Análisis

El PP replica en Telemadrid la época informativa más oscura de TVE

Marcos Méndez

14 de agosto de 2021 19:45 h

El PP de Ayuso ya ha sentado las bases de lo que quiere que sea su “nueva Telemadrid”, tras hacerse con el control de la cadena pública mediante un cambio legislativo aprobado gracias a Vox y que ha situado a José Antonio Sánchez como administrador provisional del ente. Un puesto que mantendrá hasta que también el PP, gracias a esa nueva Ley, se encargue de hacer valer su mayoría junto a Vox en la Asamblea de Madrid para designar al nuevo Consejo de Administración y Presidente, tras eliminar los cinco nombramientos que hasta ahora dependían de profesionales del sector.

José Antonio Sánchez es un viejo conocido de Telemadrid, puesto que es la segunda vez que es designado como su Director General a propuesta del PP. La primera fue del año 2011 al 2014 gracias a Esperanza Aguirre, tras su experiencia como Director General de RTVE de 2002 a 2004, cargo en el que también fue situado por el Partido Popular, en concreto por el gobierno de Aznar.

Bajo su primer mandato se produjo el mayor descrédito de la imagen de Telemadrid, y sus audiencias se precipitaron hasta convertirse en una cadena sin apenas presencia. Y pese a ello, José Antonio Sánchez afirmó en febrero de 2018 que “Yo salvé Telemadrid”. Se refería, orgulloso, a que él fue el encargado de ejecutar el ERE de Telemadrid, que en 2013 supuso 860 despidos (de 1.175 empleados) y la reducción del presupuesto de la cadena. En esa época, la Policía tuvo que personarse en las instalaciones del canal para mediar entre Sánchez y 200 empleados concentrados en la puerta de su despacho, hubo una cacerolada en directo, y una huelga que llevó a negro a la cadena durante una semana. La justicia anuló ese ERE e imputó por prevaricación y malversación a Sánchez. Al año siguiente, el Supremo declaró improcedente el ERE de forma definitiva.

A nivel informativo, su primera etapa en Telemadrid hizo que la cadena pasase a ser conocida como “TeleEspe”, en referencia a Esperanza Aguirre. En ella se acogió a otros periodistas próximos al PP como Julio Somoano o el actual eurodiputado de Vox Hermann Tertsch (que llegó a grabar su crónica sobre la huelga general contra el Gobierno de Rajoy 24 horas antes de que esta se produjese), se manipularon informaciones para beneficiar a Ana Botella, y se decidió no emitir las explicaciones de Cospedal sobre el “caso Bárcenas” (en cuyos “papeles” aparecía el mismo José Antonio Sánchez), entre una larguísima lista de denuncias por manipulación que realizó la plataforma Salvemos Telemadrid, como el aumento de los sueldos de los directivos y principales presentadores pese a la situación de la cadena.

De Telemadrid con Aguirre, a RTVE con Rajoy

Su hoja de servicios tuvo otro premio del Partido Popular. En octubre de 2014, dejó su puesto en Telemadrid para pasar directamente a ser Presidente de RTVE. Fue designado por Mariano Rajoy, completando su trayectoria como jefe de las televisiones de Aznar, Aguirre y Rajoy. Se mantuvo en el cargo hasta junio de 2018, cuando el cambio de Gobierno hizo que fuese relevado por Rosa María Mateo como administradora única provisional. Esa fue la etapa más oscura de la cadena pública estatal, marcada por cientos de denuncias de manipulación, contra la que los propios trabajadores protestaron con los “viernes negros”.

Siendo el máximo responsable de la cadena pública colocó a su antigua secretaria en un cargo de subdirección, y no tuvo reparo en reconocer que “voto al PP y seguiré votando al PP”, entre otras muchas frases que resumen su mandato como “es de agradecer que el PP me busque un puestecito”, o “estoy en los papeles de Bárcenas, no en los manchados de sangre”, entre otras. Su estrecha vinculación con el partido quedó aún más clara cuando Ignacio González y Eduardo Zaplana le llamaron “intermediario” en las grabaciones del Caso Lezo.

Sánchez, Gundín y Gilgado, de nuevo juntos

En esa TVE de Rajoy, Sánchez como Presidente de la Corporación nombró como máximos responsables de los informativos a José Antonio Álvarez Gundín y José Gilgado. Es el mismo esquema que el PP de Ayuso va a repetir ahora en Telemadrid, con Sánchez a la cabeza de la cadena y Gundín y Gilgado de los informativos. Un esquema que provocó que TVE se convirtiera en un arma propagandística del Gobierno y acumulase cientos de denuncias por manipulación.

