Poco más de media hora es suficiente para comprender por qué María Galiana es una de las actrices, de las mujeres y de las personas más queridas de España. Esta vez la excusa era especial: presentar y hablar del último adiós de Cuéntame, la mítica serie de TVE que se despide definitivamente con su vigesimotercera temporada. Pero la ocasión acabó con todo el público del auditorio puesto en pie para aplaudir a la maestra y reclamar que sea pregonera del Carnaval de Cádiz.
La plaza era propicia para ello, en la ciudad andaluza durante el marco del South International Series Festival, y con presencia de verTele. Desde el primer momento, la actriz sevillana sabe cómo conectar con el público gaditano mostrando, y demostrando, su amor por La tacita de plata. Recuerda que Cádiz ha sido para ella un destino habitual, confiesa su amor por las comparsas y chirigotas del Carnaval, asegura que sigue sabiéndose letras de los 70 y 80, cuenta anécdotas de cómo “se tiraba” (literal y figuradamente) al suelo por uno de sus estribillos más famosos, explica que en los rodajes usa sinónimos gaditanos y sevillanos y que sus compañeros le tienen que preguntar qué dice... Y el auditorio del Palacio de congresos acaba convirtiéndose en el Gran Teatro Falla, con María Galiana emocionada y señalando sus vellos de punta al escuchar cómo los gaditanos solicitan que sea su pregonera y la aplauden con ese ritmo y cadencia únicos que sólo logran las mejores agrupaciones del Carnaval.
Así va a ser el adiós de 'Cuéntame'
Pero la cita, como recuerda y “centra” Óscar Aibar, uno de los directores de la serie que comparte la presentación con la actriz, va de Cuéntame y de despedir a la serie más emblemática de la historia de la ficción española. Un adiós que comienza este miércoles 18 de octubre y supone un cambio histórico de día sobre el que bromea María Galiana: “Nuestro día siempre ha sido el jueves, en los 22 años no hemos cambiado nunca. Pero los de MasterChef todavía no han terminado, que está Jesulín de Ubrique y todos, y no puede ser”.
Más en serio, la actriz incide en la importancia de la cita: “Esto es el final ya, 7 capítulos, uno por cada miembro de la familia”. Aibar reconoce que acabar una serie de 23 temporadas ha sido “increíble y una gran responsabilidad” para todos, y que su apuesta ha sido “premiar a los espectadores” con un final que “les va a volver loco”. La actriz coincide: “El público se lo merecía, y nosotros queríamos que se redondeara. Teníamos que decir 'esta va a ser la última temporada', y lo hemos hecho. No podíamos dejar a la gente tirada y abandonada”.
Para lograrlo, el director expresa que esta última temporada “es como un resumen de los principales personajes, está dedicada a ellos”. La actriz alaba esa idea de cierre contando que le parece “magnífica” por dedicar un capítulo a cada personaje, y añade otro matiz importante: “No hay tramas ajenas a la familia, que en tantos años ha habido muchas”.
Es en este punto cuando hablan de las tramas de la última temporada. TVE proyecta los primeros minutos del capítulo, en los que como ya ha podido verse en un avance, se celebra un funeral en Sagrillas. No haremos spoilers, pero es fácil adivinar de quién. Ese funeral, ubicado en el año 2001, será el principio y el fin de la última temporada de la serie, y en esos primeros minutos también se evidencia que la familia Alcántara se ha roto: “¿Y se van todos? Mejor así. ¿Qué nos ha pasado, Antonio?”, pregunta Mercedes, el personaje de Ana Duato, a su marido interpretado por Imanol Arias, después de que ninguno de sus hijos se hable entre ellos, ni les muestren cariño. Sólo Carlos, el personaje de Ricardo Gómez, da un emotivo abrazo a su madre. Óscar Aibar no oculta el porqué: “La familia tiene un problema gordo. Hay un desencuentro familiar porque Mercedes tiene la peor idea del mundo: repartir una herencia en vida. Esto hace que la familia se enemiste, y es lo que se desarrolla toda la temporada”.
