“Nunca había estado en una serie tan creativa”. De este modo se refiere Miguel Ángel Silvestre a la serie 30 monedas, la nueva producción de Álex de la Iglesia que se estrenará en HBO el domingo 29 de noviembre. El actor insiste una y otra vez en la envergadura del proyecto, que también despierta la admiración de Macarena Gómez y Manolo Solo. “He hecho ocho capítulos, pero es como si hubieran sido cuatro o cinco películas suyas seguidas. Imagina hacer Las Brujas de Zugarramurdi cuatro veces. Ha sido una megaproducción, es la más grande en que he estado en mi vida”, afirma la actriz en declaraciones a Vertele.
Además de un reparto potentísimo que reúne a algunos de los rostros más conocidos de la ficción española –entre los que también están Megan Montaner y Eduard Fernández como cabezas de reparto y Pepón Nieto, Carmen Machi, Secun de la Rosa y Paco Tous en roles secundarios–, el punto fuerte de 30 monedas es el esfuerzo técnico para ofrecer unos efectos verosímiles: “Los efectos visuales y la post-producción son lo más de lo más”, opina Solo. HBO parece estar convencida de que su nueva serie española tendrá el éxito que merece, motivo por el que ni siquiera ha esperado a comprobar qué recepción se le da para encargar dos nuevas temporadas.
Silvestre y Gómez interpretan al matrimonio que forman Paco y Merche. Él es el alcalde de un pequeño pueblo de la España rural en el que comienzan a ocurrir misteriosos acontecimientos que perturban la paz de este tranquilo lugar. Cuando las sospechas se dirigen contra el padre Vergara (Fernández), Paco pedirá ayuda a la veterinaria Elena (Montaner) para indagar en el pasado del cura y descifrar el significado de la moneda que con tanto recelo esconde. Lejos de detenerse, los macabros sucesos irán a más.
Su personaje, dice Silvestre, es “muy peculiar”. Al leer el guion tuvo una iniciativa que trasladó a De la Iglesia, pero al aparecer el director le dio largas. El actor se preparó así el personaje, con ese giro personal que él le quiso dar, y cuando llegó el día del rodaje el cineasta no comprendía nada. “Sentí que me daba un ataque al corazón, porque en la primera secuencia me dijo: '¡Qué haces!'. Le dije que tenía la sensación de que el personaje iba por aquí... Así hasta la tercera semana, en que me dijo que estaba arruinando la serie: 'No funcionan esas moviditas que haces tú que a ti y a mí nos molan'”, relata el intérprete, que acordó proponer dos opciones continuamente al director.
“Me la jugaba todo a una toma, con todo el universo del personaje que tiene muchas cosas, y otra la hacía sobria. Así pensando que efectivamente le estaba arruinando la serie. Al cuarto mes [Alex] me dijo que esas moviditas funcionaban. 'Al final lo que a ti y a mí nos molan va a funcionar'”, decía aliviado el intérprete, que alaba el virtuosismo en el montaje del bilbaíno: “Ha encontrado la medida exacta que sea una mezcla de las dos”.
Su mujer en la ficción, Macarena Gómez, dice haber tenido la suerte de que su personaje se mueva entre dos ámbitos que domina: “lo trágico y lo cómico”. “No fue difícil construirlo. Busqué algo físico que nunca había hecho: una chica bien, que quiere aparentar. Yo siempre hago de tirada en todas las pelis, o de yonqui o de puta, y por fin me dan un personaje que podía presumir de un estatus social y de un estilismo de Chanel”, comenta entre risas la actriz.
El papel que le endosaron a Manolo Solo venía con una dificultad añadida: el idioma. El actor interpreta al cardenal Santoro, por lo que se le hizo imprescindible aprender unas nociones básicas de italiano. “Tengo cierta facilidad para los idiomas pero no es que sea bilingüe. Me busqué a un amigo como coach y lo curré al 200%”, explica el actor, que tuvo que hacer un ejercicio especial de empatía con su personaje ya que ambos tienen una “energía completamente diferente”. El cardenal, matiza, “es mucho más asentado y sibilino que yo. Yo soy el rabo de una lagartija”.