La octava gala de Supervivientes 2019 ha revolucionado la convivencia entre los concursantes. A cambio de la reunificación, el reality ha desterrado a Mahi junto a Chelo García-Cortés y ha expulsado a Oto Vans.
Isabel Pantoja también ha aprovechado para explicar a la audiencia el motivo de sus continuas crisis, asimilando la vida en la isla a su etapa en la cárcel. Para minutos después reencontrarse con su hija, igual que Omar ha podido ver a su madre.
Para finalizar, Mónica, Fabio, Dakota y Violeta han sido los nominados de la semana y esta última se ha quedado sin saberlo porque ha sido evacuada por el equipo, al sufrir una bajada de tensión.
Unificación, destierro y nueva expulsión
Después de casi dos meses de concurso los robinsones se han reunificado pero antes han visto cómo la audiencia salvaba a Mónica Hoyos y Fabio, por lo que Mahi se convertía en la desterrada de la semana.
Para minutos más tarde, descubrir que otro de ellos se marcharía para ser otro de los eliminados de la noche. Tras una votación express, el menos querido por el público fue Oto, que se unió a Chelo y Mahi en una playa apartada.
Allí los espectadores tuvieron que escoger cuál de los tres debía abandonar definitivamente el reality y el elegido fue el influencer.
La peor noche de Dakota y el susto de Violeta
Esta fue una de las peores noches para Dakota que perdía en pocos minutos a sus dos grandes apoyos en la isla: “¿Por qué me hacen esto? ¿Por qué dos personas con las que estoy aquí de puta madre se tienen que ir? Es que me han quitado todo”.
A la vez, tras una pausa publicitaria, Lara Álvarez hacía notar la ausencia de Violeta: “La concursante ha tenido que salir para ser atendida por el equipo médico por una importante bajada de tensión. No queremos que la familia se preocupe porque está en buenas manos e intentaremos que en una o dos horas vuelva en plena forma”.
Pasó la gala entera y la viceversa no se reincorporó al programa, pero la presentadora aseguró que estaba siendo atendida y se encontraba bien.
Carlos Lozano rompe a llorar en plató
Carlos Lozano llegaba a plató donde le esperaba su perro, amigos y familiares. Al sentarse junto a Jorge Javier, advertía que estaba emocionado y acabó de romperse al confesar lo que había aprendido en la isla: “He aprendido que sin nada eres más, a serenarme, a vivir sin nada”.
También señaló que en los últimos tiempos, con la ruptura sentimental con Miriam se había metido en una vorágine de irascibilidad y baja autoestima que no era sana: “Ahora la sigo queriendo pero de otra forma. He aprendido que no se puede discutir a todas horas y que se tiene que pensar un poco más en los demás”.
El presentador le agradecía su entrega al reality y expresaba su deseo de que aún continuara concursando en él.
La Pantoja compara la isla con la cárcel y se reencuentra con Chabelita
Desde que empezara el Supervivientes 2019, Isabel Pantoja ha pedido cada semana abandonar el concurso. Una actitud que los espectadores habían criticado y que por fin explicaba en la gala de hoy:
“Ayer me dio una crisis de ansiedad grande la cual llevo superando desde la primera semana y por un momento se me metió en la cabeza abandonar”, empezó relatando. “Para mí el estar aquí desde 2011 era el sueño de mi vida pero todo el mundo sabe que lo he pasado muy mal. Pensaba que mi mente estaba bien y físicamente pero el estar en una isla me recuerda día a día a que no tengo el mando de mi vida nuevamente en mis manos”, confesaba haciendo referencia a su encierro en la cárcel.
Añadía más detalles a su angustia: “Cuando estoy allí durante el día lo voy sobrellevando pero cuando llega la noche me dan ganas de salir y no puedo. Estoy rodeada de mar y ahí llega la crisis de ansiedad y no puedo dormir. Los cayos me recuerdan donde estuve. Aunque aquí he venido libremente y estoy feliz, me recuerda muchísimo donde yo no elegí estar y estuve muchos meses y perdí la libertad. Así me he sentido estas tres semanas aquí”.
Incluso aseguraba que “la comida era lo de menos, era el no poder ver a mi gente. Es como recordar el tiempo pasado allí, aunque esto sea paradisíaco, es lo mismo porque mi libertad la he perdido. Va a ser la octava semana y lo estoy pasando duro pero no quiero defraudar a nadie: ni a mi familia, ni a mis amigos, ni a mis fans, ni a la audiencia, ni a la productora, ni a la cadena, pero especialmente a mí misma. Quiero demostrarme que sí puedo. No quiero abandonar”, concluía con fuerza.
Al acabar, Jorge Javier quiso dedicarle unas palabras de agradecimiento por su esfuerzo: “Creo que toda la gente que ve Supervivientes hoy puede entenderte. Era complicado verte un día bien y otro no. La explicación psicológica que has dado es totalmente comprensible. Pero no debes tomarte el reality como una condena, es un trabajo”.
Minutos después, el programa regalaba a la tonadillera un reencuentro con su hija a la que corría a abrazar: “Ay, mi vida entera, Dios mio, mi niña. ¡Ay cariño mío que te echo de menos!”.