El actor Nacho Guerreros, que interpreta a Coque en La que se avecina, fue uno de los invitados de Toñi Moreno en la segunda entrega de Déjate querer. El artista echó la vista atrás con nostalgia para recordar algunos momentos de su vida e hizo balance de su carrera profesional, en la que el conserje de Montepinar le catapultó a la fama.
Sin embargo, como suele decirse, no es oro todo lo que reluce. “Con Coque estoy feliz de la vida, pero es verdad que hay personas de nuestro mundo [del sector de la interpretación] que no te ven en otro personaje”, lamentó.
“Yo he intentado salir de Coque varias veces y no me ha salido mal”, comentó el actor para explicar que mientras ha trabajado en La que se avecina también ha desempeñado otros encargos. “Hay actores que dicen que si estamos encasillados es porque estamos trabajando. Y el trabajo es muy importante porque pertenecemos a una profesión en la que hay un 80% de desempleo. No podría quejarme. De hecho, me siento un privilegiado porque trabajo en lo que me gusta”.
Su trabajo más sorprendente
Tras repasar los beneficios e inconvenientes de su profesión, Nacho Guerreros recordó otros empleos que tuvo antes de saltar a los escenarios. “He trabajado mucho en la hostelería, trabajé seis años con personas con discapacidad, tuve una galería de arte y trabajé en un teléfono erótico”, reveló ante la sorpresa de la presentadora, que le pidió más detalles.
“Fue muy poco tiempo... pero ahí está. Era como una terapia, la gente llamaba porque quería descargarse... y ahí estaba yo. Una vez me llamó una pareja que eran hermanos, chico y chica, y querían tener sexo teléfono conmigo a la vez”, relató.
Con gran curiosidad, Toñi le propuso recrear cómo fue alguna de aquellas llamadas subidas de tono. Y después de llevar un rato de 'coque-teo', la presentadora colgó rápidamente para no seguir dando rienda suelta a la imaginación con todas proposiciones que le estaba haciendo su invitado.