Ahora que OT renace con una nueva edición en TVE ya en producción, uno de los talentos que salieron del formato televisivo habla sobre el cambio que la experiencia le supuso a nivel personal y profesional.
Manuel Carrasco se ha sincerado en una entrevista concedida a Papel, donde reconoce los malos momentos que vinieron tras terminar la segunda edición del concurso. “Pasé de cantar para miles de personas a cantar en bares y en salas pequeñas. Fue un golpe muy duro porque tenía 20 años y nadie me había explicado nada”, recuerda el artista. “Pero sí que sabía que para hacer algo importante y que quedara en el tiempo tenía que hacer las cosas bien”.
El cantante afirma que “nunca tuve plan B”:“ Tenía un plan A que es el que he hecho. Nunca pensé en qué me pasaría si eso se fuera a la mierda. Pero hombre, el monstruo estaba ahí. Porque ni yo estaba preparado ni el éxito que tenía estaba basado en algo bien cimentado”, redunda.
Ahora, como le remarcan, es el único de los artistas que actuarán en Starlite que ha colgado el cartel de “No hay entradas”. No obstante, asegura que todavía le cuesta enfrentarse a la televisión: “No es fácil porque no es mi medio, yo donde me siento bien es cantando en un escenario”. Y se sincera: “En La Voz lo paso fatal”.
Su “miedo y vergüenza” por su 1ª entrevista con la Campos
Eso sí, el coach, que estará también en la quinta edición del talent, ha aprendido a manejarse delante de las cámaras. Antes, dice, “me daba miedo y vergüenza”: “Recuerdo que una de mis primeras entrevistas fue con María Teresa Campos. Me ponen el pinganillo, empezamos a hablar... ¡y yo le estaba hablando directamente a la cámara! Estaba fuera de mí. A veces la situación me desbordaba y ese miedo me causó respeto”.
Definido como el cantante más popular de España, asegura no sentirse especial por el éxito: “Sería un gilipollas si me creyera algo más allá de esto”.