Cada vez quedan menos aspirantes y la exigencia en Masterchef 10 es más alta. En esta octava gala, Jordi Cruz, Pepe Rodríguez y Samantha Vallejo-Nágera expulsaron a Yannick, que tuvo un día “malo”, pero casi seguido de Vero, una de las favoritas para llegar a la final.
Todo ello en una noche en la que los aspirantes se enfrentaron a su peor pesadilla: la repostería. En los exteriores, los jueces se convirtieron en los capitanes de cada equipo y dieron las órdenes con los ojos tapados.
Mientras que en las valoraciones, algunos de los concursantes se rebelaron señalando que notaban que había favoritismos que iban contra ellos directamente.
Primera prueba “desastrosa” con tartas nupciales y novios presentes
En la primera prueba de la noche, los aspirantes trabajaron de dos en dos para elaborar la tarta nupcial de varias parejas a punto de casarse. María Lo con David, Claudia y Verónica , Luismi con Jokin, Adrián y Patricia y Yannick, al quedarse solo, pudo compartir prueba con Amelicious (de la séptima edición).
Tras el cocinado, los aspirantes presentaron los pasteles a los novios y ninguno pudo esconder su cara de asombro ante unos resultados más negativos que positivos. Claudia y Verónica elaboraron la tarta más 'friki' y “fea por fuera, desastre por dentro, pero comestible”. Yannick entregó la que creó junto a Amelicious que llegaba “con sorpresa y destrozada” al haberse quedado cruda por dentro y con sabor a harina. David y María Lo presentaron un carrot cake vegano que quedó como un “bizcocho sin hacer”. Adrián y Patricia hicieron un fondant negro con inspiración mexicana que convenció a los novios que no fue la peor pero las capas se escurrieron.
Los únicos que se llevaron una valoración positiva fueron Luismi y Jokin que hicieron un bizcocho de chocolate con frutas “bastante bueno”. Por lo que ellos se alzaron como los mejores de la prueba.
Prueba exteriores con Jordi y Pepe como capitanes “ciegos”
El jurado dedicó la prueba de exteriores a la comida saludable en la granja ecológica Los Confites, ubicada en Jarandilla de la Vera (Cáceres). Para demostrar que no estaba reñido lo sano con lo sabroso, propusieron elaborarar un menú sostenible del chef Rodrigo de la Calle (2 soles Repsol) para 60 amigos de la zona.
La sorpresa la dieron Pepe Rodríguez y Jordi Cruz al ponerse frente a los dos equipos liderándolos a ciegas, para demostrar que se puede dirigir un servicio incluso con los ojos cerrados. El toledano capitaneó al bando formado por Patricia, Yannick, Claudia y Luismi, mientras que el catalán se quedó con Jokin, Adrián, David, Vero y María Lo.
Como era de esperar, el cocinado más tenso se vivió en el equipo de Pepe con discusiones entre los “polvorines” Luismi, Patricia y Claudia que, lejos de ayudarse se entorpecían los unos a los otros. Las dos se gritaban sin parar: “Eres insoportable”, “tú una fuetera”, “cállate ya”... se iban diciendo hasta que Pepe las amenazó con echarlas de cocinas.
Pero los rojos tampoco se libraron del drama con una Vero que no pudo reprimir sus lágrimas tras varias broncas de Jordi: “Ha ido directo a por mí y a por María Lo, poniéndonos en los postres cuando sabe que no son nuestro fuerte. Nos tenía enfiladas”, confesaba a cámara con ojos llorosos. Algo que también le ocurrió a Claudia con Pepe que aseguró que todo lo que preguntaba Luismi estaba bien pero si lo hacía ella lo sentía mal.
Al finalizar el cocinado de ambos equipos, Jordi mostró su decepción con María Lo y Vero, como ella había vaticinado. Aunque sí resaltó “la seriedad” del resto de aspirantes ante el reto. Mientras que Pepe felicitó a su equipo por el reparto, excepto por Claudia y Yannick que no respondieron como esperaba. Algo que ella rebatió: “Empieza a ser cansino que siempre me digan lo mismo”, confesó la aspirante.
De esta forma, los jueces repartieron los delantales negros entre Claudia, Yannick, María Lo y Vero. Algo que volvió a hacer saltar a Claudia y Yannick: “Si tú lo dices lo acato. De momento soy aspirante, no juez”, dejando entrever su disconformidad y señalando que había favoritismo hacia otros.
Prueba de eliminación con una favorita en la cuerda floja
En la última prueba, María Lo, Claudia, Yannick y Vero regresaron con los delantales negros para rendir homenaje a uno de los mejores chefs del mundo: el francés Paul Bocuse, que creó el poulet de Bresse en vessie, el plato que tuvieron que reproducir. Se trata del plato más popular elaborado con la técnica de cocina conocida como “vessie”, ya que el ave se cocina en su propio jugo dentro de una vejiga.
Los cuatro se pusieron manos a la obra, con más o menos destreza. Claudia tenía arcadas mientras lo hacía, Yannick también transmitía su malestar ante los distintos pasos, Vero dudó de si entregar su pin de la inmunidad y solo María Lo cocinaba con seguridad, aunque se quemó.
Pasado el tiempo, llegó el momento de la cata en el que Vero prefirió no entregar el pin y presentar un plato “mínimo, bonito pero falto de identidad”. María Lo convenció con un plato “jugoso, rico, con un acompañamiento que no sobrepasó el sabor del pollo y con mucho mérito”. Yannick entregó una elaboración con “elementos sin encajar, sin sabor, falto de mantequilla y con salsas malas”. Y Claudia hizo otro plato “minimalista inexpresivo y descafeinado”.
Tras la deliberación, Jordi, Pepe y Samantha sentenciaron: “El aspirante que no continúa en las cocinas es Yannick”. Ella respiró tranquila y abrazó a su compañero. El expulsado reflexionó sobre su paso por el talent: “Un día malo te cuesta seguir en el concurso, pero no pasa nada. Quedamos muy poquitos y tenía que pasar. Me llevo mucho conocimiento y aprendizaje”, lamentó.