Especial

Las 9 grandes polémicas que han enturbiado el 2021 en nuestra TV

A menos de una semana para dar la bienvenida a 2022, toca hacer los deberes y repasar lo que ha sido el año que dejamos atrás a nivel televisivo. Siempre resulta más agradable hacer memoria para revisitar los momentos más positivos y perdurables del ejercicio, aquellos que esperamos nos sigan dibujando una sonrisa al rememorarlos. Sobre ellos, ya hemos escrito. Pero es obligado también hacer la crónica de todos esos acontecimientos que, nos guste o no, también han marcado la deriva del medio.

Hablar de polémicas, a la ligera, puede tener una connotación frívola, no parecer más que un reclamo para alimentar los instintos morbosos del lector. Pero nada hay de frívolo en lo que queremos repasar aquí. Si tenemos un compendio de aquellos instantes para recordar que nos deja 2021, también hemos de hacer el listado paralelo de aquellos que no nos conviene olvidar. Y no conviene porque, quizás, nos están hablando de la salud de las instituciones y medios públicos, en algunos casos; porque nos hacen ser conscientes de las contradicciones que como sociedad y como audiencia estamos dispuestos a dejar desapercibidas, sin caer en una reflexión mayor; o porque también han afectado a la imagen pública de personalidades otrora esenciales y reconocidas, especialmente en tiempos tan inciertos como estos, marcados por el vaivén de las olas (de coronavirus) sobre las que vamos navegando.

El rótulo de la princesa Leonor en RTVE

Casi inevitablemente, RTVE ha sido protagonista o escenario para algunas de las principales polémicas que se han producido a nivel televisivo en España durante 2021. Por revisitarlas por orden cronológico, nos situamos con la primera de ellas a principios de febrero. Entonces algo tan aparentemente minúsculo como un rótulo desató una marejada política que costó amainar y puso a la Corporación en un momento crítico cuando aún no se había cerrado el acuerdo para el nuevo Consejo de administración, aún con Rosa María Mateo como administradora.

Desde sus inicios, La hora de La 1 había tenido que sobrellevar críticas y polémicas tanto por parte de los partidos en oposición, que cuestionaban el formato, como por motivos de índole estructural, a cuenta de la producción parcialmente externalizada del programa. Sin embargo fue, como decimos, un rótulo lo que derivó en críticas y en una crisis de imagen: fue uno usado para referirse a que la la Princesa de Asturias estudiará bachillerato en Gales: “Leonor se va de España, como su abuelo”. Se aludía, en tono ácido, a la situación del Rey emérito, Juan Carlos I, que marchó en agosto de 2020 a Emiratos Árabes, en plena investigación judicial sobre sus finanzas.

La noticia, emitida en el tramo de actualidad del programa, se había tenido que preparar rápidamente puesto que se trataba de una última hora. La mezcla de las prisas (que impidieron una mayor planificación) con la falta de un supervisor que chequease el titular (no había nadie ejerciendo como coordinador de guionistas, después de que la persona que estaba al cargo abandonó por desavenencias), hizo que nadie revisase ni cayese en la carga satírica de este, ni advirtiese de lo inapropiado que era usar un tono así en un programa de actualidad.

Ante la proliferación de críticas de diversas formaciones políticas nada más verse el epígrafe empleado, RTVE tomó cartas en el asunto, con el cese inmediato de sus responsables, la editora (que pertenecía a RTVE y fue reubicada) y el rotulista (que estaba contratado por la productora Tesseo), minutos después de acabar la emisión. Un día después, Mónica López pidió también disculpas públicas en pantalla y anunció los relevos en los cargos. En cualquier caso, la drástica decisión generó malestar dentro del magacín, compartido también por los periodistas de servicios informativos. Por más que se coincidía en ver el titular como inapropiado para un programa de actualidad, el despido se consideraba un castigo excesivo.

Decepción por el Consejo de Administración de RTVE

Apenas dos semanas después, como comentábamos, se sellaba el acuerdo político por parte de PSOE, PP, Unidas Podemos y PNV para designar al nuevo Consejo de Administración de RTVE, con el que José Manuel Pérez Tornero fue designado como nuevo Presidente de RTVE. Así, se ponía fin a más de dos años de proceso de concurso público, que nació como una forma de evaluar méritos y proyectos de forma despolitizada pero que tuvo que enfrentarse a toda clase de baches por el camino en su ejecución, y también cerraba la etapa de Rosa María Mateo como administradora única provisional, un periodo que debía haber durado unos meses y se alargó cerca de tres años.

