Ricky Gervais se enfrentaba este domingo a su quinta gala como presentador de los Globos de Oro 2020. Unos premios repartidos en los que triunfaron Fleabag, Chernobyl y Succession Succession, y en los que, de nuevo, el cómico inglés volvió a lanzarse a la yugular de los nominados y demás invitados, subiendo el nivel de acidez de la noche.
Ya desde su monólogo inicial dejó claro que venía dispuesto a seguir lanzando dardos frente y contra todos. Gervais avisó a loa presentes de que debían estar contentos porque sería su última vez ejerciendo de maestro de ceremonias. “A Kevin Hart le echaron de los Oscar por unos antiguos tuits ofensivos. Suerte para mí que la Asociación de Prensa Extranjera apenas habla inglés. No tienen idea de lo que es Twitter”, bromeó nada más comenzar. Y avanzó: “Vamos a reírnos y recordad, solo son chistes. Vamos a morir pronto y no tendremos secuela”.
Así, el cómico comparó a Joe Pesci con Baby Joda y aludió a Ronan Farrow, hijo de Woody Allen y Mia Farrow, que publicó en 2017 en The New Yorker varios artículos que contribuyeron a destapar casos de abusos sexuales en Hollywood. “Hoy están aquí algunos de los productores ejecutivos de cine y televisión más importantes del mundo. Cada uno con una trayectoria y pasado, pero todos con un elemento en común. Terror hacia Ronan Farrow”, declaró. Y añadió un apunte sobre la oferta cinematográfica del año: “Ha sido un gran año para las películas sobre pederastas, Leaving Neverland (el documental sobre Michael Jackson), Los dos papas...”.
Bien para Netflix, peor para Scorsese y Leonardo DiCaprio
Gervais se sumó también a la puja entre plataformas y las salas tradicionales, sobre lo que comentó que “a nadie le importan ya las películas. Todo el mundo ve Netflix”. Servicio de streaming que alberga su ficción Afterlife. “Es una serie sobre un hombre que quiere suicidarse porque su mujer ha muerto de cáncer, y es aún más divertido de lo que suena”, explicó. “Aviso de spoiler”, alertó, “la segunda temporada está en camino, por lo que en el final obviamente no se suicida. Justo como Jeffrey Epstein”. La audiencia quedó sobrecogida por su referencia al magnate acusado de tráfico de menores y que fue encontrado este verano muerto en su celada. “Callaos”, espetó entonces el cómico, “sé que era vuestro amigo pero no me importa”.
No salió bien parada Apple TV+, plataforma que aterrizó en noviembre. “Entra en juego con The morning show, un drama genial sobre la dignidad de hacer lo correcto, hecho por una empresa que tiene trabajadores esclavos en China”, soltó.
También le cayeron palos a Martin Scorsese, que por cierto se fue de vacío, tras sus críticas hacia las películas de Marvel. “Dice que no son cine y que le recuerdan a los parques de atracciones”, expuso, “estoy de acuerdo, pero él es demasiado bajito para que le dejen montarse en las atracciones, ¿no?”.
“El Irlandés es impresionante”, alabó antes de bromear sobre la duración de la película que sobrepasa las tres horas. “Leonardo DiCaprio estuvo en su estreno, y al final su novia ya era demasiado mayor para él”.
El musical Cats, estrenado el pasado mes de diciembre y que ha recibido críticas muy negativas, fue también víctima de sus chistes. “Dicen que es lo peor que le ha pasado a los gatos después de los perros”, expuso, “y Judi Dench pensó que iba a ser el papel de su vida. Nada le gusta más que tumbarse en la alfombra, estirar su pata y lamerse el parrús”.