El programa que traía a España a las estrellas de Hollywood (antes que El Hormiguero)
Para las generaciones de espectadores más jóvenes, El Hormiguero es el punto de encuentro televisivo de referencia cuando quieren ver a sus famosos internacionales favoritos. El plató de Pablo Motos se ha convertido en parada obligada para las estrellas en sus tours promocionales por el mundo: sin ir más lejos, en las últimas semanas de la temporada, se turnaron Chris Pratt y Bryce Dallas Howard (por Jurassic World 2: El reino caído), Ryan Reynolds y Josh Brolin (por Deadpool 2), Becky G, La Toya Jackson, Alessandra Ambrosio y Alicia Vikander.
Antes que este, un lugar de tránsito para la clase A de Hollywood lo encontrábamos en Lo + Plus, cada tarde de lunes a viernes entre 1992 y 2005. Y por supuesto, no podemos olvidarnos de ¡Sorpresa, sorpresa!, el mítico programa de emociones comandado por Isabel Gemio, primero, y Concha Velasco, después. Ambos destacaron por traer a una interminable sucesión de artistas: Lou Reed (quien se prestó a escenificar una airada salida de plató a modo de sketch), Frances McDormand y Al Pacino hablaron con Fernando Schwartz y Máximo Pradera; mientras que Jean-Claude Van Damme, Whitney Houston y un algo pasado Mickey Rourke se presentaron de improviso ante los protagonistas de las historias.
Pero incluso antes que estos dos formatos, hubo un espacio que se adelantó a estos en lo que respecta a convocar al firmamento de Hollywood en su decorado. Uno que tal vez solo recordarán los más talluditos, y especialmente aquello con buena memoria, en tanto que su duración en parrilla no llegó a un año.
Hollywood en Sant Cugat: de Christopher Reeve a Rob Lowe
Hablamos de Un día es un día. Este formato semanal de entrevistas, producido por Foxtrot para TVE, se emitió en los primeros años noventa en la primera cadena pública. Contó con dos etapas diferenciadas: una, de enero a junio de 1990, solo para el público de la cadena pública en Catalunya; y una segunda, ya a nivel nacional, donde se emitió en la noche de los jueves desde julio a enero.
Al frente contaba con el periodista Ángel Casas como director y presentador, quien se encargaba de conservar con una amplia gama de personalidades de la cultura y comunicación. Y hay que decir que, en apenas un año, el elenco con el que contó fue ciertamente espectacular.
Poniendo el foco en el catálogo internacional de artistas, encontraremos una variopinta representación de la escena cinematográfica mundial de la época. Richard Gere, Joan Collins, Christopher Reeve, Tippi Hedren, Rob Lowe, Don Johnson, Martin Sheen, Anthony Perkins (quien poco después rodaría en España su última película, Los gusanos no llevan bufanda), Alain Delon, Peter O'Toole, Susan Sullivan (Falcon Crest), Robert Englund (de plena actualidad por el estreno de la quinta entrega de Pesadilla en Elm Street en España), Aleksandr Godunov (mítico villano de La jungla de cristal) y Jeannette Rodríguez, protagonista de la telenovela Cristal. Asimismo, hubo visitas deportivas de la talla de Magic Johnson, cuando aún estaba en la élite de la NBA.
No desmerezcamos a los artistas nacionales y enumeremos a algunos de ellos. A saber: intérpretes como Maribel Verdú, Sara Montiel, José Sacristán y Ana Obregón; cómicos como Martes y Trece; músicos y folclóricas como Luis Cobos, Lolita, Rocío Jurado y Marujita Díaz; y deportistas como un Poli Díaz aún en la cima, Mágico González, Miguel Indurain, Pedro Delgado, pasaron uno de estos días en compañía de Casas y su público.