Los integrantes de la nueva cúpula se habían dado a conocer el 25 de febrero, pero aún faltaba por llevarse a cabo la votación definitiva en el Senado para elegir oficialmente a sus miembros, seleccionados de entre los presentados al concurso público iniciado en 2018. Algo que ocasionó una situación inaudita: los candidatos se tuvieron que presentarse ante la cámara pese a estar la nueva composición del consejo cerrada. Algunos aseguraron hacerlo “por dignidad”, mientras que otros proclamaron su “estupor” por la forma de despachar el proceso. Hubo quien hizo un llamamiento a los senadores durante estas sesiones para “salvar la legalidad formal de una decisión que les han servido ya cocinada”. No obstante, no hubo cambios sobre el plan previsto, del que salieron, junto al presidente, otros 10 consejeros ya conocidos. Cabe indicarse que solo tres de los nombres, entre ellos Tornero, se encontraban en el listado de veinte idóneos elegidos por Comité de Expertos de entre los 93 presentados, una selección luego desechada al relanzarse el concurso público.

En cualquier caso, su reactivación definitiva en noviembre de 2020, tras haber estado bloqueado desde finales de 2018, había despertado la ilusión entre los trabajadores, en tanto que parecía que la decisión sobre la directiva se basaría solo en los méritos de los participantes para la gestión y dejándose de lado la parte política, especialmente tras una etapa de temporalidad e incertidumbre. No obstante, la forma de resolverlo desvirtuó sus bases y motivó la decepción de la plantilla. “Hemos vuelto a lo de siempre”, decían fuentes de TVE a verTele. La cuestión no estaba en los nombres seleccionadas, sino en la forma de designarlos, al haber sido a los efectos un reparto político que permitió que algunos partidos, como PP y UP, hubiesen optado por perfiles muy politizados.

El caso de abuso sexual que salpicó a las 'Tentaciones'

En apenas dos años, La isla de las tentaciones se ha consolidado como uno de los programas clave en la rotación de reality shows de Mediaset, pese al desgaste que su rápida amortización ha generado, con el lanzamiento de su spin-off, La última tentación, y su cuarta edición, durante el último trimestre. Esto no afectó a la tercera edición, que logró los mejores datos del formato desde su estreno, pese a tener que sortear graves polémicas para su imagen.

Un día después de su debut, el programa se enfrentó a la filtración de un vídeo de contenido sexual protagonizado por dos de sus participantes, Marina e Isaac. Un imprevisto que tuvo un doble impacto en términos estrictamente televisivos: el primero, que la audiencia descubrió antes de tiempo que ella caería en la tentación de él; el segundo, la difícil tesitura de los tertulianos del “debate”, que tuvieron que disimular y hacer como si nada hubiera trascendido a la hora de comentar los vaivenes de la convivencia en República Dominicana.

Sin embargo, esta polémica quedó rápidamente en segundo plano cuando otra información relacionada con uno de los protagonistas del programa trascendió en los medios: la detención del concursante Carlos Algora tras ser acusado por una joven de haber abusado sexualmente de ella en grupo, aprovechándose de que había bebido alcohol y estaba drogada. La policía lo detuvo en Canarias, donde disfrutaba de unas vacaciones con otros compañeros de edición, ajenos a lo ocurrido: conviene incidir en que los hechos databan de febrero de este año, en una fiesta ilegal que ya trascendió mediáticamente, sin desvelarse la identidad del involucrado; y por lo tanto, meses después de la grabación de La isla de las tentaciones 3, grabada de forma consecutiva con la segunda en el último cuatrimestre de 2020.

Como decimos, la acusación no tenía relación alguna con su paso por el programa, pero inevitablemente afectaba a este, en plena recta final de su emisión. De forma rápida y categórica, tanto Mediaset como Cuarzo decidieron eliminar la presencia de Algora de las últimas galas de la edición. El 'borrado' del sevillano trastocó los últimos coletazos de la edición, pues se había convertido en uno de los principales focos de interés por haberse convertido en la principal tentación de Lola, y su eliminación del montaje final causó ciertos desajustes inevitables en las tramas. Algora fue puesto en libertad provisional con cargos, sin que se hayan conocido más avances en el caso.

