Netflix tendrá que pagar 385.000 dólares (364.000 euros aproximadamente) a una mujer estadounidense por revelar su identidad en el documental Nuestro padre, en el que se analiza el caso del médico de fertilidad Donald Cline. En dicha investigación se mencionó a Lori Kennard como descendiente del conocido doctor, que engendró en secreto 94 hijos.
Kennard es una de las tres personas que demandaron a la plataforma de streaming al ver que sus nombres aparecían en el documental. Alegaban que no se había respetado su derecho a la privacidad, y pedían por ello una indemnización. Netflix se enfrentaba a un posible pago de millones de dólares, pero el jurado de Indiana (Estados Unidos) en el que se ha juzgado el caso, ha establecido una condena mucho menor de lo esperado, informa Variety.
Las otras dos mujeres que demandaron a Netflix no han tenido tanta suerte: el jurado ha rechazado que se indemnice a Sarah Bowling, y las reclamaciones de la tercera mujer fueron desestimadas incluso antes de que se celebrara el juicio. En la demanda señalaban a Netflix por “divulgar públicamente hechos privados”, es decir, por revelar al público que ellas también eran hijas del citado médico.
Los abogados de estas mujeres hicieron hincapié en que los productores del documental, siendo conscientes de la sensibilidad del caso, se habían comprometido a no revelar la identidad de nadie sin su consentimiento.
Por su parte, Netflix, líder mundial del streaming, argumentaba que los nombres de estas mujeres aparecían fugazmente. Además, señalaba que las demandantes habían renunciado a su privacidad por haberse unido a un grupo privado de Facebook en el que se reunieron los hijos secretos de Cline.
Tras analizar los argumentos de las partes, el jurado, compuesto por ocho miembros, determinó que Lori Kennard sí había mantenido en secreto su parentesco con Donald Cline, motivo por el que tiene derecho a ser indemnizada. Pero Sarah Bowling sí hizo pública su relación con el doctor, así que no recibirá cantidad alguna.
Aunque en un primer momento se barajó la posibilidad a establecer medidas punitivas, finalmente solo se ha pedido una compensación económica porque la jueza del caso ha entendido que la productora analizó las posibles repercusiones legales de su documental, y la proyección de los nombres fue simplemente un error honesto.