No podíamos dejar a la gente tirada y abandonada
“Siempre hay momentos de disgustos, tiranteces... lo principal era qué hacíamos con las familias. Había que jugar con esos personajes, y creo que ha salido bastante bien, con sinceridad”, celebra la actriz, que destaca que el éxito de Cuéntame ha tenido mucho que ver que “la gente se sentía reflejada en lo que veía”. Aibar reflexiona: “Esta serie ha sido única por dos cosas: porque ha estado 23 temporadas en prime time, y porque ha logrado mantener a su reparto principal, sólo con alguna ausencia. Esta última temporada hemos tenido la suerte de que vuelvan algunos que se habían ido, como Ricardo Gómez”. Además, valora que la caracterización ha tenido un papel importante: “Siempre he puesto el paso del tiempo en sus rostros como un patrimonio”. Y a nivel personal, asegura que su bagaje personal igualmente ha influido: “Nosotros hemos ido incorporando nuestras alegrías y tristezas en nuestro trabajo. Eso ha conseguido que la gente la identifique como su propia familia. Va a ser irrepetible en la historia de la televisión”.
Con humor, María Galiana no se calla una. Al hablar del rodaje, explica que acabaron las grabaciones en septiembre, pero que los cuatro meses en verano han sido duros: “Una de las secuencias fue en mitad del campo en un pueblo de Toledo. Un calor... Llegué con un coche, y al parar a la sombra miré el salpicadero y ponía 47 grados, que le pedí al conductor que hiciese una foto para recuerdo. Y así todo el verano”. Óscar Aibar desvela un secreto sobre esa jornada: “Esa secuencia es la más importante de la temporada. Cuando dije 'corten' las 60 personas del equipo rompieron a llorar. Fue increíble lo que hizo María”.
Galiana: “Ha habido rachas que he dicho: vaya pestiño”
Con la misma claridad, y la misma falta de pelos en la lengua, la actriz hace dura autocrítica de algunos momentos de la larga historia de Cuéntame: “Ha habido rachas que he dicho: vaya pestiño... Yo soy muy sincera, y cogía guiones y decía: esto no hay quién lo mastique”. Y añade: “Yo ha habido veces que a los guionistas les he dicho claramente: oye, tú sabrás que este guion es infumable”. Eso sí, Galiana deja claro que “estos 7 últimos capítulos no”, y plantea uno de los problemas que han tenido: “Las temporadas han sido de muchos capítulos”, recordando que superaban los 20 y hasta alcanzaban los 30.
Todos los que hacemos 'Cuéntame' tenemos un nivel de exigencia muy alto
El director responde a esa autocrítica: “Han sido 23 temporadas, hemos sido líderes de audiencia dos décadas seguidas, luego hemos tenido que evolucionar mucho. María es muy crítica, y hace bien. Todos los que hacemos Cuéntame tenemos un nivel de exigencia muy alto, y ha sido muchas veces muy difícil”. Aibar aprovecha para valorar el trabajo de todos los que lo han hecho posible: “Tras la cámara ha habido un grandísimo equipo de guionistas, escritores... hemos tenido un equipo bastísimo durante 22 años. Ha habido 3.500 actores”. Y la actriz recuerda a algunos de ellos: “Al empezar la serie, el cura era Fernando Fernán Gómez. Por supuesto estuvo Tony Leblanc. Muchos, y yo me acuerdo de los que ya han muerto”.
