Dieciséis aspirantes se estrenaron en MasterChef Celebrity 5, aunque uno de ellos acabó diciendo adiós: Melani Olivares se despidió del talent show culinario de Shine Iberia tras la emisión de este martes 16 de septiembre. En las cocinas del talent culinario más duro del mundo se quedan Celia Villalobos, Ainhoa Arteta, Josie, Pedro Delgado, Raquel Sánchez Silva, Florentino Fernández, Gonzalo Miró, Raquel Meroño, Jesús Castro, Laura Sánchez, Lucía Dominguín, La Terremoto de Alcorcón, Nicolás Coronado, Juanjo Ballesta y David Fernández tras esta primera vez en las cocinas de TVE que narramos desde Vertele.
Durante la primera entrega de esta nueva edición, lo más destacado fue el primer pique entre juez y concursante que protagonizaron Jordi Cruz y Jesús Castro. Además, de la explosión de Ainhoa Arteta en la prueba de exteriores, por notar que todos los compañeros le mandaban.
Y como suele ocurrir en cada temporada, siempre hay una primera vez para todo. En esta ocasión fue para vivir un apretón: “Es la primera vez en la historia del programa que un aspirante deja las cocinas para hacer caca”, dijo Jordi a Juan José Ballesta.
Todo ello ocurrió en el arranque de la quinta temporada del talent con famosos en TVE que se alargó hasta las dos de la mañana y transcurrió de la siguiente manera:
Presentación de los aspirantes en un mercado
Para la presentación de los 16 aspirantes a los espectadores, el programa montó un mercado con puestos conducidos por algunos ex concursantes como Cayetana Guillén Cuervo, Edu Soto y Mario Vaquerizo.
Todos ellos iban dando la bienvenida a los famosos que entraban a comprar, a la vez que advirtiéndoles de dónde se metían: desde Jesús Castro que aseguró tener “respeto” pero no miedo a los jueces, a Raquel Sánchez Silva que explicó que quería probarse en otra faceta. Pedro Delgado y Juan José Ballesta que estaban desubicados. Melani Olivares y David Fernández emocionados por su nuevo reto pero “acojonados”.
Los últimos en llegar fueron Gonzalo Miró “recomendado” por Cayetana y Celia Villalobos que viene a demostrar que “los políticos también somos de piel”.
Primera prueba con pique de Jesús Castro y Jordi Cruz
En la primera prueba, los jueces ya les dejaron claras las normas: “Cuando un juez habla, vosotros os calláis”, “a nosotros no nos importa vuestra fama”, dijo entre otras cosas Jordi Cruz ante el pasmo de los concursantes.
Una vez marcados los límites, explicaron en qué consistía su primer reto en el que el bonito era el protagonista. Los aspirantes debían aprenderán a despiezar este manjar y elaborar diferentes platos. Para supervisar y aconsejar con su experiencia, volvieron Miguel Ángel Muñoz y Saúl Craviotto, los dos primeros ganadores de MasterChef Celebrity.
Juan José Ballesta, Celia y la Terremoto fueron los primeros en romper el hielo y hacer una “carnicería”. Les siguieron Raquel Sánchez Silva, Flo y Gonzalo que tuvieron más cuidado. Josie, Melani y Perico que se llevaron los descartes. Nicolás, Lucía, David y Raquel se llevaron aplausos por su corte. Y tras ello tuvieron que hacer dos platos libres con el trozo que se llevaron.
El lujo de escuchar a Ainhoa Arteta cantar sus platos
Cuando el tiempo llegó a su fin, los aspirantes hicieron su tradicional levantado de brazos y presentaron por primera vez sus elaboraciones: Celia hizo un marmitako y un tartar a los que le dieron un “aprobado”, la Terremoto dejó que cataran su caldo que se llevó buenas críticas. Juan José entregó un bonito con espárragos y otro sofrito “achicharrado”. A Flo le felicitaron por el resultado y la actitud y el plato de Laura lo describieron como un “quiero y no puedo”. Raquel Sánchez Silva también se llevó aplausos de los jueces. Josie se llevo elogios por la estética.
En cambio, a Melani le dijeron que “no era un buen comienzo” por sus presentaciones y sabores. Arteta cantó el nombre de sus platos con un alto nivel, pero más bajo nivel tuvieron sus platos. A Perico le soltaron un “está muy malo”, igual que a David que le criticaron no haber “pensado mucho” su plato. Nicolás tuvo un “discurso un poco pretencioso para el primer día” y sin embargo, sorprendió con la alta calidad de sus platos. Raquel Meroño homenajeó a su compañero pero se llevó un suficiente. Los jueces calificaron de “infantil” a las elaboraciones de Lucía.
