Como ya ocurriera el pasado lunes, MasterChef Junior 7 dijo anoche 'adiós' a tres de sus jóvenes aspirantes. Bosco, Lucía y Candela se despidieron del programa al no superar el listón impuesto por los jueces, que pronunciaron el nombre de los eliminados con una visible tristeza en su rostro. No solo porque estamos hablando de niños, sino también porque los concursantes han hecho piña en estos primeros compases de programa.
Así, mientras los eliminados lloraban por tener que dejar las cocinas, sus compañeros fueron de inmediato a intentar consolarlos. Una muestra de compañerismo y amistad que hizo de este momento algo más llevadero. Al fin y al cabo, “MasterChef es pasártelo bien y estar con los amigos”, como dijo Bosco.
Bosco, Lucía y Candela finalizan su viaje
Antes de colgar el delantal, los tres expulsados y sus compañeros tuvieron la oportunidad de conocer en persona a Rafa Nadal, que los recibió en la academia que tiene en Manacor. Poder hablar con él fue un sueño cumplido para los pequeños, que se lanzaron en masa a abrazar a su tenista favorito. Antes y durante la prueba de exteriores.
Rafa Nadal cuple el sueño de nuestros aspirantes
Pepe intenta vacilar a los niños... y recibe de su propia medicina
Durante esa misma prueba de exteriores, Pepe comprobó que los niños, cuando quieren, también pueden tener mala baba. En un momento dado, Albert, la estrella de la edición hasta la fecha, dijo al chef que tiene canas y que se está quedando calvo. Aunque para calvo, según Pepe, su compañero Jordi Cruz: “La gente se cree que es guapo. Pero no, tiene peluquín”.
“Que sí, que Jordi será calvo y lo que tú digas, pero tiene más estrellas Michelin que tú” respondió Vega para sorpresa del cocinero, que se defendió como pudo. “Vamos a ver, que las estrellas Michelin se regalan”, aseguró de broma el poseedor de una prestigiosa Estrella (Jordi Cruz tiene cinco) antes de que los niños le 'atacaran' por otro frente: el de la edad. “Eres viejo, te echo cincuenta y tantos años”, comentó Albert, que instantes después aprovechó la llegada de Jordi Cruz para tirarle del pelo y comprobar que no, no lleva peluquín.