Acostumbrada a trabajar como presentadora en televisión y como locutora en radio, María Gómez combina ambas facetas en 'Bienvenidos a mi hotel'. Una vuelta de tuerca a 'Ven a cenar conmigo' donde juzgar cenas en casa ajena se cambia por visitas a idílicos (y no tan idílicos) hospedajes rurales de nuestra geografía.
En esta apuesta de Cuatro, la periodista es la voz en off que da contexto y aporta un toque desenfadado a lo que vemos en pantalla. Una labor que le resultó “rarísima” al principio, pero que le ha hecho tener un interés especial por el mundo del doblaje.
Hasta que surja la oportunidad, María Gómez nos desgrana los entresijos de esta aventura televisiva y nos hace balance de la anterior, su trabajo como reportera durante el Mundial de Rusia con Mediaset, donde alzó la voz contra los episodios de machismo que ella y otras reporteras sufrieron a pie de calle.
Por su dinámica, 'Bienvenidos a mi hotel' recuerda a 'Ven a cenar conmigo', ¿pero qué diferencias ves entre ambos formatos?
Lo diferente, y es lo que para mí le da el toque de calidad, es que los participantes son hoteleros reales. Son gente que tiene un negocio, que entiende cómo funciona ese negocio y que cuando participa y evalúa al resto de concursantes lo hace con conocimiento de causa.
Obviamente, siempre está el típico que quiere ganar y lo da todo por ganar, pero la gente suele ser muy justa. Y esa es la clave.
Todo ello, aderezado con dosis de humor.
Claro. Lo que yo digo siempre es que, como formato, a mí me parece muy interesante porque lo podríamos llamar como un “TripAdvisor de la tele” donde se evalúan entre ellos con elementos que tú también evalúas cuando vas a un hotel: la limpieza, el estado de las instalaciones, la comida, el entorno... Pero son personas con sus características, y ese pequeño punto de reality existe. Pero, para mí, es un reality muy sano. La palabra reality a veces tiene connotaciones negativas, y en este programa eso no pasa.
Sí, puede dar la casualidad, te digo como ejemplo, de que a una persona vegana le toca hospedarse en Burgos y le hacen hacer morcilla. Bueno, inevitablemente ahí surge un conflicto. Son situaciones que pueden ser más divertidas. O que una persona haga rituales por las mañanas y propone a todo el mundo hacerlos. Entonces, claro, estos son los puntos cómicos que te puedes encontrar. Pero en ningún momento hay conflicto del chusco ni situaciones que no sean las de un reality sano, por decirlo así.
Hablas de un programa “sano”, que es un adjetivo que podría aplicarse también a otro formato nuevo de Cuatro como es 'El concurso del año'. ¿Que dos espacios tan blancos se hayan estrenado de forma tan seguida puede entenderse como un cambio de rumbo para Cuatro?
Yo creo que son programas que le pegan muchísimo a Cuatro porque Cuatro siempre ha tenido un poco este rumbo o esta forma de hacer televisión. Es la forma en que a mí me gusta hacer televisión. Ahora me hablas de 'El concurso del año' y es verdad que Dani [Martínez] está dando unos datos increíbles, y creo que en parte funciona porque es un concurso amable, que no molesta, que lo puedes ver tranquilamente y que tiene su punto de entretenimiento.
'Bienvenidos a mi hotel' es entretenimiento del sano, del que te hace conocer tu país. Es un programa que descubre rincones y hoteles que seguro no conocías y estoy convencida de que, al verlos, tomas nota de hoteles que quieres visitar. Yo misma lo he hecho y he intentado reservar en alguno (risas).
Además, está muy bien grabado. Una de las cosas que pongo en valor es la fotografía. Es un programa bonito de ver y, además, es divertido. Creo que lo tiene todo.
En el programa ejerces de locutora, que es una función que ya has hecho durante años en radio. En este caso, ¿cómo de diferente ha sido la experiencia?
Cuando me lo propusieron pensé que sería muy fácil porque llevo muchísimos años trabajando en radio, pero no te creas. En realidad no tiene nada que ver. Ha sido un reto, y si tuviera que acercarlo a un género, lo acercaría más a la interpretación.
