Cuatro días después de recibir el alta del hospital, Antonio Resines reaparecía en televisión por una videollamada de El Hormiguero. Pablo Motos quiso hablar con su amigo y colaborador al que había visto por última vez, antes de su ingreso, en una entrevista junto a Javier Cámara el pasado 15 de diciembre.
“Ese día me hice la prueba y salí negativo”, recordaba el actor. “Al día siguiente grabé y ya me encontraba algo mal, así que después me hice una PCR y di positivo, luego fue una semana de debacle, me llevaron al hospital y no me acuerdo de nada. Pensé que habían pasado cinco días y cuando me desperté me quedé acojondo”, confesó refiriéndose a los 48 días que había estado ingresado en la unidad de cuidados intensivos.
Motos le transmitió el cariño que había expresado la gente hacia Resines y la preocupación que sintió cuando dejó de contestar a los mensajes: “Perdimos las noticias”, dijo. A lo que el intérprete aclaró: “Inmediatamente te quitan el teléfono porque me estaba desgastando. Estaba gastando aire que me iba bien, y así ganaba tiempo y calidad de respuesta a la enfermedad. Esto es una cosa muy seria. Que todo el mundo se vacune y se lo tome en serio”.
Antes de continuar, Resines advirtió que iba a “ser breve” porque se cansaba mucho de hablar, como secuela de la enfermedad. Pero aprovechó para reivindicar: “Hay que apoyar la sanidad pública como sea. Había 97 personas y nos hemos salvado 80”, señalaba halagando el trabajo de los sanitarios.
Preguntado por lo que había sentido durante los momentos más críticos, desveló que sentía que “estaba en otro mundo paralelo, que tenía que ver con la realidad pero” no quiso entrar en detalles para no pacecer un “loco”. Eso sí, aseguró que “se pasa muy mal porque no controlas”. Y que tiene secuelas: “Tengo una atrofia del 80%, no tengo músculo, ando mal, voy con andador... va a ser lento, complicado, hace falta esfuerzo, pero me recuperaré. Me he librado de una...”, celebró con cautela.