Mediaset endurece su Código Ético, que prohibirá las opiniones políticas en 'Sálvame' y el resto de programas
Tiempos revueltos en Mediaset. Soplan vientos de cambio en el grupo de comunicación de Fuencarral, que acaba de reestructurar su cúpula directiva. A la histórica decisión de abrirse a nuevos contenidos editoriales, reduciendo notoriamente el foco hacia una lista de famosos personajes relacionados con la prensa del corazón, se le suma ahora la implantación de un nuevo Código Ético que afectará a todos los programas de Cuatro y Telecinco.
Alessandro Salem, nuevo consejero delegado de Mediaset, ha impulsado nuevo reglamento que fue aprobado por el Consejo de Administración el pasado 30 de enero, tal y como desvela El Mundo y ha podido confirmar verTele. La nueva cúpula de la compañía quiere poner fin a algunas prácticas con una serie de principios éticos que ya rigen desde hoy a los profesionales de los diferentes formatos de sus principales cadenas.
“Se trata de la última actualización de un Código Ético vigente desde el año 2012, que fue aprobado en su día por el Consejo de Administración de Mediaset España. Desde entonces, esta normativa de cumplimiento interno ha sido objeto de diversas modificaciones y actualizaciones en función de los cambios experimentados en el contexto social y competitivo de la compañía, así como en la legislación que regula todas y cada una de las materias que son objeto de tratamiento del propio Código y que vertebran la actividad del grupo audiovisual”, declaran fuentes de la cadena a verTele.
Esta nueva normativa es obligatoria y, en el escrito, se especifica que “no se tolerará ningún incumplimiento”, ya que, de lo contrario, se considerará una “falta laboral” con su correspondiente sanción. El documento, que ya está en vigor y que ha sido enviado a todos los trabajadores (internos y externos) de la empresa, “afectará a todos los empleados, colaboradores, clientes, proveedores y resto de terceros que mantengan relaciones profesionales con Mediaset España”.
Fin a las opiniones políticas
El nuevo Código Ético mantiene todos los apartados del que se aprobó el 15 de diciembre de 2011, pero se actualiza con un nuevo epígrafe que determinará el rumbo hacia el que quiere dirigirse Mediaset. Se trata del punto Principios rectores en programas de entretenimiento y hace alusión a la realización de discursos políticos en los diferentes espacios televisivos.
“Los programas de entretenimiento son eso mismo, de entretenimiento y, por lo tanto, sus presentadores y colaboradores deben abstenerse de emitir opiniones, preferencias o comentarios políticos en el seno del programa”, ordena el documento, dejando claro que solo se permitirán estos comentarios en los programas que tengan una sección de actualidad política, como es El programa de Ana Rosa. Eso sí, salvo en esas secciones, para el resto de contenidos “la regla es la misma”.
De este modo se pone fin, por ejemplo, a los sonadas intervenciones de Jorge Javier Vázquez en las que comparte con los colaboradores, y los espectadores, diferentes aspectos de su ideología política. Durante los últimos años, el presentador de Sálvame se ha erigido como uno de los comunicadores de televisión más críticos con la derecha política española.
Así lo ha demostrado recientemente a través de sus redes sociales, donde, por ejemplo, criticaba “la manipulación cutre” de Ayuso sobre los informativos de Telemadrid. Aunque en este caso Jorge Javier expresaba su opinión a través de sus perfiles personales en Internet, no es la primera vez que el catalán realiza comentarios de este tipo frente a las cámaras de su programa en Telecinco. Otros de los programas de puro entretenimiento afectados por la norma son Viernes Deluxe, Got Talent, Supervivientes, 25 Palabras, entre otros. Por contra, El programa de Ana Rosa, que cuenta con su mesa de actualidad política, sí podrá continuar emitiendo consideraciones relacionadas con la política.
Prohibido marcharse de plató en 'Sálvame'
La cosa no queda ahí y hay más cambios, manifestados a lo largo de ocho puntos del documento, que afectan especialmente a Sálvame por dinámicas que forman parte de la esencia del formato. Para empezar, ningún presentador, ni colaborador debe “atacar o criticar a ningún otro programa de la compañía o a sus presentadores y colaboradores”. Se pone fin así a la guerra abierta, con dardos cruzados en ambas direcciones, entre La Fábrica de la Tele (productora de Sálvame) y Unicorn Content (productora de Ana Rosa Quintana) a raíz del estreno de la docuserie de Rocío Carrasco.
El nuevo Código Ético prohibe a presentadores y colaboradores a abandonar en directo, sin causa justificada, el plató de sus respectivos programas. En el caso de incumplir esta norma, “se tendrá por definitiva a efectos contractuales”. Se acabaron, por tanto, las habituales espantadas de tertulianos de Sálvame que durante tantos años ha nutrido de contenido al programa vespertino de Telecinco.
Además, los conductores de los diferentes espacios de la parrilla deben detener “de inmediato cualquier iniciativa de cualquier colaborador o participante del programa que pueda dar lugar a una evidente responsabilidad penal o civil”. Del mismo modo, los contenidos y el lenguaje utilizado en cada programa “deben ser acordes a la franja horaria en la que se emite”. Así pues, las multas que se reciban, por ejemplo, por incumplir el horario infantil o por publicidad encubierta, deberán ser pagadas por las productoras de los programas y no por Mediaset, como venía sucediendo hasta ahora.
Mediaset también ha incluido un epígrafe en el que asegura que, en los programas de entretenimiento, no se podrá revelar datos personales de terceros “que no sean notoriamente públicos” y otro en el que queda prohibida cualquier “manifestación publicitaria que no haya sido previamente comunicada por escrito a Publiespaña”. Por tanto, los rostros de los diferentes programas no podrán nombrar la marca de la ropa que llevan puesta, o de cualquier otra empresa, sin que Publiespaña tuviera conocimiento previo sobre ello.
En definitiva, Mediaset quiere iniciar un nuevo rumbo y, para ello, ha implantado una nueva normativa cuyo desconocimiento, además, “no exime” de su cumplimento. La desobediencia “determinará entre otras consecuencias la imputación al presentador, colaborador y, en todo caso, a la productora de la posible sanción que la compañía pudiera recibir o de la posible indemnización a la que pudiera ser sancionada”. Por tanto, será la persona o productora que incumpla este Código Ético la que asumirá la pertinente sanción o multa que se reciba.