La televisión es el medio de comunicación que más y mejor puede acoger a otros medios. En el cine es imposible al proyectarse ficciones propias, la radio no puede mostrar imágenes (pero sí evocarlas), y la prensa puede analizar la actualidad, pero sin la fuerza del audiovisual. Por eso, y con permiso de los medios digitales de Internet, la pequeña pantalla es la forma “tradicional” de poder acceder a todos los demás.
En este 2020 marcado por el coronavirus Covid-19 y el confinamiento primero obligatorio, ahora “recomendado”, y esperemos que no de nuevo obligatorio, la televisión se ha convertido para muchos en la única compañía. Y para otros, en una forma de salir de las paredes de su casa recurriendo a cualquiera de los muchos ámbitos y formatos que acoge y puede desarrollar.
La visualización de series y películas en streaming se disparó, como reflejaron las cuentas de Netflix. En televisión también, con récords históricos de consumo en las audiencias lineales. Todos buscamos el ocio en la pequeña pantalla, y los que llorábamos por perdernos conciertos, buscamos la música también en la televisión. Y por suerte, la situación de hace unos años ha cambiado y la pequeña pantalla puede solventar esa necesidad.
Las 'sesiones' musicales gracias a la televisión
Si hace unos años sus propios protagonistas reclamaban el necesario espacio de la música en la televisión, las nuevas apuestas han solucionado ese problema. Y cuando en el confinamiento los nostálgicos de los conciertos nos lanzamos a buscar música para calmar nuestra añoranza, encontramos opciones de todo tipo.
Para el que escribe, la más destacada fue (y es) Sesiones Movistar+. El formato conducido por Arturo Paniagua, con entregas centradas en cada grupo o artista para escuchar su música en directo y conocerles mediante la entrevista, se convirtió en un compañero de confinamiento evolucionando y adaptándose con Sesiones Movistar+ In Da House. Y hay que agradecer cómo lo que pudo empezar siendo un “parche” con el presentador y los artistas desde sus casas, y “actuaciones” grabadas como bien se podía desde un móvil, llegó a tener una cuidada presentación con planos recursos, filtros de imagen para casar con las canciones y hasta multitudinarias reuniones musicales. Un trabajo de edición espectacular que compensaba tanto musical como televisivamente, y que permitió al programa no simplemente solventar esa época, sino crecerse en la adversidad y superar la habitual rigidez de su formato.
Tantas horas confinados, y tantos aperitivos y comidas amenizados por la música, han dado tiempo para rebuscar más en el catálogo de Movistar+. Y así poder conocer otra propuesta como Pop. Una historia de música y televisión, que en sus cuatro entregas mezcla esos dos mundos a través de testimonios de protagonistas para recordar precisamente cómo la televisión influyó decisivamente en el desarrollo de la música en España, y en la fama de algunos de sus artistas. Un merecido recuerdo a personas clave como Paloma Chamorro o programas inolvidables como La edad de oro, La bola de Cristal o Tocata, entre otros.
El catálogo de Movistar+ tiene una sección propia para la Música, y durante estos meses con más tiempo para bucear en él la verdad muchos nos hemos dado cuenta de lo que hasta ahora no habíamos valorado. En las cuatro entregas de Canciones que cambiaron el mundo su conductora Zahara se rodea de otros muchos artistas para destacar por qué algunos temas fueron mucho más que simples canciones, permitiendo al espectador situarlas en su contexto, y comprender por qué ahora son himnos.
Si el de Zahara homenajea a temas, Canciones desde la azotea hace lo propio con grupos y artistas míticos como The Beatles, Elton John o David Bowie. Son otros cantantes y grupos los que les versionan y explican lo que han supuesto para sus carreras, dejando a los que lo ven percibir su importancia para el mundo de la música. Una idea similar a la de El poder de la música, en el que distintos artistas de primer nivel revelan qué canciones han marcado su trayectoria, y por qué. Echando la vista un poco más atrás se llega también a Un lugar llamado mundo, un “invento” diferente con David Trueba como director, el presentador Toni Garrido como productor, y el productor Javier Limón como presentador, que en su caso permite conocer más y mejor a los artistas invitados.
TVE, en la senda de recuperar lo que un día fue
Que para un formato como el arriba mencionado Pop. Una historia de música y televisión de Movistar+ sea indispensable recurrir al archivo de RTVE no sólo indica que la cadena pública fue durante años “la única”, sino que hubo una época en la que se volcó con la atención musical. Una buena costumbre que perdió después, y que en las últimas temporadas parece recuperar poco a poco.
Aunque los Conciertos de Radio 3 siguen arrinconados a horas intempestivas del late night, fue un formato de archivo como Cachitos de hierro y cromo el que abrió la puerta a que la música en directo regresase a la televisión de todos. De las mismas manos, las de Jero Rodríguez, surgió poco después La Hora Musa, este sí un programa con actuaciones en directo, entrevistas y reportajes en torno al mundo de la música que demostró cómo la cadena pública, tras lograr que Virginia Díaz “diera la cara” saliendo de sus emisoras, tiene buen ojo al apostar por Maika Makovski como conductora. Aunque los dos programas pueden disfrutarse en sus noches de emisión, también pueden verse en cualquier momento a través de la web de RTVE, en la que hay accesos directos para ver todos los Cachitos y todas las Horas Musas.
Su ejemplo, y las buenas críticas, parecieron animar a TVE. Poco después llegó Un país para escucharlo, en el que Ariel Rot conduce un proyecto de clara vocación pública que combina música, turismo nacional y arte. Una forma de conocer España tanto por los ojos como por los oídos, y que junto a Cachitos conforma una “magnífica apuesta” musical nocturna, que igualmente puede verse en cualquier momento en la web de la cadena.
Conciertos, documentales y más alternativas
El viaje musical sin salir de la televisión que ha podido hacerse en estos meses de coronavirus, y especialmente durante el confinamiento, puede ir más allá si también nos lanzamos al amplio abanico de documentales y conciertos en directo que ofrecen las plataformas.
Es curioso ver cómo el documental Sanz Sanzde Alejandro Sanz en Netflix permite conocer la vida del cantante usando como hilo conductor su preparación para el concierto +ES+ en el Vicente Calderón... el mismo concierto en directo que luego podemos ver en Movistar+. Todo el proceso de preparación y plasmación de un gran espectáculo musical, gracias a dos plataformas distintas.
Hay muchos ejemplos como este último. Demasiados como para repasarlos todos. Desde Lori Meyers en Madrid, a Queen en Budapest (ambos en Movistar+), pasando por el show de Springsteen en Broadway (Netflix), y a otras estrellas como Shakira, Beyoncé y un largo etcétera. También formatos más documentales como 'Izal: Micro abierto' que permiten ver los esfuerzos de las bandas por llegar a su público y estrechar lazos.
Muchas formas distintas que en su conjunto demuestran que, en buena parte gracias a las plataformas, la música ha recuperado a lo grande su espacio en la televisión. Y eso, en tiempos de confinamiento y coronavirus, se ha agradecido y se agradece.