Los niños de Stranger Things desvelan claves de la segunda temporada y dan un pastelazo a Motos
Millie Bobby Brown y Noah Schnapp, los niños de 'Stranger Things', han visitado hoy por primera vez el plató de 'El Hormiguero'.
Pablo Motos ha hablado con las dos jóvenes estrellas protagonistas de la serie de Netflix que llega con su segunda temporada el 27 de octubre.
Al final del programa, les propusieron el reto de golpear al “demogorgon” con pasteles y los actores acabaron tirándoselos al presentador.
“La segunda temporada es mejor porque pasan más cosas”
El presentador preguntaba a los actores qué temporada les había gustado más, y ambos aseguraban que la segunda era mucho mejor: “Pasan muchas más cosas”.
Millie desvelaba que en esta ocasión su personaje hablaría “más y se define mejor porque ahora ya no solo se comunica con el rostro. Además, las cosas que dice son muy chulas”, decía riendo.
Por su parte, Noah, preguntado por cómo le cambió la vida cuando salió de un campamento de verano y ya se había estrenado la serie, aseguró que “soy el mismo, solo que mi vida está mucho más ocupada y es más emocionante ahora”.
La relación con Winona Ryder: “¡Es la mejor!”
Preguntados por la relación con Winona Ryder, Noah explicaba que era “como una madre” para él. “Está siempre cuidándome, es muy mona, es la mejor”.
Millie, en la misma línea, recordaba riendo que les había “enseñado a quitarnos el hipo, nos dice que no tomemos mucho azúcar...”. Y desvelaba que le había regalado una alianza de amistad: “ Somos muy amigas. Ella también empezó muy joven y por eso nos llevamos tan bien”.
Además, explicó que Winona le había “ayudado mucho cuando me raparon el pelo, porque hubo un momento que no sabía qué hacer con él y a ella le había pasado lo mismo”.
De hecho, Millie confesó que su madre le había prohibido actuar en la serie porque no le convencía que se rapara.
Un juego que le salió por “la culata” a Motos
Al final del programa, Motos les propuso acabar con el demogorgon a pastelazos y lo que debían hacer es tirar los alimentos al monstruo evitando a la persona que tenía en brazos.
Pero ellos lo hicieron a su manera, tirando los pasteles a quiénes se le cruzaban. El que se llevó la peor parte fue el presentador al ser alcanzado por el monstruo y los niños que le empaparon de dulce.
Mientras ellos se reían, Motos les despedía quitándose el pastel de las orejas.