En este caso he tenido mucha suerte porque en todas las grabaciones en el estudio me ha acompañado José del Pozo, que es el director del programa, que además de ser un crack ha tenido muchísima paciencia. Piensa que yo no he estado en las grabaciones del programa en sí. Yo tengo el guion y la referencia de la imagen, pero tú tienes que interpretar.
Ha sido un reto muy divertido, un paso más profesionalmente por el hecho de hacer una cosa nueva, que es algo que me encanta porque me encanta aprender, y la verdad es que al final ha salido fenomenal. Pero los primeros días me parecía rarísimo estar poniéndole voz a un programa con gente que yo no he visto.
¿Te ha picado el gusanillo de la interpretación tras tu trabajo en el programa?
(Risas) No, bueno, los que me conocéis y me seguís en los programas sabéis que ese punto payaso lo tengo y ese punto de divertirme trabajando. He tenido siempre la suerte de estar en programas o redacción de contenidos muy divertidos y que me han dejado ser yo al 100% pero no, la interpretación se lo dejo a los actores que son los expertos.
Pero sí creo que ese punto de unir la parte de la tele y la locución de la radio me ha parecido muy divertido e interesante. La parte del doblaje sí me parece una vía a explorar. Bonita, además.
Ya que el programa va de hoteles, ¿cómo sería tu hotel ideal?
Cada vez me gusta más viajar a pueblos pequeños, escondidos y con casitas pequeñas. Es decir, no tiene por qué ser necesariamente lujoso ni conocido. Sobre todo cuando hablo de mis viajes por España. Me encanta España y viajar por España. Nos hemos aficionado mucho a coger la autocaravana e intentar conducir hasta que llegamos a algún rincón.
En este caso, un hotel lo que debe tener es encanto, y el encanto se tiene por dos cosas. La primera, que el hotel esté hecho con mimo, que esté cuidado y que te ofrezca una experiencia diferente. Y la otra parte, que la veréis en el programa, es el hotelero. Que sea gente honesta, que le apasione su trabajo y que también ayude al que va a visitarle.
'Bienvenidos a mi hotel' es tu actual proyecto en Mediaset tras participar como reportera en la cobertura del Mundial. Ahora que han pasado tres meses, ¿cómo valoras tu paso por Rusia?
Fue una experiencia genial. Lo dije antes de irme y lo sigo pensando, la cobertura de un Mundial creo que es una oportunidad que todo periodista querría, al menos una vez en su vida, poder formar parte de ella y cubrirlo. Yo estoy muy contenta de haberlo podido vivir.
Creo que la única pega que le pondría es que nos fuimos muy pronto. Todos nos quedamos con un sabor agridulce por el paso tan breve y efímero de la selección en un Mundial que pintaba muy bien para España. Yo estoy muy satisfecha con el trabajo, con los compañeros y con la confianza de la cadena. La verdad es que mi valoración es más que positiva.
Aun así, viviste en primera persona dos casos de machismo. Casos que tú misma denunciaste y que te convirtieron en voz de lo que allí estaban sufriendo distintas reporteras.
Sí, aunque en realidad fue un poco sin querer. Al final nosotros somos periodistas y contamos lo que pasa. Y eso estaba pasando. Sobre todo lo vivíamos los y las periodistas, obviamente algunas mujeres más, en la calle. Cuando uno está en un estudio o en una redacción hay situaciones a las que no te enfrentas, pero nosotros lo vivimos y me vi obligada a contarlo porque estábamos contando lo que pasaba en el campo y lo que pasaba fuera. Pero bueno, la lectura es positiva.
Sí que es verdad que luego llegas aquí y ves todo lo que ha pasado, porque nosotros allí lo vivimos de otra forma. Estábamos muy concentrados en el trabajo porque había muchísimo trabajo, fue un despliegue espectacular de Mediaset y ya no se cuántas conexiones hacíamos al día, perdí la cuenta de los directos.
Fue un capítulo más, pero para nada fue lo que centró el Mundial. Lo que centró el Mundial fue el fútbol, el deporte, Rusia y la selección.