El negacionismo de Miguel Bosé y su efecto en TV

A lo largo de 2020 pudimos reflexionar con calma sobre las repercusiones que la deriva pública de Miguel Bosé, afianzado en su férrea defensa de las “teorías de la conspiración” en torno al coronavirus y su posición antivacunas, podía tener en sus proyectos televisivos. Cabe recordar que Shine Iberia (a la que luego nos volveremos a referir) había anunciado en enero de ese año el desarrollo de un biopic sobre la figura del artista, con vistas a su lanzamiento en Movistar+ en España. Eso fue, claro, antes de que la pandemia cambiase el panorama global e, inevitablemente, las perspectivas del negocio televisivo.

Tras varios meses manteniendo un perfil bajo, Bosé volvió a la primera línea con una amplia entrevista con su amigo Jordi Évole, emitida en primavera en laSexta. Dividida en dos partes, la primera versó sobre la vida del cantante, que abundó en sus parcelas más oscuras dejando algunos comentarios ciertamente controvertidos (sus opiniones sobre las adicciones, que dijo haber cortado de raíz y sin ayuda 7 años atrás), mientras que en la segunda el responsable de éxitos como Amante bandido se reafirmó en sus posturas anticientíficas de forma categórica.

“Soy negacionista y lo llevo con la cabeza alta. A mí que no me traten de idiota”, aseguró de forma contundente el cantante, que se negó además a hablar con un científico durante la grabación, a propuesta de Évole. A este lo atacó con posterioridad, asegurando que “no se portó bien” con él, en otras manifestaciones públicas durante el resto del año. Un año en el que también presentó su autobiografía ante los medios, una oportunidad para que volviera a protagonizar desplantes ante periodistas como Cristina Pardo, que tuvo la oportunidad de entrevistarlo, antes de que diera por terminado el encuentro tras una pregunta sobre la pandemia.

Otrora admirado, en los últimos tiempos se ha ganado las críticas públicas por sus comportamientos por presentadoras como Susanna Griso, Sonsoles Ónega y Buenafuente. Para noviembre de 2021, cerca ya de dos años después de anunciarse el proyecto de biopic, Shine volvía a anunciar el proyecto, cuyas hechuras habían cambiado de forma llamativa. No solo su escala, pues del plan de tres temporadas de 8 episodios cada una se pasaba a una sola tanda de 6 entregas; sino también su distribución, de forma crucial: Movistar+ se había desentendido del proyecto, cayendo ahora en manos de Paramount+, plataforma cuya llegada a España se producirá en 2022, que albergará la serie, sin que haya confirmación de que los primeros nombres asociados (Boris IzaguirreÁngeles González-Sinde y Nacho Faerna conformaban el trío de guionistas inicial) sigan aún vinculados.

'Rocío', y la gestión de la docuserie en Mediaset

Llegamos ahora, en plena primavera, al asunto mediático que marcó la agenda de contenidos en Telecinco durante el resto del año y, podemos decir, también el que está por venir. La emisión de Rocío, contar la verdad para seguir viva, docuserie producida por La Fábrica de la Tele en la que Rocío Carrasco acusó públicamente a su exmarido Antonio David Flores de maltrato físico y psicológico continuado y de haber puesto a sus dos hijos en común en su contra. Algo que tenía especial valor teniendo en cuenta que el exguardia civil seguía formando parte hasta la premiere de la disciplina de Telecinco y de la productora en particular.

Flores fue despedido de forma fulminante de Mediaset tras la emisión del capítulo inaugural, una emisión que originó una gran conversación pública sobre la violencia de género en la que participaron también políticas de primer nivel: no en vano, al hilo de la emisión se dispararon en un 42% las llamadas al 016, el teléfono para víctimas de violencia machista. Ahora bien, si el señalado desapareció de los platos de la noche a la mañana, la cadena se aseguró de que su versión de la historia denunciada de forma pública siguiera sonando: muy poco después del estreno comenzaba Supervivientes 2021, con Olga Moreno, pareja de Flores, como una de las concursantes destacadas; y con su hija Rocío Flores como tertuliana de El programa de AR, desde donde defendió con ahínco a la mujer de su padre y desde donde también se dirigió a Rocío Carrasco en varias ocasiones.

