Rocío Carrasco protagonizó este miércoles una sonada entrevista en El programa de AR, el matinal de Telecinco en el que trabaja como colaboradora su hija Rocío Flores, y en el que colaboradores como Alessandro Lequio defienden a su ex, Antonio David, lo que durante su visita generó un momento de tensión, y a posteriori una aclaración de Joaquín Prat para explicar que él no censuró a su colaborador.
En esa visita, Rocío Carrasco lanzó una declaración de intenciones: “Ha llegado el momento, y yo por lo menos así lo voy a hacer, de que a mi hija se la deje a un lado. (...) Vamos a dejar a Rocío a un lado, vamos a centrarnos en la otra parte de mi vida que tengo que seguir contando para salir adelante”. Y el presentador y entrevistador, Joaquín Prat, hizo suya luego esa petición: “Vamos a hacer ese esfuerzo, no solo en este programa sino en toda la cadena para dejar las cuestiones de Rocío Flores al margen”.
Un día después, Rocío Flores se ha sentado en El programa de AR para responder a su madre. Entrevistada en solitario por Joaquín Prat, como 24 horas antes Rocío Carrasco, la joven colaboradora se ha mostrado muy afectada, llegando a las lágrimas cuando el presentador le ha dicho: “Aquí no se va a mencionar más el episodio. Te lo digo así con esta contundencia, nunca más”. Un momento en el que ella ha asegurado que por las palabras de su madre ha “tocado fondo”: “Me veo sometida a una presión, he tocado fondo, respeto lo que cada persona haga y me gustaría que se me respetase”.
Joaquín Prat, al ver su estado, le ha preguntado si quería cambiar de tema, pero Rocío Flores ha querido seguir: “He venido a dar la cara y me quedo aquí”. La colaboradora ha explicado que sufre por ella misma, pero también por sus dos hermanos porque le “duelen los dos”, y ha querido sacar algo positivo de la entrevista de su madre: “Si de esta manera se logra que por parte de ella y el resto de personas me dejen respirar, esa sería la parte positiva”.
Rocío Flores ha respondido a las declaraciones de su madre asegurando que para ella “no cambian nada”, resumiendo su parecer sobre el deseo de que se la deje a un lado: “La verdad es que me hubiese gustado, de verdad y de corazón, que me hubiese dejado a un lado desde el minuto cero que se planteó hacer su documental”.
Una conclusión que ha afirmado tener “presente desde hace muchos años, y más desde el documental”. Sin embargo, zanja que “lo hecho, hecho está”, por lo que no abre la puerta a una reconciliación con su madre, Rocío Carrasco: “Por mi parte, la puerta continúa cerrada”.