Este último tramo de agosto, con la escasez de contenidos propia del verano y con Telecinco a punto de certificar su mínimo mensual en audiencias, Sálvame ha encontrado en Rafa Mora y su continuidad como colaborador el nuevo culebrón con el que llenar horas y horas de parrilla.
Desde que el pasado 18 de agosto se enfrentase en directo a Miguel Frigenti, el valenciano se ha situado cada tarde en el centro de todos los focos: se han puesto en duda sus formas, se ha recriminado su actitud, se le ha sometido al juicio de la audiencia e incluso se le han puesto condiciones para conservar su silla, mientras se insinuaba su posible despido.
En definitiva, Sálvame ha jugado con el trabajo de uno de los miembros de su plantilla como método para captar la atención de su audiencia, convirtiendo su futuro laboral en una trama más de las tantas que componen el particular universo propio de Mediaset y que se alimentan con la inestimable complicidad de los colaboradores.
Los capítulos del caso Rafa Mora
A partir de ese conflicto entre el ex de MyHyV y Supervivientes y el que fuera concursante de Secret Story, que podía haberse saldado como uno más de los muchos rifirrafes entre tertulianos, el programa de La Fábrica de la Tele ha ido a capítulo diario del caso Rafa Mora, con los ingredientes típicos de todo buen culebrón:
El episodio 'piloto' de esta serie se emitió, como decimos, el jueves 18 de agosto con el fuerte encontronazo que tuvo el protagonista con Frigenti, antagonista principal de la trama. En el punto de máxima ebullición, Mora le llamó “pelele” y le dedicó un comentario que solo unos días después fue calificado de “homófobo” por la propia Adela González, que le instó a disculparse.
En esa entrega del lunes 22 de agosto, la presentadora de Sálvame dio un toque de atención al colaborador, que vivió una de sus tardes más polémicas. El tema de Frigenti siguió coleando y también se enfrentó a Carmen Alcayde, a la que tildó de “mierda de persona” mientras abandonaba el plató alterado.
Solo un día después, el martes, el programa de Telecinco ponía en el centro de la diana a Rafa Mora por la “preocupación” que habían suscitado en la llamada “cúpula” todas las críticas por sus últimas riñas. “Nuestros directores se están planteando su permanencia. Para nosotros la audiencia es lo primero”, comentaron, mientras en un vídeo se planteaba la posibilidad de no renovarle el contrato de trabajo. Después, el equipo tuvo que opinar en directo sobre si su compañero debía ser despedido.
Pasadas 24 horas, el miércoles 24 de agosto, Sálvame abrió una encuesta en redes sociales para tomar, con la ayuda del público, una decisión sobre el futuro del colaborador. La determinación del programa tras obtener un resultado negativo para los intereses del valenciano fue condicionar su permanencia como tertuliano a una sesión de coaching destinada a mejorar su actitud.
Para más inri, desde el magacín rizaron el rizo metiendo en la ecuación a Kiko Matamoros, que avisó de que dejaría su silla si no podía volver a coincidir con su compañero. El culebrón, que se estiró durante toda la emisión, llevó a Sálvame Sandía a batir su récord histórico de cuota.
No sorprende, por tanto, que Sálvame estirase el tema también al jueves, cuando Rafa Mora abandonó “humillado” el plató tras verse enfrentado a Miguel Frigenti y sus hermanos. Según dijo cuando Adela y Terelu Campos salieron a buscarle, le “hundió” el hecho de que el programa cuestionara en un cebo que estuviera afectado por las muertes de sus allegados, y ambas reconocieron el error.
Una semana de culebrón que siguió azuzándose el viernes en la edición diaria y también en el Deluxe, donde el protagonista acudió a someterse a un poliDeluxe con preguntas realizadas por sus propios compañeros.
La 'máquina de la verdad' fue cantando los titulares mientras se caldeaba el ambiente en plató con unos mensajes muy graves que Frigenti atribuyó a Rafa. La tensión fue en aumento pero el público acabó desconectando: el Deluxe firmó uno de sus peores datos de audiencia de las últimas semanas.
Otras veces que 'Sálvame' jugó con despedir a sus colaboradores
El de Rafa Mora es solo el último caso en el que Sálvame ha jugado con la situación laboral de sus trabajadores, poniendo en manos de los espectadores y convirtiendo en auténticos culebrones los posibles despidos de los colaboradores. Una estrategia para intentar mejorar los datos de audiencia cuando menos cuestionable, al margen de que los señalados sean más o menos merecedores de un puesto en el programa.
La continuidad del mismo Rafa ya corrió peligro en mayo de 2021, cuando el magacín jugó con el trabajo del valenciano y de Anabel Pantoja abriendo una encuesta a la audiencia que perdió él, pero tras la que no se tomó ninguna decisión drástica. Ese mismo mes, Sálvame anunció la incorporación de nuevos colaboradores y puso a los miembros de la plantilla en 'jaque', asegurando que habría alguna “salida inminente”. Quien salió finalmente ese año fue Antonio Canales, que fue despedido en pleno directo en el mes de agosto por “no aportar nada”.
En 2020, la situación de Rafa Mora también estuvo en el aire con el particular “juego de tronos” que planteó el programa, dejando que la audiencia votase quién merecía una silla de tertuliano: Kiko Jiménez o él.
Un año antes, en 2019, la dirección de Sálvame invitó a irse a Gustavo González si guardaba silencio en un conflicto interno con Gema López. El paparazzi se acabó quedando, al igual que Rafa Mora en 2018 a pesar de las encuestas que lanzó el programa para decidir sobre su continuidad. El público quiso que fuera despedido, pero sus compañeros le salvaron.
En 2017, el magacín vespertino dedicó varias entregas a hablar de los posibles despidos de Lydia Lozano y Terelu Campos por decisión de la famosa “cúpula”, a raíz de unas informaciones publicadas por Bluper. Una semana después del inicio del culebrón, y tras días sumando especulaciones, Jorge Javier Vázquez anunció en directo que las dos seguirían en el programa.
Sálvame abrió la temporada televisiva en septiembre de 2016 con una 'gran encuesta' a cargo de SigmaDos sobre el colaborador que el público quería que perdiese su trabajo. La más votada fue Karmele Marchante, que acabó llorando por el apoyo de sus compañeros. Tras una semana de culebrón, Raúl Prieto, el director por aquel entonces, matizó que el resultado no era vinculante y no tenía por qué haber un despido.
Cerramos este repaso remontándonos a enero de 2013, cuando el formato de La Fábrica de la Tele ya abrió una encuesta al público para conocer de quién podrían prescindir. El más votado tanto por la audiencia como por el resto de los tertulianos fue Pipi Estrada.
Estos son solo algunos ejemplos de cómo a lo largo de su trayectoria en Telecinco, Sálvame ha utilizado como contenido recurrente las especulaciones y votaciones sobre los posibles ceses de sus colaboradores. Una táctica tan repetida como controvertida, pues más allá del show que caracteriza siempre al programa y al que se prestan los tertulianos, se trata de decisiones que deberían tomarse y comunicarse en los despachos.