“Fueron años agridulces”. De este modo se refiere Natalia Sánchez a su época de mayor popularidad tras saltar a la fama con Los Serrano. La actriz madrileña guarda buenos recuerdos de aquel entonces, pero también algunas sensaciones que le llegaron en plena adolescencia y sin que estuviera preparada para asimilar un fenómeno como el que desató la exitosa serie de Telecinco.
“Fue duro porque vivir tanto con tan corta edad no es fácil. Tienes que saber tener los pies en la tierra. Mi adolescencia estuvo condicionada por eso. Me dolía mucho, sobre todo por mis amigas, porque la gente estaba todo el rato haciendo fotos y pidiéndome autógrafos. Ni ellas ni yo disfrutábamos, pero era parte de mi trabajo. En algunos momentos les pareció insostenible”, confiesa la actriz en una entrevista con El Faro de Cadena Ser.
Sánchez entró a la serie con 12 años para interpretar a Teté, y acabó las grabaciones con la mayoría de edad recién cumplida. Ella y sus amigas se sintieron asfixiadas por la fama: “En una ocasión fuimos al cine con Víctor Elías y nos tuvo que evacuar la policía. Fue un suicidio”.
De todos modos, la artista, a la que recientemente hemos visto en Los herederos de la Tierra, es consciente de que le debe mucho a la popular serie y que hoy en día tiene trabajo “gracias a la fama”. “La gran sombra de la fama es que te confunda, pero en mi caso, afortunadamente, no lo hizo porque me sostuve bien y tuve a quienes me sostuvieran: mi familia y amigos”.
Es más, sus padres, que también se dedican al sector audiovisual, decidieron que aquella joven adolescente no podría disponer del dinero a su antojo. “Afortunadamente, no toqué mi dinero hasta los 20 años porque mis padres me mantenían como a otra hija más. Yo no sabía ni lo que cobraba en la serie, era algo secundario y no lo supe hasta muchos años después”.