El eterno Ross de Friends vuelve esta semana a la televisión estadounidense con Intelligence, una comedia de situación moderna producida para Sky One y ambientada en el mundo de la ciberseguridad. Estrenada en Reino Unido en febrero, llega ahora a Peacock, la plataforma de streaming de NBC. Durante seis episodios de veinte minutos, la ficción cuenta la historia de un agente de la Agencia de Seguridad Nacional estadounidense y un analista informático, que forman una unidad para luchar contra el cibercrimen en la sede de comunicación del gobierno británico.
Pese a que la crítica internacional ha alabado que sea “entretenida”, “ágil” y “amable”, la serie no fue unánime a la hora de generar adeptos, ya que se ha señalado igualmente que es “mediocre” e incluso que “Schwimmer nunca ha estado tan desperdiciado”. Con la ayuda que proporcionan los dos principales agregadores de reseñas internacionales, Metacritic y Rotten Tomatoes, comprobamos que obtuvo el aprobado raspado. Un 55/100 de media en el primer portal (a partir de un total de 8 críticas) y un 50% de comentarios positivos en el segundo. Sky no obstante, ha apostado por renovarla por una segunda temporada; mientras que en España no hay plataforma ni fecha prevista para su lanzamiento, de momento.
Para preparar la serie y su personaje, el director y coprotagonista Nick Mohammed y el actor de Friends se reunieron con representantes de la agencia británica de inteligencia GCHQ. “Aprendimos cosas que eran intrínsecamente divertidas”, reveló Schwimmer en una entrevista para la revista GQ, “hacen cenas y fiestas de Navidad como todo el mundo”. Además de actividades extracurriculares, como evidencian sus “pruebas de acceso para entrar en el coro de la GCHQ. Y cada primer día de la semana celebran lo que ellos llaman los 'Lunes de vestimenta militar,' día en el que la gente puede usar sus uniformes de servicio para ir a trabajar”. A su vez, comprobaron que “los coroneles del ejército trabajan hombro a hombro con adolescentes encapuchados expertos en informática”. Un universo que han tratado de reflejar en Intelligence.
“Una fórmula repetida en decenas de sitcoms”
Caroline Framke, en Variety, destaca el punto de partida de la Intelligence como uno de sus principales problemas. “Un lugar de trabajo lleno de inadaptados con buenas intenciones, que recibe un nuevo compañero que lo sacude todo”, escribe poniendo sobre la mesa que es “una fórmula repetida en docenas de sitcoms”. Este contexto “provoca que la ejecución en sí del show sea más emocionante que la propia premisa”. La periodista destacada que sí que aunque “a veces ofrece momentos de intriga, aboga más a menudo por no salirse demasiado de la norma”.
La crítica añade que, “por desgracia, lo más interesante de Intelligence no tiene que ver con la serie en sí”. La ficción, que será uno de los pocos títulos disponibles en Peacock en el debut de la plataforma, recoge el testigo de otros de la compañía como The Office, Parks and Recreation, 30 Rock y Cheers, por lo que “queda claro que las sitcom sobre entornos laborales son el pilar del servicio”, y que la serie que va a incorporar a su catálogo por el mero hecho de “encajar en la lista”.
Michael Hogan, por su parte, lamenta en The Telegraph que la comedia “no es todo lo divertida que podría haber sido”, pero que sus “slapstick, meteduras de pata y choques culturales le confieren un inevitable encanto”. El “choque cultural” al que hace referencia es el británico vs. estadounidense, al ser el personaje de Schwimmer un recién llegado agente americano que se une al equipo inglés.
“Schwimmer nunca ha estado tan desperdiciado”
En The Guardian, Jack Seale lamenta que “Schwimmer nunca ha estado tan desperdiciado”. Sobre su personaje indica que “genera el caos tan pronto como aparece en la agencia británica, con sus discursos motivacionales que nadie pide, rociando las plantas con pegamento para evitar que se marchiten, negándose a discutir su pasado profesional y actuar como si fuera él quien estuviera al cargo”. El periodista critica que el Jerry a quien encarna la estrella de Friends se convierte “en paraguas de todas las pesadillas en las que un compañero se puede convertir”, restando verosimilitud ya que “ningún humano sobre la faz de la Tierra es capaz de reunir en sí mismo todas sus extravagancias”.
Daniel Fienberg apunta en The Hollywood Reporter que “no se puede culpar al nuevo servicio de streaming Peacock de querer contar en su catálogo con, al menos, una comedia protagonizada por Schwimmer en la piel de un sociópata narcisista. Al estar comprometida la reunión de Friends con su rival HBO Max, la plataforma se vio forzada a adquirir Intelligence como la siguiente mejor opción”. No obstante, a pesar de identificar al actor “como la razón para ver la serie”, la considera “insuficiente”. Además, para el periodista, “ninguno de los personajes secundarios es divertido, como tampoco la son la forma en que son presentados”.
Un cociente intelectual poco destacable para una ficción que, al menos, prueba la sintonía que tiene Schwimmer con Reino Unido. No en vano dirigió en suelo británico su largometraje de debut, Corredor de fondo, con Simon Pegg, con quien a su vez ya había trabajado en La gran nada (rodada en parte en Gales), y ha actuado con éxito en los escenarios del West End londinense. Intelligence, pese a todo, le permitirá seguir otra temporada más afianzando esa relación sin que de momento haya que temer... que le hagan tomarse un descanso.