Su adiós a Herminia: “Es extraordinariamente amplia de pensamiento”
El personaje de Herminia ha sido fundamental para la serie y su historia. El director alaba la labor interpretativa de la actriz, explicando su gran diferencia: “Herminia tiene poco que ver con María Galiana. María es muy culta, ha sido profe de literatura, y hay cosas que dice que Herminia no puede decir”. Galiana relata cómo tenían que adaptar a su lenguaje: “Herminia no es completamente analfabeta, pero no puede decir términos, digamos, literarios”. Aún así, y como siempre, el director cuenta que hay gente que confunden personaje y persona, y que le han llegado a alabar lo limpia que tiene la casa por limpiarla ella misma, como si fuese Herminia. La actriz se lo toma con humor: “Yo reconozco que tengo pinta de maruja, pero siempre he oscilado entre asistenta y dueña de burdel”.
Esa broma lleva a Óscar Aibar a analizar la representación de los personajes femeninos en Cuéntame: “En la serie nos hemos preocupado de que los distintos personajes representen a su época, y especialmente a las mujeres. En la última temporada hay una escena maravillosa de Herminia con su nieta María, y representa ese cambio de la mujer, de una que viene casi del paleolítico, en un pueblo como Sagrillas que no tenía ni luz, a una actual”. “Herminia es una mujer que se ha criado en la Guerra Civil, y que fundamentalmente pacifica, está obsesionada con la paz”, incide el director.
María Galiana, ahora que se acerca el final de su personaje, hace una valoración sobre su carácter que llega a ganarse los aplausos del público: “Herminia tiene una gran capacidad de comprensión. Tiene una gran capacidad de apertura porque siendo de pueblo, admite desde el primer momento que sus nietos vivan con pareja sin casarse. Tiene una manera de pensar diferente, es extraordinariamente amplia de pensamiento, y extremadamente cumplidora en su comportamiento. Conducta intachable, pero mentalmente abierta”. Y de nuevo con humor, bromea sobre las incomprensiones que a veces ha podido tener algún guion: “Yo cuando veía a Herminia que iba a por los nietos, les hacía la cocina, limpiaba la casa... y veía a Mercedes con su boutique y sus desfiles, decía: ¿no le puede poner una asistenta a su madre?”.
88 años y varios secretos: “No he perdido la curiosidad”
Desde el público, para saltar del personaje a la persona, preguntan a la actriz cuál es su secreto para seguir trabajando y tener la capacidad de aprenderse tantas hojas de guion. Y María Galianda da primero la consecuencia: “Si algo tengo bueno, con la edad que tengo, es la memoria. Lo mejor”, y luego se explaya para contar la causa: “Mi secreto es no haber dejado de estudiar en tantísimos años. Durante todos los años que fui profesora, nunca di la misma clase, me las preparaba y estudiaba cada día. Eso es un esfuerzo muy grande”. Además, explica: “Tengo una vida sumamente ordenada, me acuesto muy temprano y soy abstemia”.
Galiana continúa dando motivos: “No he perdido la curiosidad. Me interesan mucho todas las cosas, y disfruto mucho con ellas. El teatro, el Carnaval de Cádiz... lo vivo de verdad, y busco entenderlo de verdad”. Y no se detiene: “Yo amo trabajar. Tengo la mística del trabajo, me parece que es una cosa maravillosa, y si es de lo que te gusta mejor. Nunca he tenido esa pereza de trabajar”. Su explicación sobre cómo se toma lo negativo dice mucho de su forma de ser: “Vivo con dolor físico. Las lumbares me duelen mucho, pero digo: que le vayan dando a las lumbares. Yo no me escucho nada, no me quejo para escucharme”.
“Todos los días me leo los periódicos para ver lo que ha pasado en el mundo. También estudio los guiones. Ahora voy a hacer una obra de teatro, y sé que llegaré a los ensayos y sorprenderé, porque la única que se sabrá el papel de pe a pa seré yo”, prosigue contagiando su ánimo María Galiana, que concluye con una reflexión vital: “He cumplido 88 años, conduzco mi coche, hago lo posible por estar espabilada... y recomiendo mucho leer. Si me pongo a quejarme, no vivo. Y yo vivo”.