Por su purga inicial, Álvarez Gundín recibió la sentada histórica ante la puerta de su despacho por el cese de 4 jefes de sección y sus adjuntos, y puso en marcha una “redacción paralela” que fue denunciada por el Consejo de Informativos, que en 2017 también denunció las “contrataciones políticas” desde su llegada. Tras perder su puesto en TVE, lamentó que “la dirección de informativos es el objeto de deseo de todos los partidos”, puesto que ahora ostentará en la nueva Telemadrid.

Respecto a Gilgado (que llegó a TVE en 2012 precisamente desde Telemadrid, reclamado por Somoano para ser su número 2, y se mantuvo con Gundín como parte de esa “redacción paralela” afín al PP), se le acusó de haber obligado a modificar la declaración de María Dolores de Cospedal en el caso Bárcenas. Sobre él, el periodista televisivo Alfonso García, que fuera primer jefe de Gilgado en Telemadrid, publicó un retrato en el que decía: “Pido perdón a TVE por crear el monstruo que les atormenta”. Gilgado fue uno de los directivos de informativos que recibieron sobresueldos opacos como gratificaciones de miles de euros a petición de Gundín en el año 2017.

Los relevos de responsables pertenecientes al anterior equipo de José Pablo López y Jon Ariztimuño no se han limitado sólo a los directores. La nueva cúpula de la cadena no tardó en cesar de sus cargos a Elena Argandoña y Enrique López, hasta ahora subdirectores de informativos de Telemadrid, en el caso de este último para trasladarle como redactor a Onda Madrid.

Han sido sustituidos por Rosa Viondi -exjefa de área nacional y expresentadora de Diario de la noche, el programa de Hermann Tertsch y Sánchez Dragó, y que en su día firmó una noticia contra las huelgas de los despedidos de Telemadrid por el ERE- y por Javier Gálvez -hasta ahora redactor de área local-, que son los nuevos subdirectores de informativos designados por Gundín.

Los cambios llegarán también a los presentadores de informativos. La primera marcha ha sido voluntaria, la de Silvia Intxaurrondo para presentar el próximo magacín matinal de La 1 de TVE en lugar de Mónica López. Como su sustituta ya ha debutado Laura Gómez, hasta ahora redactora de informativos y del matinal Buenos Días, que en el año 2008 hurdió un montaje destapado por El País en el que se inventaba un falso coladero de inmigrantes en la T4 del aeropuerto de Barajas. Tras ello, fue ascendida a presentadora del informativo fin de semana, y con el ERE se mantuvo como redactora. Ahora, ya ha vuelto a la primera línea ante la cámara.

Críticas por la información y caída de audiencias

La nueva cúpula de Telemadrid lleva poco tiempo al frente de la cadena, pero ya ha generado las primeras críticas. Informativamente, por evitar noticias sobre los centros de salud cerrados, por no cubrir información de proximidad como un incendio en Fuencarral, y por “entrevistar” a Ayuso para que diese su opinión sobre los Juegos Olímpicos.

Respecto a la parrilla, Sánchez tampoco ha tardado en tomar una importante decisión como cancelar Está pasando (que había sido reformulado dos meses antes) para recuperar el cine western. La respuesta de la audiencia ha sido muy negativa, y Telemadrid ha pasado de situarse en torno al 5%-6% de cuota que lograba el programa, a datos ínfimos entre el 1% y el 2% de las películas western.

El impacto de los cambios se está dejando notar en las audiencias de la cadena también a nivel global. Telemadrid, que llevaba desde julio de 2019 situándose siempre por encima del listón del 5% de cuota, y que en enero de este mismo año logró su mejor dato mensual desde abril de 2012 con 6.8%, en julio marcó un 4.7%. Un dato que va camino de repetir en agosto, a la espera del arranque de la nueva temporada televisiva en septiembre.

La caída de audiencias es en realidad el preocupante síntoma de la nueva deriva que toma Telemadrid, que vuelve a ser concebida por el gobierno regional como “su” propia televisión. La estrategia que parece seguir ya es conocida: primero hacerse con el control de la cadena pública, inmediatamente poner al frente a responsables afines al PP, luego convertirla en un arma propagandística del gobierno regional de Ayuso contra el nacional de Sánchez (como ya ocurrió con Aguirre y Zapatero), y más adelante, cuando los espectadores dejen de verla por su partidismo, seguramente amenazar con un nuevo ERE y sobre todo con su privatización, como han hecho todos los presidentes regionales y la propia Ayuso. El futuro parece escrito.