Análisis Vertele

Lo que tienen que copiar de OT los próximos talents para seguir haciendo historia en TV

Roberto Leal y los concursantes en la final de OT

Paula Hergar

OT 2017 ha puesto punto y final a una resurrección televisiva histórica e inesperada. Que levante la mano quien creyera que este regreso iba a convertirse en el fenómeno que ha acabado siendo. Si desde dentro de Gestmusic había quien hasta se conformaba con llegar a los dos dígitos en su estreno.

Pero finalmente el formato no solo ha acabado arrasando en audiencia si no que ha asentado las bases de la televisión del futuro, encontrando la fórmula de volver a reunir a toda la familia frente a la pequeña pantalla.

Desde hace años, los directivos catódicos se rasgaban las vestiduras buscando la forma de atraer a las nuevas generaciones que solo ven Youtube y ni necesitan TV en su habitación. Algo que OT ha solucionado, logrando que las redes sociales y la televisión sigan una misma trama, y que los hijos y los padres hablen el mismo idioma.

Por lo tanto, si por fin alguien ha dado luz al misterio, ¿por qué no seguirla y hasta copiarla? A continuación, enumeramos los aciertos del talent de TVE para que los próximos sigan su estela y hasta la mejoren:

“Captar” 24 horas en Youtube

OT se estrenó con un 19% de cuota de pantalla y 2.558.000 espectadores y acabó marcando un 30.8% y reuniendo a 3.925.000. Un crecimiento que demuestra cómo el talent fue despertando el interés de un público que no lo tuvo en un principio. Y es que el Canal 24 horas en Youtube abrió las puertas del programa a jóvenes que ya ni encienden la televisión. Por esa ventana de vídeos se toparon con las bromas de Roi, los atracones de Aitana, la amistad de Nerea y Agoney, la singularidad de Alfred, o la espontaneidad de Amaia... convirtiéndolos en adictos de un formato que tenía una cita ineludible los lunes en TVE.

Desde luego la estrategia la teníamos delante y no nos habíamos dado cuenta: si solo les interesa Youtube, que Youtube nos devuelva el interés. Algo que ha entendido a la perfección la nueva Fama, a bailar! de Movistar +: si no están suscritos a nuestra plataforma, que Youtube cree nuevos suscriptores.

La serie juvenil por la que las cadenas no apuestan

El seguimiento de la vida de los 16 concursantes en el 24 horas, también los ha convertido en una especie de personajes de serie que toda una generación de jóvenes no ha encontrado en la televisión. Y es que, así como muchos crecimos con Compañeros, Al salir de clase o Física o Química, desde hace años, las principales cadenas han dejado de apostar por esta ficción juvenil. De forma que, OT ha llenado ese hueco con una Academia de estudiantes variopintos, que luchan por un sueño, que se enamoran, que lloran, ríen, crean vínculos de amistad y a los que inculcan unos valores enriquecedores. ¿Qué más se puede pedir en una serie? Que sea real, y así ha sido.

Han sido “capítulos diarios” en los que hemos podido empatizar e identificarnos con esos concursantes con personalidad propia. Algo mucho más difícil de conseguir en formatos como Got Talent o Ninja Warrior en los que solo nos permiten conocerles como concursantes, con su minuto de gloria.

Redes sociales que hablan y escuchan a sus seguidores (y detractores)

Ni siquiera el día después del final de OT, el programa ha dejado de ser trending topic. Y es que es difícil despedir algo en lo que has estado tan metido, porque sus redes sociales hacían sentir a sus seguidores como uno más de la casa. Conceptos como “Ana War”, “Sapoconcho”, o el revuelo por el micro abierto de Noemí, incluso el interés que despertaba Almaia acababa reflejándose en la Academia transmitiendo al segundo que las redes se escuchaban.

Sin duda, un gran acierto el gran foco en las redes, porque ha creado un enganche que sobrepasa a la emisión (por TV o Internet). Algo de lo que se quejaban los fans de Gran Hermano en sus últimas ediciones, al no sentirse escuchados en las redes y, por ende, fuera del programa.

Operación casting con el filtro “talento”

Los concursantes son esenciales en un talent. Por mucho que el jurado sea brillante o el presentador tenga un gran poder de convocatoria, el casting es lo que va a sorprender o defraudar a la audiencia. Por lo que una elección de artistas mediocres, hará un talent mediocre, o participantes prodigiosos logrará lo propio.

Hasta 9 ciudades visitó Noemí Galera con su perspicaz equipo de casting para encontrar a estos 16 triunfitos que han sido la mejor baza del programa. Mientras hay series y programas que valoran la cantidad de seguidores de Instagram para fichar a un actor o a un colaborador, en este casting las redes sociales eran lo de menos, de hecho, cuanto menos “filtros” tuvieran los aspirantes mucho mejor. Como resultado, hemos conocido a jóvenes con una mezcla de talento e inocencia que ha demostrado que en su generación no solo triunfan los influencers.

Profesores y clases de las que aprendemos tod@s

Conocer al equipo humano que hay detrás del crecimiento de los concursantes eleva al talent a un nivel superior, porque no solo vemos cómo progresan los concursantes, sino que aprendemos con ellos. El creador de la serie Merlí, Hector Lozano, decía que no quería que la escena acabara cuando empezaba la lección de filosofía, sino que empezara ahí. Y es lo que ocurría en la Academia de OT, que no solo disfrutábamos de los personajes, sino también aprendíamos con ellos.

El público multitarea ya no se conforma con solo ver, también quiere practicar. Muchos de ellos seguían las coreografías de Vicky, o anotaba los ejercicios de los Javis. Por ello, sería maravilloso ver las clases completas de Malú con sus equipos de La Voz, o las lecciones semanales de los concursantes en Masterchef.

Un presentador generoso, un brillo milagroso

Las últimas ediciones de OT apostaron por presentadores tan mediáticos que hacían sombra a los concursantes. De forma que acabó interesando más cómo se desenvolvía Pilar Rubio que conocer la evolución del talent. Por ello, en esta edición Tinet Rubira quiso volver a la esencia del concurso, dando el protagonismo a “los chicos” y apostando por Roberto Leal. Un conductor tan generoso al centrar la gala en ellos, que fue imposible que el brillo de los triunfitos no le alumbrara a él.

Ojalá los próximos talents tomen nota de las lecciones que hemos aprendido con la resurrección de Operación Triunfo, porque su final ha dejado a casi 4 millones de espectadores con ganas de llenar ese vacío.

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