Por su parte, Jesús Castro protagonizó el primer pique de la edición con Jordi Cruz. El actor empezó mal la cata al presentar tan solo un plato con bonito, cuando debía entregar dos elaboraciones. Durante su cocinado, Jordi ya había comentado que le había visto tirar alimento a la basura y éste lo negó. “Aquí lo vemos todo”, le señaló el juez, pero él siguió negándolo. Ante la actitud del aspirante, el catalán no se cortó: “¿Tú qué estás buscando aquí, discutir conmigo?”, a lo que Jesús respondió “Yo no lo busco y tú conmigo?”.
Finalmente, David, Melani, Perico, Jesús y Juanjo se alzaron como los peores. Mientras que Celia, Josie, Nicolás, Terremoto y Gonzalo se convirtieron en los mejores.
Segunda prueba con Arteta “hasta los huevos” y el apretón de Ballesta
En el segundo desafío, primera prueba por equipos, se desplazaron al castillo de Jaén, ubicado en lo alto del cerro de Santa Catalina y reconvertido en Parador. Allí les propusieron un cocinado con diferentes menús típicos de la gastronomía jienense y con el aceite de oliva virgen extra como hilo conductor.
Para los equipos, Gonzalo y Nicolás - que fueron los mejores de la prueba anterior- se convirtieron en capitanes. El primero encabezó a los rojos, formados por Jesús Castro, las Raqueles, Ainhoa, Flo, Celia y Gonzalo. Y el actor capitaneó el equipo azul con David, Melani, Lucía, la Terremoto, Perico, Juanjo y Laura.
Los rojos se encargaron del primer plato elaborado con trucha asada y un postre de buñuelos de viento, los azules tuvieron que hacer un asadillo de pimientos y una perdiz en escabeche para 100 comensales en 150 minutos.
Durante el cocinado, a los equipos les faltó tiempo, entendimiento entre ellos y conocimientos de cocina. Sobre todo entre los rojos y en especial con Arteta que se hartó de que le dieran órdenes y gritó: “Aquí todo el mundo me manda y estoy hasta los huevos”.
Pero si algo llamó la atención de Jordi fue que “por primera vez en ocho años un aspirante dejó las cocinas para ir a hacer caca”. Eso es lo que hizo Juan José Ballesta que confesó su necesidad y tras la bronca del juez, aseguró estar ya a punto para seguir con su labor.
Tras la prueba, llegó la valoración. Samantha les felicitó por haber sacado todos los platos, “eso ya es un éxito”. Pero Jordi criticó la labor de Coronado por algunos ingredientes crudos, tarde en el tiempo y “falta de garra”. Mientras que Laura se llevó las felicitaciones por su trabajo. En el equipo rojo, Gonzalo tuvo el beneplácito de sus compañeros y hasta Ainhoa reconoció que perdió los papeles pero que el capitán le templó los nervios.
Por lo que los jueces concluyeron que el equipo ganador era el equipo rojo.
Prueba de expulsión con la marcha de David Fernández
De regreso al plató, Nicolás, David, Melani, Lucía, la Terremoto, Perico, Juanjo y Laura se pusieron el delantal negro para superar una prueba delicatessen y continuar una semana más.
El reto era trabajar con diferentes tipos de quesos, un surtido de embutidos (desde la butifarra blanca a la chistorra, pasando por el farinato) y una amplia variedad de conservas, encurtidos y salazones.
Así lo hicieron y presentaron sus platos para la cata. David fue el primero en entregárselo y que comentaran el “poco trabajo” hecho y lo “soso” del sabor. Le siguió Perico con su arroz con manzana caramelizada “bien cocinado y rico”. Nicolás presentó dos platos: un flan y un arroz de postguerra que les sorprendió por lo “sabroso”. La siguiente fue Laura con una tortita mexicana que halagaron sobre todo por la actitud que había puesto. Lucía presentó su milhojas provocando “decepción” por un cocinado con miedo y velocidad. Y Juanjo entregó unos pimientos rellenos que estuvieron “bien”.
Tras la deliberación, los jueces señalaron al primer expulsado de la edición: “El aspirante que no continúa en las cocinas de Masterchef es David”. El humorista confesó que “era el que tenía menos base” y acató la decisión con deportividad.