Un día más, Rafa Mora ha sido protagonista casi absoluto de Sálvame. Con su continuidad aún en entredicho, el magacín está buscando maneras de alargar el conflicto, y eso pasa por involucrar a más colaboradores y generar más polémicas.
Si durante la tarde del miércoles se conjeturó con la posibilidad de que Kiko Matamoros fuera una “mala influencia” para el valenciano, lo que derivó en que el primero amenazara con abandonar, este jueves 25 el magacín ha probado a enfrentar a Mora con su principal detractor, Miguel Frigenti. De hecho, con él y con sus dos hermanos. El resultado ha sido el abandono del tertuliano en la picota, después de que considerara que se le había “humillado”.
Los Frigenti: “No nos creemos los lloros”
Durante la sesión de coaching a la que se sometió a Mora durante la tarde previa, este terminó llorando al hablar de su abuela y de su tío Jesús. No obstante, Fringenti aparecía al comienzo de la emisión para cuestionar esas imágenes y la supuesta vulnerabilidad escondida de su compañero. Lo hacía junto a sus hermanos, convertidos en “Revientacuentos”.
Sin embargo, la pantomima habitual del programa dio un giro cuando, los Frigenti se dirigían en estos términos a Mora: “No nos creemos los lloros de Rafa Mora. Lo que está haciendo es blanquearse a sí mismo, pero la audiencia no es tonta. A ver si te apuntas a unas clases de interpretación, porque este papelón no te lo compra nadie”, manifestaban. Mora, acto seguido y sin mediar palabra, se marchaba del plató.
A la vuelta de publicidad, Mora seguía recorriendo las instalaciones de Mediaset, mientras otros contertulios como Kiko Jiménez aprovechaban para tildarlo de “perdedor” y criticar su poca profesionalidad por no haber aguantado el chaparrón. “Si atacas y te atacan, tienes que enfrentarte, y aquí lo hemos hecho todos”, manifestaba Chelo García Cortés en su regreso al programa tras una larga ausencia por lesión.
Terelu: “Es un error del programa haber utilizado esas imágenes”
Adela González y Terelu Campos han terminado por ir a buscar al colaborador extraviado, en los exteriores de Mediaset. “Como la dirección está tan pendiente de las faltas de respeto, solo pido y exijo que a mí no se me falte al respeto ni a mis seres queridos”, decía. “En mi ADN no se me permite que se me humille de esta manera, como están haciendo. Poner en el pantallón unas imágenes donde me rompo hablando de seres queridos que ya no están aquí, y que aparezca Miguel con su hermano descojonándose...”. Argumentaba que el problema no era el enfrentamiento con sus particulares adversarios, sino el hecho de que el programa cuestionara en un cebo que estuviera afectado por las muertes de sus allegados.
Mora aseguraba no tener interés en nada de lo que le quisieran justificar desde el programa, pese a los intentos de las presentadoras. “Yo sé la humillación que he sentido. Lo mal que lo he pasado por pensar qué pensarán los míos”. Mora insinuaba que había llegado a un límite, al punto de dudar de si quería seguir por “cuestión de principios”.
“A lo mejor es un error del programa haber utilizado esas imágenes”, ha admitido entonces Terelu ante un compañero que decía estar “perdido” con respecto a lo que pretende hacer el programa con él. Para tratar de resolverlo todo, la cúpula del espacio transmitía una disculpa al trabajador, a través de Campos: “El programa asume el error de haber puesto esas imágenes y no haber sopesado qué iba a significar para ti que entraran ellos así y te sintieras ninguneado o ridiculizado. Si desde luego hubiera sabido que la emisión de esas imágenes con la salida de los Frigenti hubiera provocado eso, no lo hubiera hecho”.
“Yo lo entiendo y me creo 100% a dirección”, ha dicho Mora antes de volver a plató, aunque aprovechando para atacar a su némesis particular, los Frigenti. “Aprovecha siempre que puede para hacer daño”.