Un día es un día - Programa resumen
La importancia de la música en vivo... Y el caso Mili Vanilli
También hubo músicos de postín en el programa: Elton John, BB King, Pretenders, Jimmy Somerville, Immaculate Fools, Vaya con Dios, 24-7, Londonbeat, Celia Cruz, La Toya Jackson, Tito Puente o Renato Carosone hablaron y actuaron en el programa grabado en Sant Cugat, del mismo modo que lo hicieron artistas latinos como Los Panchos, El último de la fila, Gabinete Caligari, Cómplices, Miguel Bosé, Álex y Christina, Duncan Dhu, Joaquín Sabina, José Luis Perales, Luis Eduardo Aute, Los Ronaldos o La Guardia.
“Se escucha tan poca música en vivo que vale la pena señalarlo”, decía Casas al respecto de la parcela musical del programa. De hecho, cabe señalar que Un día es un día vivió uno de sus momentos más recordados, y según para quién, bochornosos, cuando recibieron la visita del dúo alemán Milli Vanilli, envueltos en el escándalo tras salir a la luz el fraude sobre su carrera. Fab Morvan y Rob Pilatus acudieron a defenderse tras desvelar su productor que ellos eran solo la imagen y no los cantantes del proyecto musical. Para ello, y convertidos en Rob & Fab (el productor Frank Farian se quedó con los derechos del nombre original)se dispusieron a presentar su single, Don't Believe the Hype.
“Vinieron a actuar en un principio en directo”, contó Casas en la despedida del formato, en enero de 1991. “Una vez en plató, nos dimos cuenta de que lo que querían era ofrecernos una base musical grabada pero poner sus voces en directo. Cuando escuchamos esa base musical, nos dimos cuenta de que, bueno, en directo sí que cantaban... Pero los coros estaban pregrabados. Lo dejamos en su propia y santa voluntad”, explicó.
La crónica social, presente
Las artes no fueron los únicos campos de acción de Un día es un día. Casas se citó también con famosos de todo tipo de pelaje y alcurnia, abriéndose a la crónica social.
Entre sus invitados más llamativos se cuela Marc Christian, quien fuera compañero sentimental de Rock Hudson; Michael Edward Reagan, el hijo adoptado del expresidente estadounidense; la cantante Karina en compañía de su entonces marido Juan Miguel (luego habitual de la información rosa televisiva); el novio de Estefanía de Mónaco; Bárbara Rey; y hasta dos mujeres de la vida de Sylvester Stallone, su madre Jackie y su exmujer, la también actriz, cantante y modelo Brigitte Nielsen (coprotagonista de Rocky IV y Cobra. El brazo fuerte de la ley). También acudió como invitada Ilona Staller, más conocida como Cicciolina, la famosa actriz erótica que años después se lanzaría a la vida política.
Los desnudos, “integrales” en el esqueleto del programa
La mención a Cicciolina bien nos sirve para resaltar el otro punto de interés, o al menos de morbo, con el que contaba el espacio. Los espectáculos de striptease.
“Queremos un programa que vaya pasando por diferentes caminos, que sea al principio muy juvenil y, después, más adulto. La media hora final tiene, evidentemente, un tono más subido que la primera media hora”, justificaba el máximo responsable de Un día es un día la inclusión de contenido erótico en los últimos minutos de cada entrega, tal y como recogía El País en su momento.
Rara vez hubo un desnudo integral visible en el programa, si bien este coqueteó con la idea ante sus espectadores. Es más: para jugar con el carácter irreverente de la propuesta, incluso el público asistente llegó a aparecer desprovisto de su ropa, de cintura para arriba, en la última de sus emisiones restringidas a Catalunya.
En la despedida del formato, el 23 de enero de 1991, así trajo a colación Casas la pertinencia de estos tres elementos comentados: “Personajes, música y algunos stripteases. La próxima semana no nos veremos, pero no lo olviden: Un día es un día”. Fue aquella la última vez que la sintonía compuesta por Josep M. Bardagí se escuchó a través de los altavoces de la pequeña pantalla. Sin embargo, aunque breve, su ejemplo resonó en los programas del futuro... hasta hoy.