'MasterChef 12' expulsó al aspirante que “acabó con los prejuicios” y ya tiene a sus 5 semifinalistas

Alberto, Celeste y Ángela, en 'MasterChef 12'

Paula Hergar

MasterChef 12 expulsó a uno de los aspirantes que más llamaron la atención desde el casting, en la presentación y hasta el que ha sido su último programa: Alberto Marín.

El guitarrista de Mónica Naranjo se marchó “jorobado” porque quería continuar, pero transmitió su alegría por haber cumplido con su objetivo: “Acabar con los prejuicios en la hostelería ante la gente alternativa”.

El rockero se quedó a las puertas de la semifinal, mientras el resto de aspirantes lograron un puesto en la ansiada entrega: Samya, Celeste, María, Ángela y Gonzalo. Este último lo hace convertido en el concursante “que más lejos ha llegado con el pin de la inmunidad”.

Primera prueba con el brillo de María

El jurado extendió la alfombra roja para celebrar que arrancan la recta final y planteó un servicio “royal”, con celebrities como comensales y platos de alta cocina en la comanda: Mario Vaquerizo, María Escoté, Nico Abad, Isabelle Junot, María Zurita y Xavier Deltell.

Cada uno tuvo alguna ventaja y algún inconveniente, por lo que el cocinado estuvo plagado de dudas y nervios. Tras acabarse el tiempo, una de las que más lamentaron no haber entendido el plato fue Ángela, de la que Jordi dijo que tenía “actitud de sobrada” y ella aseguró que era “mentira”.

Los platos que más gustaron fueron los de María por “clavarlos” y el esfuerzo de Samya. Mientras que los que peores críticas se llevaron fueron las elaboraciones de Celeste, de Gonzalo que pudo ser “mejorable” y el mal sabor de Alberto. El plato más polémico fue el de Ángela que criticó Jordi pero María Zurita se chupó los dedos con él.

Pero para los jueces las mejores del reto fueron María y Samya. Felicitando, más en concreto, a la primera.

Prueba de exteriores con la visita “envenenada” de Antonio Banderas

En la prueba de exteriores, pusieron rumbo a Málaga. Allí se dividieron en dos equipos que se formaron a suertes. Las capitanías les tocaron a María (rojos) y Alberto (azules).

La primera hizo equipo junto a Gonzalo y Samya el segundo hizo lo propio con Celeste y Ángela. Los seis tuvieron que servir un menú de alta cocina a 60 invitados.

A mitad de cocinado celebraron la visita sorpresa de Antonio Banderas, que quiso acercarse para ver cómo iban los cocinados. Tras la alegría, el actor les comunicó que debían intercambiar las cocinas, lo que les enloqueció durante un rato. Sobre todo a Gonzalo y Alberto que se enzarzaron en una bronca por no explicarse bien el estado de sus elaboraciones.

Por lo que, aunque todo había empezado con el perdón de las rencillas que tenían unos y otros, al verse en peligro los nervios volvieron a brotar y las tensiones aparecieron de nuevo. Menos aún cuando los rojos no pudieron sacar a tiempo su último plato.

Sacados los platos, llegó el momento de la valoración en el que criticaron el trabajo de Alberto por estar mucho más pendiente del otro equipo que del suyo. Algo que hizo estar perdidas a sus compañeras y por ello los ganadores fueron los rojos. De forma que María, Samya y Gonzalo se convirtieron en los primeros semifinalistas.

Prueba de eliminación con la despedida de Alberto

Para no quedarse a las puertas de la semifinal, Alberto, Celeste y Ángela reaparecieron en las cocinas con los delantales negros para reproducir a la perfección, y ante la atenta mirada de Bertín Osborne, un girasol de chocolate creado por Lluc Crusellas.

Los tres se pusieron con las manos en la masa y dieron lo mejor de cada uno, ante la atenta mirada de los tres primeros semifinalistas que iban dudando entre quienes querían que se salvaran o no.

Pasado el tiempo, llegó el momento de la cata: el postre de Alberto no convenció por un “chocolate blandengue” que mostraba el “caos” en el que había cocinado, el brownie de Celeste tenía “muchas cosas bien como las proporciones, el brillo, la textura” y solo falló en los pétalos y Ángela fue la que logró la elaboración más parecida a una flor.

A sabiendas de que su plato había sido el que presentaba más fallos, Alberto se mostró molesto y no dejó ni que Celeste, ni Ángela le abrazaran para animarle. “Dejadme”, les pidió. Tras salvar a Ángela, la expulsión solo se la jugaban Alberto y Celeste. Finalmente, Pepe sentenció: “El aspirante que no continúa en las cocinas es Alberto”.

En ese momento, el guitarrista sí que se dejó abrazar pero volvió a dar la espalda a la semifinalista. Él quedaba a las puertas y no disimulaba la decepción: “Lo he dado absolutamente todo, me quedo jorobado porque quería dar más pero me voy muy satisfecho. Sé que me va a cambiar la vida. Quería acabar con los prejuicios en la cocina ante la gente alternativa, rockera, y si he estado aquí para romperlos un poco siento que he hecho algo importante. Abriré mi local que se llamará 'Taberna rockstar'”.

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