajar”, relató.
Malú lo recuerda como una experiencia “muy difícil” porque estaba rodeados de cámaras que no veían, que estaban escondidas, y porque tenían “el miedo terrible de decir o hacer algo” que no gustara al público, “que hiciera que se le cayera a todo el mundo el mito y ese misterio en el que siempre nos escondemos los artistas. Fuimos muy valientes los que entramos en esa primera edición”, defendió.