Miguel Rellán ha hablado de la experiencia sufrida con el coronavirus que le mantuvo 20 días hospitalizado. Ha sido en una extensa entrevista a AISGE (Artistas Intérpretes, Entidad de Gestión de Derechos de Propiedad Intelectual) donde valora el impacto a nivel personal como profesional de la pandemia.
“Empecé a encontrarme mal, fui a urgencias y a partir de ahí lo tengo todo borroso”, afirma el intérprete, de 76 años. “No podía levantar siquiera el brazo, era como si me hubieran dado una paliza, aunque estaba convencido de que no me iba a morir”. Su estancia hospitalaria, dice, se vio beneficiada por las comunicaciones y mensajes que le mandaron numerosos compañeros y amigos dentro de la profesión.
“Seguirá habiendo gente estupenda y gente que no”
Rellán, a quien hemos disfrutado en series tan diversas como Compañeros o Vergüenza, se muestra pragmático a la hora de valorar de qué manera ha afectado la pandemia al devenir de la sociedad: “Los hay que piensan que esto significará un antes y un después, pero yo creo que no. Seguirá habiendo gente estupenda y gente que no. Cambiará la economía, empezando por los pequeños negocios que no han podido resistir. Pero cuanto antes pudiéramos olvidarnos de esta pesadilla, mejor. Han sido terroríficas las imágenes del mundo vacío y de quienes no pudieron despedirse de sus seres queridos”.
El coronavirus le pilló en unas fechas en las que debiera haber estrenado Contar para olvidar, en el Teatro Español pero también con no pocos trabajos y proyectos en cartera: las últimas funciones de Yo, Farinelli, dirigida por Manuel Gutiérrez Aragón, y los ensayos de El portero, en el Teatro Bellas Artes. También prevé dirigir otra obra, El ataque, en los Teatros del Canal: “Como decía Alfredo Landa en El Crack: duermo poco, ando mucho y, lo que veo, no me gusta nada”.
Una de esas cosas que no le gustan es, precisamente, el trato dispensado por las autoridades a la cultura, uno de los sectores más golpeados por la situación: “Los gobiernos nunca cuentan con ella. No existe. Sin embargo, durante estos meses había música por todas partes, empezando por el Resistiré del Dúo Dinámico. Y todo el mundo leyendo, o viendo series y películas. En fin, no lo entiendo”, reflexiona Rellán, que reivindica el valor de España como “plató increíble” para cine y televisión, “desde Almería hasta Galicia”.