Carretillas, estrés, sudor, alguna lágrima y mucha maña forman el quinteto titular de las pruebas de Masters de la Reforma. Concursantes dejándose la piel en las instrucciones dadas y recibidas, nervios derivados de construir a contrarreloj y los consejos y broncas de los jueces completan el reparto de emociones del talent de Antena 3.
La tensión se respira en la grabación del concurso que tiene la decoración, el interiorismo y la reforma como protagonista. Este lunes se emite la cuarta entrega del formato, en la que tuvimos la oportunidad de asistir a su rodaje, para descubrir de cerca cómo afrontan las parejas de peones su participación.
En concreto, asistimos al rodaje de la segunda prueba de la entrega, la de exteriores. Allí, los concursantes llegaron después de haber realizado el test de habilidad, en el que revistieron y decoraron con grasite la pared de un módulo. Tras la misma se formaron dos cuadrillas de trabajo que se dividieron el trabajo en el exterior y el interior del siguiente examen.
En este caso, los peones se trasladaron al barrio madrileño de Colonia Jardín, donde tenían la misión de ayudar a una familia a reformar su casa de los años 40, para adaptarla a un niño y un bebé que acaba de nacer.
Al no poder hacer frente a la inversión los dueños de la vivienda, la obra corrió a cargo del espacio presentado por Manel Fuentes, que también andaba por allí supervisando el trabajo de los aspirantes junto a los jueces. El reto de las parejas no terminaba ahí, ya que debían conseguir revalorizar el inmueble ajustándose a un presupuesto.
Una obra muy en serio
Cualquiera que haya tenido que hacer una reforma en casa, ya sea arreglar una pared, una cañería, cambiar el suelo o incluso pintar una habitación, sabrá que, por lo general, genera altas dosis de estrés. El desorden, el polvo, la incertidumbre por saber si quedará bien son acompañantes clásicos de las obras, independientemente de si son ejecutadas por uno mismo o un equipo contratado. Siempre hay la sospecha de que “algo malo va a pasar”.
Pues bien, esta situación se traslada al plató de las pruebas de Masters de la Reforma. Aunque el formato de Antena 3 cuenta con un equipo de profesionales que rematan los aspectos de las reformas que no hayan tenido el resultado esperado, los peones no se toman por ello su trabajo menos en serio. Al contrario.
En las horas en las que pasamos siendo testigos del frenético y particular rodaje, comprobamos que sufren de verdad, que lo viven con intensidad y que cuentan con una jefa de obra muy pendiente de cada paso que dan. Castedo no duda en corregir, exigirles y no permitir ninguna chapuza.
La jueza es quien toma la batuta en la pruebas exteriores, antes de que sus compañeros Pepe Leal y Tomás Alía den un paso al frente en la de eliminación, en la que interiorismo y decoración cuentan con un mayor protagonismo.
La vida en caravana y almacén portátil
El plató de más de 2.500 metros cuadrados eclipsa por completo cualquier salida que realicen los peones. Algo que llama la atención al conocer el almacén que transportan a las pruebas exteriores, en las que igualmente los concursantes cuentan con todo el material que necesiten para llevar a cabo las reformas. De muebles a pintura, pasando por toda clase de herramientas, arena o cemento.
A él acudían corriendo los peones con sus carretillas, para llevar a sus compañeros la maquinaria y elementos de bricolaje necesarios para sus construcciones. Pero en la grabación no solo corrían los aspirantes, también lo hacían los cámaras y miembros del equipo técnico de 'Masters de la reforma'.
No podemos olvidar que se trata de un programa de televisión, en el que la emoción y el entretenimiento están servidos en bandejas de baldosa o mortero, y que han de captar la esencia de lo vivido para ofrecer al espectador el espectáculo que prometen.
Es por ello que siempre había ojos avizor para no perder detalle. Ni ellos, ni el jurado, ni Fuentes. Los cuatro acuden a la localización para ver la evolución de los peones y, cada determinado periodo de tiempo, entrar con las cámaras a ver cómo se está dando la construcción. En un escenario, por cierto, blindado por las furgonetas diseñadas con el logo y tipografía del programa en la que los peones viajan en sus salidas.