Miguel Lago dijo adiós por sorpresa a Todo es mentira el pasado 3 de febrero. El que fuera colaborador de Risto Mejide en el programa de Cuatro anunció que, tras pasar unas semanas “muy difíciles” que le habían “afectado enormemente”, había decidido poner “pie a tierra” para “equilibrar todo e iniciar una nueva etapa”. De esta manera, ponía fin a su andadura en el formato en el que cuatro años antes había dado el salto a la primera línea televisiva.
Un mes y medio después, a finales de marzo, Miguel Lago reapareció como nuevo colaborador de Pablo Motos en El Hormiguero, formato en el que ha seguido trabajando de forma regular hasta nuestros días. El gallego también se ha convertido en uno de los rostros habituales de Y ahora sonsoles, nuevo espacio vespertino de Antena 3 con la que hasta hace unos meses era presentadora de Telecinco.
Ahora, nueve meses después de su salida de Mediaset, Miguel Lago ha profundizado en los motivos por los que decidió hacer un parón en su carrera. El cómico, que hace unas semanas confesó en redes sociales que fue diagnosticado a comienzos de año de un “trastorno ansioso depresivo”, ha dado más detalles sobre el problema de salud mental que sufrió.
Miguel Lago: “Me sentí injustamente tratado”
Miguel Lago ha desvelado que la presión de hacer un formato a diario de temática política, y la repercusión que este generaba en redes sociales, le afectaron a su estabilidad emocional: “Después de tres años y 800 programas, ya no podía más. La presión de un programa diario de corte político y tan polémico genera un desgaste enorme”, asegura el humorista a El Español. “Afecta. Los insultos afectan, esa presión cada tarde afecta”, confiesa.
El gallego afirma que llegó un punto en el que “me sentí injustamente tratado en muchos aspectos, porque yo me limitaba a hacer bromas del tema que tocara, sin posicionamiento real”. Lago recalca que se refiere exclusivamente a la reacción que generaban sus bromas y chistes en los espectadores y no el trato con el resto de colaboradores. “Yo he estado muy a gusto con todos los compañeros. Con lo que no podía era con lo que se generaba”, matiza.
“Nadie se va de la tele con un contrato cojonudo. Yo me fui a mi casa”, recuerda antes de aclarar que, tras un parón necesario, le llegaron más proyectos. “Es que ya no era feliz. Esto dura muy poquito y tenemos que estar felices. Y me fui a mi casa, además, mal, diagnosticado con un trastorno ansioso-depresivo. Hecho polvo”.
Miguel Lago, “muy feliz” en El Hormiguero
Miguel Lago asegura que, en todo caso, esta circunstancia para él no era nueva, ya que es un problema que “venía de atrás”. “Esto no te da de un día para otro. Es una olla a presión que de repente un día explota”, declara antes de desvelar que tuvo que pedir ayuda profesional “cuando tuve una sucesión de ataques de pánico”.
Ante esta situación, el cómico decidió parar todo y cuidar su salud mental: “Ahí me equilibré otra vez y al tiempo tuve la enorme fortuna de que me llamaran de un trabajo nuevo, de El Hormiguero, y soy feliz”, señala, asegurando que fichar por el programa de Antena 3 le ha servido de ayuda. “No quiero ponerlos en contraste, pero soy muy feliz, y es que son una pasada, no te crees el ambiente que tienen allí y cómo se portan los unos con los otros. Son una familia”. Miguel Lago afirma sentirse “mejor que nunca”.