A un nivel de negocio, el hecho de que dos productoras de Mediaset se enfrentasen posicionándose de un modo u otro en cada bando, con un tema tan delicado como este, originó un cisma que rompió la transversalidad tan defendida por la compañía a la hora de explotar sus contenidos, con El programa de AR eludiendo hablar de Rocío. Contar la verdad para seguir viva, y con pullas e indirectas por parte de Sálvame contra sus teloneros en la parrilla. A un nivel puramente ético, las dudas sobre la gestión del problema en Mediaset también se encontraron con puntos de conflicto: véase la forma de exprimir el contenido, alargando el testimonio durante 13 semanas, y con debates posteriores que acababan por desvirtuar lo contado por la protagonista. Algo que incluso llegó a lamentar el propio Jorge Javier Vázquez.

Sin embargo, más conflictivo que la amortización del programa fue su utilización como una narrativa más dentro del universo Mediaset. Eso se hace patente en el protagonismo que tuvo Olga en Supervivientes, donde defendió a su pareja. La modista acabó ganando el reality en una final marcada también por una imagen: la del hijo menor de Carrasco y Flores apareciendo en plató para abrazarse con Moreno, algo que se entendió como un feo gesto de la cadena. También lo resultó la decisión de programar, una semana después del desenlace del formato de Bulldog TV, y con esta productora detrás, el especial Ahora, Olga, que se concibió como respuesta a las acusaciones de Rocío Carrasco durante las semanas y meses previos.

Ahora, Rocío Carrasco ultima su segunda docuserie para Mediaset, centrada en los conflictos abiertos con su familia tras la muerte de su madre, Rocío Jurado, mientras Rocío Flores se mantiene en plantilla de El programa de AR, con habituales comentarios referidos a la nula relación con su progenitora. Entre tanto, Antonio David Flores prosigue su campaña ahora fuera de los platós, contra Mediaset y sus antiguos compañeros. Lo hace también celebrando una reciente victoria judicial contra La Fábrica de la Tele, tras haberse declarado nulo su despido.

El desmantelamiento de Telemadrid a cargo de Isabel Díaz Ayuso

Si nos acercamos a los meses de verano, encontramos el ambiente particularmente caldeado en Telemadrid, toda vez que la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, puso en marcha los planes para asaltar la televisión pública, tras haber estado enfrentada a ella durante la anterior legislatura, y asegurándose un control directo sobre esta.

La estrategia era esperable, puesto que las críticas de la dirigente habían sido continuadas (dijo ser “la única presidenta que tiene una televisión que le es crítica”), y más después de algunas controvertidas acciones por su parte: Ayuso había a Telemadrid de la producción y realización de la señal institucional de los actos del Día de la Comunidad de Madrid del 2 de mayo, primero, y de forma aún más sorprendente de la toma de posesión de su segunda legislatura. Pero sí sorprendió la prioridad que tomó el desmantelamiento de la cadena, emprendida con carácter inmediato, cambiando la imagen de esta en cuestión de unas pocas semanas.

El primer pleno de su nueva legislatura aprobó el jueves 8 de julio su propuesta para reformar la Ley de Radio Televisión Madrid y así poder cesar a su director general, con los 63 votos a favor de los populares y las 13 abstenciones de su socio de gobierno Vox, que había exigido a cambio de su apoyo la reducción del presupuesto del canal. José Pablo López, nombrado en 2017 con el “sí” de PP, PSOE y C's, y responsable de la progresión de la corporación autonómica así como de su estabilidad económica, fue destituido de forma inmediata, siendo sustituido por José Antonio Sánchez como nuevo administrador provisional. El periodista haber salido de la presidencia de RTVE en junio de 2018 gozaba de un infausto recuerdo en Telemadrid, habiendo sido el encargado de llevar a cabo el ERE que despidió al 74% de la plantilla en 2013, tiempos de férreo control por parte de Esperanza Aguirre, que precisamente en los años de López había pasado a criticar con ahínco a la operadora regional.

Sánchez no tardó en fulminar a la cúpula anterior y en replicar el organigrama que ya formó en la época informativa más oscura de TVE, en la que se produjo la mayor época de manipulación y control político de los Telediarios: con José Antonio Álvarez Gundín llegó como director de informativos (mismo puesto que ya ostentó en TVE acumulando denuncias por manipulación), no se tardó en cesar también a cesar a los presentadores de sus Telenoticias para recuperar a rostros reconocibles de la conocida coloquialmente “Tele Espe”, como Víctor Arribas. Desde entonces, la cadena se ha enfrentado a las críticas periódicas por uso partidista por parte del partido de Gobierno, con loas habituales a Ayuso.

