En febrero de 2018 llega a Movistar+ Mira lo que has hecho, la comedia protagonizada por Berto Romero que parte de sus propias experiencias para abordar cómo afecta la paternidad a la relación de pareja.
Ante este cambio en el planteamiento de la comedia y con motivo del Festival MiM Series, Vertele asistió el pasado lunes a la mesa redonda moderada por Flipy que debatió sobre el cambio del stand up a la ficción televisiva.
Para esta ocasión Antonio Trashorras, creador de El fin de la comedia, y Miguel Esteban, guionista de El fin de la comediaMuseo Coconut, trataron el tema de la comedia en televisión, haciendo hincapié en el difícil cambio que tienen los cómicos al querer pasar de los shows en vivo a la ficción televisiva.
Este universo, el de la ficción en televisión, es en el que como cuenta sorprendido Flipy “solo ha habido tres proyectos con cómicos como protagonistas: La hora Chanante, El fin de la comedia y la serie de Berto”.
La miniserie online Todo el mundo quiere ser como Ignatius Farray fue la precursora de la exitosa Todo el mundo quiere ser como Ignatius FarrayEl fin de la comedia, que actualmente emite Comedy Central. “Todo el mundo quiere ser como Ignatius Farray es el primer proyecto de ficción inspirado en un cómico”, asegura Flipy.
En 2014 llega El fin de la comedia. El salto a Comedy Central y la diferencia entre el cómico en sus actuaciones y el personaje en su vida real fueron las grandes bazas de la serie inspirada en el propio Ignatius, tal y como cuenta Miguel Esteban. “Creíamos que había que dar el paso de unos cómicos protagonizando una serie”, asegura el guionista.
De Seinfeld a Larry David
Ante este panorama la pregunta es clara, ¿por qué hay tan pocas series con monologuistas en España cuando en Estados Unidos lleva triunfando este modelo desde los 90, primero con Seinfeld y más tarde, con Curb Your Enthusiasm?
Antonio Trashorras afirma que “Paramount Comedy lo intentó, pero sin éxito. Su primera idea era crear una cantera de cómicos que hicieran stand up a la americana, segundo, conseguir que esos cómicos hicieran programas de televisión y, tercero, protagonizar series para la TV y que terminaran convirtiéndose en verdaderas estrellas”.
A pesar de que Comedy Central tuvo una idea parecida a I'm dying up here, de Jim Carrey, el plan se encontró con varios problemas. “Ese plan se abortó y se quedó en el segundo plano. El objetivo era hacer sitcoms con los cómicos españoles, pero no terminó por llevarse a término”, afirma Trashorras.
Miguel Esteban confiesa que le propusieron a Movistar el proyecto El fin de la violencia. “La historia se remontaba a dos mil años en el futuro donde no existía la violencia e Ignatius encontraba un vídeo con el que aprendía a dar puñetazos. Así, Ignatius se convertía en un súper héroe porque era el único que sabía pegar”, explica para finalmente asegurar que “no salió adelante”.
Antonio Trashorras asegura que “a Movistar, ficciones con cómicos nos llegan muy pocas... más bien ninguna. Hay una ”desconfianza“ acerca de saber quién hay detrás del cómico”. Como ejemplo sitúa a José Mota.
“Si viniera con una ficción, se pondría en cuestión por qué los proyectos de ficción que ha tratado de hacer han salido mal, a pesar de ser el mismísimo José Mota. Pero si el material es bueno, el cómico sobresale, si no lo es... se hunde con él. Al final ha de haber un equipo de gente detrás que entiende al personaje y, sobre todo, sabe escribir bien, que no es fácil”, asegura.
El problema de las sitcoms en las cadenas generalistas
Para Antonio Trashorras y Miguel Esteban el principal problema es la ausencia de sitcoms puras existente en las cadenas en abierto. “En España no ha habido sitcoms hasta la llegada de las televisiones de pago. En las generalistas una comedia dura 75 minutos, no 25. Por lo que no es lo mismo generar guiones interminables para comedias de esa duración, que de 25 minutos”, asevera Trashorras.
“La que se avecina es un ejemplo de comedia puraLa que se avecina, pero normalmente en prime time tampoco ha habido comedias puras, sino más bien dramedias. Eso es un infierno para escribirlo y producirlo porque los cómicos solo buscan hacer reír”, confiesa.
El problema para Trashorras es que la comedia “para prime time limita mucho, por eso las series españolas normales son multi-target. Los géneros se mezclan para contentar a todo el mundo, algo que resulta una losa para los que se dedican solo a una cosa, a un producto puro”.
Los prejuicios, según Flipy, son la principal losa para el sector. “Cuando propuse a Mediaset hacer un programa de cómicos, me preguntaron si en España había suficientes para ello”, confiesa. En cualquier caso, dice Esteban, “creo que es inevitable que vaya a pasar, que la gente que sepa escribir y hacer comedia, irá a más. Pero en ficción es donde menos cómicos hay escribiendo”.
El duro paso de cómico a actor
En España puede existir cierta desconfianza con respecto a darle un papel en una película o en una serie a un humorista. “Nuestro referente era Seinfield, era la que nos decía que se podía hacer, que podíamos tener al cómico como protagonista”, asegura Esteban.
“Es el paso natural de los cómicos en Estados Unidos. Pero sin embargo, cuando Dani Rovira hace 8 apellidos vascos, él ya es un cómico reputado”, reconoce. “Hay prejuicios, porque cuando tú ya ves que un cómico tiene ese nivel, tienes que ser más abierto para proponerle una serie o algo más”, confirma a pesar de mostrar reticencias ya que “hay cómicos que sus vidas no dan para tanto, pueden tener mucha gracia en su escenario, pero luego...”.
Antonio Trashorras apostaría por una serie autobiográfica sobre Ernesto Sevilla. “Sé que tiene fama de ser un desastre, pero en Museo Coconut se portó muy bien. Creo que daría lugar a una serie autobiográfica en este caso, porque las anécdotas de la vida de Ernesto son muy nutridas y disparatadas”, asegura.