Luján adelanta algo inédito

Quién quiere casarse con mi hijo ya tiene finalistas y avanza una sorpresa que “no ha ocurrido nunca”

Quién quiere casarse con mi hijo 5 ha escogido hoy a sus finalistas que acompañarán a Jesús, Fernando, Jaime, David y Pepe al altar.

Cada uno de ellos tendrá que escoger a una de sus pretendientas como el amor de su vida o a su madre.

En el adelanto de la final, Luján decía: “Esto no ha ocurrido nunca. Y cuando digo nunca es nunca”, ¿a qué se referirá?

Jesús se retira a meditar entre dos

Jesús llevó a sus dos finalistas a un spa para que los tres se pudieran relajar. Allí, les comunicó que aún no había tomado ninguna decisión y que de momento prefería que esperaran ambas:

La balanza de Fernando se inclina hacia su madre

Fernando decidía echar a María del Mar y quedarse con Rafaela, pero aún así, confesaba que no lo tenía nada claro: “Si ya tengo las alas en mi casa para qué quiero otras. Mi madre es la opción que tengo en la cabeza”.

En el altar se verá si echa a volar o se queda en casita con su progenitora.

Jaime vive en un “mar de dudas”

El modelo internacional reconocía que estaba en “un mar de dudas” con Sonia y Bárbara.

Eso mismo le hacía pensar que podría irse con su madre: “Me pregunto por qué a día de hoy estoy tan indeciso”. Por lo que prefirió no descartar a ninguna y que ambas le acompañen al altar.

David, el más seguro de su decisión

Tras dejar claro a Sandra que para él era solo “una colega”, David fue en busca de Coraima para comunicarle su gran decisión: “He decidido que la persona que más me importa y que esté conmigo hasta el final seas tú”.

Y es que, el soltero confesaba que “cuando la miro a los ojos me desmonta. Es química, no se puede llamar de otra manera”. Así que en el altar deberá decidirse entre ella o su madre.

Pepe enamorado de los dos

Pepe llevaba a Rubio y a Lomana frente a la catedral para comunicarles cuál de ellos le acompañaría al altar.

“Me ha gustado mucho lo que estoy descubriendo de los dos”, empezaba diciendo, “os venís los dos a Madrid y allí decidiré”, sentenciaba y los tres se abrazaban.