Como contábamos antes, la exigencia de la bancada de ultraderecha de “una drástica reducción” del presupuesto era uno de los puntos indispensables para que Ayuso pudiera llevar a cabo sus planes, y se acabó cumpliendo a finales de octubre: el recorte se cifró en un 10%, pasando de 74,7 a 67,3 millones de euros. Todo ello pese a las quejas de trabajadores y sindicatos, que alertaron del “estrangulamiento” económico que sufrirá la cadena.

La investigación interna de Netflix a su directivo Diego Ávalos

No ha sido un final de año sencillo ni calmado para Netflix. A nivel internacional, ha tenido que hacer frente a una crisis reputacional surgida a raíz de The Closer, el último monólogo de Dave Chappelle, por sus comentarios tránsfobos: la polémica, desatada primero en redes sociales, derivó en una huelga de trabajadores descontentos con la presencia en el catálogo de este especial, en el despido conocido de al menos una empleada y en una reflexión postrera del co-CEO Ted Sarandos, que afirmó haberla “cagado” con la gestión del conflicto interno a la par que se reafirmó en la idoneidad del contenido de marras.

Pero en la escena ibérica también han tenido que manejar otro problema ciertamente desagradable. A mediados de octubre trascendió que el mexicano Diego Ávalos, vicepresidente de Contenido Original de Netflix en España y Portugal, había sido investigado por su comportamiento “agresivo e intimidatorio”, una actitud que ha afectado especialmente a empleados miembros del colectivo LGTBIQ+ y a personas con hijos. Las acusaciones de la plantilla fueron anónimas y dieron pie a un proceso interno durante esta misma primavera, en la que se concluyó que la actitud del productor, clave en éxitos como La casa de papel y La casa de las flores, era “muy preocupante”.

Sin embargo, la plataforma decidió concederle la oportunidad de “cambiar su forma de comunicarse y de liderazgo”, manteniéndolo en su puesto. Al mismo tiempo, ofreció apoyo a aquellos que lo necesitaran en las reuniones de equipos. La decisión, indica el texto, “no fue tomada a la ligera”. En el mail que escribieron a los empleados insistieron en dejar claro que Ávalos “asumía la responsabilidad” y “era consciente de que sus valores y actitudes eran contrarios a los de Netflix”.

verTele contactó con Netflix España, cuyo portavoz declaró el compromiso de la empresa multinacional “para aumentar la diversidad dentro de nuestra plantilla de empleados, así como para asegurarnos de que Netflix tenga un ambiente de trabajo respetuoso, inclusivo y seguro”. Recalcaron también que hasta que no tienen hechos concluyentes en casos como este, no toman ninguna decisión determinante. Caso que se correspondería con lo sucedido con Ávalos.

Las acusaciones de censura a cómicos en Movistar+

Noviembre resultó ser un mes particularmente enconado para Movistar+, que tuvo que enfrentarse a una grave controversia en torno a los contenidos de humor y la libertad con la que cuentan sus responsables y principales caras para hacer comedia en ellos. Todo ello, con el final para Late Motiv ya confirmado, tras la intención de Andreu Buenafuente de emprender un nuevo proyecto de ficción.

El origen se encuentra en un malentendido en torno a un sketch de Jorge Ponce en La Resistencia: el colaborador parodió los métodos de educación infantil junto al cómico Lalo Tenorio, disfrazado como un niño asilvestrado procedente de un colegio ficticio llamado Montealto. El azar quiso que el sketch fuese emitido horas más tarde de que una niña hubiese muerto atropellada en un centro educativo de Madrid con un nombre parecido al empleado en ese gag. La casualidad fue distorsionada en redes sociales con posterioridad, con tuiteros asegurando que David Broncano se estaba mofando de esa muerte. Políticos de derecha y ultraderecha usaron la noticia para cargar contra el presentador y contra el programa, pese a que había quedado probado que era un bulo. Aún así, Movistar+ optó por publicar un mensaje de disculpa en redes sociales por algo que no había sucedido, dando así validez a la mentira propagada.

Esta decisión empresarial dio pie a que numerosos críticos que hablaron sobre los problemas que se habían encontrado a la hora de hacer comedia en Movistar. El más destacado fue Facu Díaz (excolaborador de Late Motiv), que a través de Twitch denunció la “situación que lleva viviendo Movistar+ desde hace un tiempo”, y acusó de “servilismo” a la plataforma con la ultraderecha. “Muchos chistes de Vox mueren en los despachos de Movistar+. No sabemos ni quién cojones es el que los quita”.

