“Hace falta seguir contando historias que remuevan, porque todavía vemos que se polariza a la mínima”. Aitor Gabilondo, creador de Patria, afronta el lanzamiento de la serie convencido de la necesidad de abordar el conflicto de ETA para seguir aportando más puntos de vista, más ángulos, más matices y, en última instancia, más entendimiento.
El viaje de la historia de sus dos familias protagonistas comenzó en 2016, con la publicación de la novela de Fernando Aramburu, de cuya adaptación a la pequeña pantalla ha sido responsable el guionista y productor.
Tras su puesta de largo en el Festival de San Sebastián y estreno en HBO este pasado domingo 27 de septiembre, el primer episodio de la ficción se verá este martes en abierto en Telecinco (23:00h), acompañado de una programación especial en el prime time de la cadena.
“Espero que anime a más gente a seguir viendo la serie en HBO”, comenta sobre la emisión en abierto del capítulo el creador, que defiende que “hasta que no se vea entera, no se pueden sacar conclusiones”. Del mismo modo, insiste en que Patria “está concebida para una plataforma de streaming.
En nuestra entrevista, realizada durante el certamen donostiarra, participan también dos de sus intérpretes principales, Elena Irureta (Bittori) y Ane Gabarain (Miren), que reconocen que han abordado sus personajes “con las tripas”. Siendo una serie no exenta de polémica desde el inicio de su producción -la última batalla se libró en torno a uno de los carteles promocionales -, queda por saber si aquellos que clamaron al cielo con la imagen se sentarán esta noche en los salones de sus casas a visionar el piloto de la ficción.
Las actrices adelantan que “por encima de todo es una historia sobre el dolor humano y eso se puede entender en cualquier lugar por encima historias políticas y sociales”. Gabilondo apunta que “es una historia de cómo todo ese ambiente que hemos vivido, sin haberlo pedido la inmensa mayoría de las personas, nos ha afectado en nuestra vida”.
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'Patria' habla sobre cómo el paso del tiempo cambia nuestra perspectiva. ¿Cómo puede cambiar la serie la que cada uno tiene sobre ETA?
Aitor Gabilondo: El tiempo ha sido fundamental en esta historia desde que la empezamos a hacer. Es el verdadero escultor de todos nosotros, nos va modificando según va pasando. Las experiencias nos van moviendo. Uno de los retos era cómo narrar durante tanto tiempo la evolución de estos personajes, al verse todos y cada uno de ellos interpelados por la historia que cuenta, modificando sus emociones y pensamientos. Para poder realmente valorar la serie hay que verla entera, de principio a fin, porque tú mismo según las vas viendo, vas cambiando. Ocurre que cuando crees que ya conoces a un personaje, de repente hay otra perspectiva. Piensas que has comprendido del todo una situación, y de repente ves que no. Este chirimiri que te va calando lentamente es una de las claves de la historia.
Además del estreno en HBO, la serie se va a ver en Telecinco, ¿en qué puede cambiar su repercusión por el hecho de estrenarse en abierto? ¿Qué expectativas tenéis?
AG: Solo se va a emitir el primer episodio, y hasta que no se vea la serie entera, no se pueden sacar conclusiones. Espero que a si la ve más gente, se anime a seguir viéndola en HBO. Ese es el objetivo de las empresas, pero no es mi negociado.
¿Y si en vez de solamente el primer episodio se emitiera entera?
AG: La serie está concebida para HBO, una plataforma de streaming, sin cortes publicitarios. No sé si eso cambiaría.
'Patria' está contada en forma de relato humano, más que político. ¿Qué gana la serie por el hecho de estar así narrada y qué le habría aportado que fuera más política?
Ane Gabarain: Le aporta humanidad, va directamente al corazón del espectador. Sobre todas las cosas, es una historia sobre el dolor humano y eso se puede entender en cualquier lugar por encima de historias políticas y sociales. Es la historia de unos seres humanos que están sufriendo.
Elena Irureta: Es la historia de las emociones que viven los personajes. Se da la circunstancia de que ETA ha pegado un tiro al marido de Bittori [a quien ella interpreta], y eso va a romper a las dos familias. Es lo que ha ocurrido, pero Patria cuenta cómo todas esas personas van a vivir sus propias vidas, a partir de ahí, y cada uno a su manera. Es la historia del dolor de nueve personajes, y deja una puerta abierta a la esperanza, con un final en el que parece que se va soltando poco a poco toda la carga que llevan encima.
Ane G: Habla de tener empatía con el dolor ajeno.
AG: Es una historia de ficción que cuenta una parte de la historia de dos familias. A una historia política pura y dura, de entrada le harían falta muchos más capítulos. Habría que empezar mucho antes porque ETA no vino de la nada, apareció por unas razones, ha ido cambiando a lo largo de los años. Ha habido terrorismo de estado, terrorismo de ETA, muchos gobiernos en medio. Una historia política sería otro tipo de historia, y quizás se haga. Pero Patria es una historia de cómo todo ese ambiente que hemos vivido, sin haberlo pedido la inmensa mayoría de las personas, nos afectado en nuestra vida diaria, nuestras relaciones con amigos y familiares. Cómo eso nos ha atravesado y ha determinado nuestra sensibilidad. Eso es esta serie. Las otras se pueden y deberían hacer, seguramente se harán, pero son de otra índole.
Para generar este relato humano, la serie se apoya en las madres de las familias protagonistas. ¿Qué le aporta a 'Patria' este punto de vista y qué directrices habéis tenido a la hora de construirlos?
EI: En el libro era así, todo parte de dos mujeres que cuentan la historia de estas dos familias. Ha sido un regalo tremendo interpretar a personajes con tantos matices y abanico de emociones. Los hemos abordado con las tripas. Antes que nada intentando comprender cómo son estas mujeres, cómo las circunstancias dan un giro a sus vidas. Su desarrollo con los años, primero cómo se enrocan en su dolor y luego cómo van abriéndose poco a poco. El querer sacar todo ese dolor que llevan dentro y hacerlo de esa manera, para poco a poco llegar al abrazo final, que es de lo que trata la serie: de perdón y reconciliación.
Ane G: Podría ser casi un western de mujeres, ya que son dos de acción, que mueven los hilos, provocan acontecimientos muy gordos. Son muy representativas, pero el peso dramático está en los nueve personajes que componen las dos familias. Es una historia de gente corriente. No solo del etarra que dispara, es el vecino, la madre, el cuñado, la carnicera. Todo un contexto. Es muy coral y cada uno tiene su propio arco y recorrido. Mi personaje [Miren] parece que al final se ablanda un poquito después de haberse radicalizado tanto por su amor de madre.
En 2020 han coincidido varias producciones sobre ETA, tanto de ficción con 'La línea invisible' como de documental con varias producciones sobre ETA'La línea invisible''ETA, el final del silencio'
AG: Faltan muchos y seguramente faltan algunos que ni sabemos que faltan, porque no los conocemos. La realidad es muy amplia y muy compleja. Hace falta seguir contando historias que remuevan, porque todavía vemos que se polariza a la mínima. Cuantas más historias haya, desde más ángulos, mejor será, más enriquecedor. Y completará el relato, si es que lo hay, de todas las partes. Por lo que oigo, se están haciendo más historias, así que las veremos.