El pasado 2 de julio, tras siete años como inseparable pareja de baile en las tardes de Antena 3, la dupla ¡Ahora caigo! - ¡Boom! se rompió para siempre con la cancelación del programa de las trampillas. Una decisión de programación que ha cambiado de manera significativa la estructura de la franja, que ahora vuelve a estar compuesta por dos seriales y dos concursos, y cuya aceptación está viéndose reflejada en los datos de audiencia.
Como ya hemos analizado, el cambio del programa de Arturo Valls por la telenovela turca Tierra amarga ha mejorado el rendimiento de la cadena de Atresmedia entre las 17:45h y las 19:00h, hora en la que antes se emitía el formato de Gestmusic y que ahora pertenece al serial. En su primer mes, la producción otomana registró un promedio de un 13.2% de cuota y 1.139.000 espectadores, datos superiores a los de ¡Ahora caigo! en todo 2021 y que han subido aún más en una última semana de récord para la ficción.
Aunque los resultados de solo cinco semanas de verano no son una muestra suficiente para saber si a la larga la cadena saldrá ganando o perdiendo con el movimiento, sí nos avanza si éste ha obtenido el beneplácito del público. Y para poder sacar alguna conclusión, es necesario tener todos los datos sobre la mesa y observar cómo ha afectado la ausencia del concurso a su formato 'hermano', cuyo público está teniendo que adaptarse a otra compañía.
Los datos de '¡Boom!' con y sin '¡Ahora caigo!'
La marca de Juanra Bonet y los suyos en sus cinco últimas semanas con las trampillas como 'teloneras', entre el 31 de mayo y el 2 de julio, quedó en un 12.6% de cuota y 1.102.000 espectadores. Un registro inferior al que marcó en su mejor época con Los Lobos como estrellas, pero notablemente superior al promediado en un curso extremadamente difícil en el horario de 19:00h a 20:00h.
En el período comprendido entre septiembre de 2020 y julio de 2021, las bombas han vivido su peor temporada histórica en audiencias con una media de 11.5% y 1.196.000 seguidores. Aún así, como se observa en la siguiente tabla, las sensaciones en las cinco semanas de junio que cerraron el curso fueron mucho más positivas a excepción de la última, que registró un bajón por la fuerte competencia de la Eurocopa de Mediaset.
Ese síntoma de mejora mostrado por ¡Boom! no ha tenido continuidad en un mes de julio en el que, por ahora, no ha conseguido tener con su nueva pareja la sintonía que tenía con la anterior. Traducido en cifras, las primeras cinco semanas formando dúo con Tierra amarga, el formato de las bombas promedia un 11.5% de cuota y 916.000 espectadores, un punto menos que el mismo período con Valls delante.
A pesar de que este relevo se ha producido justo en el inicio del verano, una época de menor consumo televisivo, y cinco semanas se antojan una muestra insuficiente para realizar determinaciones definitivas, sí nos ayuda a sacar varias conclusiones. La primera, que esta bajada en los datos no parece fruto de la casualidad y que ¡Boom! empezó esta nueva etapa echando de menos a ¡Ahora caigo!.
Al menos eso reflejan las primeras cuatro semanas, en las que el concurso de las bombas vivió de altibajos. Y es que pese a que su nuevo telonero elevó los datos de la franja y le ayudó a empezar sus emisiones con una concentración de espectadores mayor, ¡Boom! no lograba retenerlos como antaño.
La segunda es que parece que el agua está volviendo a su cauce y que un mes después de la 'ruptura', Juanra Bonet y los suyos están levantando cabeza y adaptándose a su nueva realidad con los turcos como pareja. Eso reflejan las audiencias de la quinta y última semana que nos sirve de muestra, la primera de agosto, en la que ha cogido algo de aire y ha vuelto a registrar datos más similares a los de tiempo atrás. De hecho, el programa ha empezado el mes con la media semanal más alta desde la última semana de junio, con la esperanza de que sea el inicio de una tendencia positiva que culmine en septiembre con la ansiada estabilidad.
Un proceso de adaptación lógico
Los registros expuestos en estas tablas tienen una explicación clara: durante siete años, ¡Boom! ha compartido parrilla con un espacio de su mismo género y ambos se convertían en una cita diaria para sus seguidores más fieles. Ahora, Bonet hereda el público de un melodrama y aunque este sea superior en el momento actual, la oferta general ha cambiado de manera significativa y, como siempre, es necesario un período de adaptación.
Habrá que seguir observando el rendimiento paralelo de Tierra amarga y ¡Boom! durante agosto, y sobre todo, cuando empiece el curso. Recuperada la rutina de septiembre y con dos meses de rodaje, será el momento de que el formato de Gestmusic demuestre si esto ha sido realmente un bache de verano ya superado, o si la cancelación de ¡Ahora caigo! ha añadido un saco de arena más a la pesada mochila que arrastran las bombas durante el último año. En ese caso, el concurso tendría la opción de aferrarse a una renovación de su mecánica que refresque el formato y dé un empujón a sus audiencias, como consiguieron Valls y compañía... aunque en su caso no sirviera de mucho. La historia y trayectoria de ¡Boom! lo merecen.