La viralización de sus palabras -con las que algunos erróneamente creían que aludía al final de Late Motiv, cosa que el propio Díaz negó y aclaró- causó una suerte de “efecto llamada”: Bob Pop, exsubdirector de Late Motiv, sorprendió al recoger su Premio Ondas por Maricón Perdido al decir que “A mí Movistar+ me echó antes porque les resultaba incómodo”; otro antiguo subdirector del mismo espacio, Javier Durán, “ratificó en público” a los anteriores, y expresó su “apoyo a los profesionales que aún siguen sufriendo la censura ultraderechista de Movistar+”; Héctor de Miguel (Quequé) y El Mundo Today también desvelaron los problemas para sacar adelante Locomundo y desvelaron los titulares satíricos que no les habían dejado utilizar: “Negociar cada semana el guión de 'Locomundo' con Movistar era agotador”, añadió el primero.

Mientras los cómicos (los que se atrevieron) alzaban la voz y señalaban estas prácticas, Movistar+ y Telefónica se optó por mantener silencio y no hacer ninguna declaración en toda la semana, todo ello pese a inquirirle a los responsables sobre su versión de lo ocurrido. El cierre de la etapa de Late Motiv en #0, que reiteramos, era ajeno a estos motivos y obedecía a una decisión personal de Buenafuente, terminó por hacer olvidar, de momento, este turbio episodio.

'MasterChef', en la mirilla por el caso Verónica Forqué

La última gran controversia del año la encontramos en MasterChef Celebrity. El programa, como ya es conocido, no solo es un éxito asegurado para la corporación RTVE; en contrapartida, ha servido un cierto empacho de polémicas durante su andadura por diversos motivos, desde su duración y su repercusión en los horarios, ciertos cocinados, o el trato dispensado por el jurado a los concursantes. Sin embargo, quizás la de mayor magnitud ha sido la referida a Verónica Forqué.

La actriz fue hallada muerta en su domicilio de Madrid el lunes 13 de diciembre, apenas dos semanas después de haber concluido una edición que ganaron, compartiendo triunfo, Miki Nadal y Juanma Castaño, pero que la tuvo a ella como foco mediático. Fueron muchos los comentarios críticos con el paso por el talent de la veterana y multipremiada intérprete, que por otro lado había hablado en el pasado de la depresión que padecía, por lo que al conocerse el deceso, y sobre todo la posible causa -se apuntó desde al suicidio desde el primer momento-, las miradas cayeron sobre RTVE y sobre Shine Iberia, señalando su responsabilidad en lo ocurrido. Cabe recordar que ella había abandonado el concurso en las semifinales, aduciendo “cansancio”.

La productora del formato salió al paso para responder, alegando que Forqué se sintió “feliz y agradecida” de su estancia en el formato, y avanzando que había grabado sendas intervenciones en sus otros programas para La 1, MasterChef Junior 9 y Maestros de la costura, fragmentos estos cuya emisión está aún en estudio. Castaño corroboró esta versión y afirmó que Forqué decidió dejar el concurso por las secuelas del covid que contrajo durante la grabación. También la corporación abordó el tema en su última comisión parlamentaria de 2021: “Nosotros no lo vemos como un programa de reality sino concurso de habilidades. A veces, los matices entre uno y otro son discutibles. Creo que moralmente tenemos que discutirlos”, dijo el responsable de la corporación, que avanzó una reflexión sobre el contenido del formato.

No ha sido esta la única polémica que ha emborronado el paso del talent por la programación en su más reciente encarnación: MasterChef, que se someterá a una nueva auditoría interna, también se ha enfrentado a otras como la referente a la investigación sobre el marisco en una prueba de exteriores grabada en A Coruña, susceptible de incumplir la normativa que prohíbe la pesca y consumo de marisco con hueva, es decir, en fase de cría; la Xunta determinó que no había irregularidad pero sí lamentaron la mala praxis puesto que, si bien se aseguró en la emisión que eran piezas autóctonas, se trataba de productors foráneos. No fue la única queja referida a esa entrega del Celebrity: los comentarios jocosos de los jueces sobre el acento gallego también obligaron a RTVE a pedir disculpas públicas.